El segundo acto de la temporada en la NFL es el que empieza a indicar tendencias, a dar pistas de por dónde pueden ir muchos equipos e incluso la encargada de encender alguna alarma para los equipos que salen con un 0-2 y el recuerdo de que históricamente sólo el 11% de los equipos que arrancan con esa marca logran un billete para los Playoffs. Ha habido mucho bueno y malo y vamos a observar lo más destacado:
Lamar Jackson promete la mejor versión de su carrera
En el partido de este domingo ante los Cincinnati Bengals pudimos disfrutar del mejor y más completo Lamar Jackson que hemos visto en la NFL. Todd Monken ha diseñado una ofensiva en la que las principales virtudes del QB de los Ravens deben salir a la luz y no me refiero al uso de sus piernas ni a su capacidad de scramble, lo que pone de relieve esta nueva manera de atacar de Baltimore es la capacidad de operar desde el pocket de Lamar. Ante los Bengals pudimos verle siguiendo sus progresiones de pase, navegando el pocket con comodidad, con una gran presencia y saliendo de él a crear no con urgencia o por necesidad sino como un recurso más dentro del abanico ofensivo de los Ravens.
Zay Flowers está siendo una pieza clave desde el primer momento, se notó mucho la vuelta de Mark Andrews y en este partido apareció la mejor versión de Nelson Agholor. Vimos el ataque más rico y variado –también en el juego terrestre–, el más actualizado y moderno en muchos años en Baltimore y eso que estaba jugando contra una muy buena defensa de los Bengals.
Lamar Jackson sigue acumulando un récord excelente contra los Bengals, con este triunfo se coloca con siete victorias y solo una derrota para él como titular ante los de Cincinnati.
Hay motivos para preocuparse con los Bengals
La otra cara de la moneda en este caso para unos Cincinnati Bengals que vuelven a comenzar la temporada despacio. Ya lo hicieron la pasada campaña y consiguieron darle la vuelta para acabar como uno de los mejores equipos de la NFL y quedarse a un suspiro del Super Bowl pero no se puede jugar siempre con fuego sin quemarse alguna vez. Los motivos para la preocupación son claros: El juego explosivo ha desaparecido, el ataque está atascado y más de la mitad de sus drives han acabado en ‘tres y fuera’. Es obvio que el gemelo de Joe Burrow no está bien y está condicionando su capacidad de creación desde el pocket y prácticamente prohibiéndole generar nada fuera de él. Pero esto va más allá, los constantes cambios que las defensas rivales proponen en busca de antídotos para una de las ofensivas más talentosas de toda la NFL tiene a los Bengals golpeándose contra un muro una y otra vez… Cuando hace dos años Burrow recibía una enorme cantidad de Blitz y coberturas single high, el QB destrozaba a los CBs en el exterior y en profundo, aprovechando la tremenda capacidad de ganar balones de Chase y Higgins. Cuando la pasada campaña las defensas le negaron los pases en profundo –después de un periodo de ajuste de algo más de un mes–, Burrow comenzó a tomar el juego corto y a asesinar lentamente a cada defensiva que se le ponía delante. Pero en este arranque de temporada, sin movilidad debido a su lesión, no siendo capaz de hacer daño con jugadas explosivas y con la defensa preparada para lo que sucede en las primeras yardas que están ante Burrow, el rompecabezas que deben descifrar los Bengals parece el más complicado que han encarado hasta el momento.
Joe Burrow y los Cincinnati Bengals nos han dado motivos más que de sobra a lo largo de los años para darles todo el crédito que necesiten para salir de este atolladero y hay que tener confianza en que encontrarán soluciones, pero el estado físico de su quarterback y lo visto por el momento sobre el campo dan motivos reales para la preocupación. Este es el más difícil todavía para unos Bengals que en los últimos años siempre han salido airosos de los retos que se han encontrado ante sí; este inicio de campaña les está poniendo uno realmente exigente, tengo muchas ganas de ver cuál es su respuesta.
El ataque también suma para los Cowboys
Dallas comienza la temporada impresionando y presentándose como uno de los mejores equipos de la NFL, este su mayor diferencial de puntos a favor en un periodo de dos partidos desde el año 1968 y a todos nos está dejando con la boca abierta el despliegue defensivo propuesto por Dan Quinn y liderado por la mejor versión de Micah Parsons que hemos visto nunca. Por un lado, el hecho de liberarle de funciones como off the ball linebacker y tenerle siempre patrullando la línea de scrimmage y por otro, la absoluta libertad que le da Quinn para atacar al QB a sus anchas nos está regalado a un monstruo de proporciones mitológicas. Y el problema es que no está solo, el resto de la defensa, sobre todo como colectivo, es muy buena, puede que la mejor.
Pero toda esa atención que se está llevando la unidad defensiva no debe hacernos olvidar que Dallas, ante otra de las grandes defensas de la liga, de la los New York Jets, operó de manera quirúrgica con Dak Prescott a la cabeza. No es nada sencillo hacer daño en profundo a la secundaria Jet y, a la vez, ante uno de los mejores fronts defensivos de la NFL, es muy complicado correr. Así que Prescott optó por la paciencia y la eficiencia. Apoyando en la mejor versión de CeeDee Lamb –que además brilla por encima de todo en esas rutas intermedias–, consiguió encontrar los pequeños huecos que ofrece la defensa neoyorquina y leyó perfectamente lo que estaba sucediendo para completar más del 80% de sus pases y salir airoso ante una defensa que acostumbra a poner en muchos problemas a los QBs rivales.
La defensa también suma para los Chiefs
El mundo al revés. De Dallas, que es una de las mejores defensas de la NFL, destaco el ataque y de los Chiefs, que fueron la mejor ofensiva de la pasada temporada, destaco la defensa. Pero es que este partido Kansas City lo gana desde la defensa. Cuando su ataque aún está en pañales y dista mucho de ser la máquina imparable que suelen exhibir en las segundas mitades de la temporada, la vuelta de Chris Jones dio un impulso muy notorio a la fase defensiva de los Chiefs. Y eso que en la primera jornada ante Lions la defensa no estuvo nada mal. Pero vuelve Jones y al rival se le complica mucho correr contra los Chiefs, vuelve Jones y el QB rival está mucho más incómodo, vuelve Jones y los terceros downs se vuelven un infierno contra la defensa entrenada por Steve Spagnuolo. Kansas City no permitió a los Jaguars anotar un solo touchdown en todo el partido, limitó el botín terrestre de Jacksonville a 74 exiguas yardas y sólo permitió convertir 3 de los 12 terceros downs que tuvo el ataque comandado por un Trevor Lawrence que pasó una mala tarde.
En ataque, como decíamos, los Chiefs están lejos de su mejor nivel pero la vuelta de un evidentemente tocado Travis Kelce –que aún así anotó un touchdown– permitió dotar de cierto orden y sentido al juego aéreo, liberando mucho más a los receptores y provocando que Patrick Mahomes completara pases para once receptores diferentes. Con todo, a ese ataque le queda mucho trabajo por delante.
Estos sí son los Bills que asustan
Si Josh Allen y los Buffalo Bills se acaban de creer que ser más eficientes que espectaculares es mejor para ellos, les va a ir muy bien. En esta victoria ante los Raiders parecieron por primera vez dispuestos a volcarse por completo en una manera de jugar donde Allen pongan menos balones en riesgo, ataque en los primeros niveles del campo y encuentren una mayor equilibrio entre juego aéreo y terrestre. Y no se trata de correr más sino de correr mejor, nada que ver tiene la manera de correr que vimos en este partido con la que hace no tanto tenía al propio Allen como la principal amenaza por tierra. Para empezar, el juego bajo center ganó un mayor peso específico en este partido y James Cook jugó el que probablemente es hasta el momento su mejor partido en la NFL, siguió habiendo alguna jugada explosiva –especialmente una a Gabe Davis– pero más como recurso que como norma y con todo, los Bills igualmente fueron capaces de alcanzar los 38 puntos.
Esta forma de atacar mucho más ordenada, sensata; aunque menos espectacular y explosiva, aunque no deje tantos highlights probablemente también deje menos errores y a la larga sea beneficiosa para Buffalo y los convierta en un equipo mucho más peligroso y difícil de frenar.
Otra cara de Seattle
Había cierta urgencia y obligación para los Seahawks a pesar de ser solo la segunda jornada. Por no quedarse descolgados a las primeras de cambio pero sobre todo por mejorar la imagen ofrecida en el primer partido de la temporada. Sin sus dos tackles titulares, la protección a Geno Smith era fundamental y la propuesta de Waldron pasó por involucrar a los Tight Ends tanto en el juego aéreo como en la protección al QB, al jugar con muchas formaciones pesadas y con personal 12 y 13 –dos y tres TEs sobre el campo– la línea recibió la ayuda necesaria y Geno encontró pases de seguridad en momentos importantes del partido. La victoria fue ajustada pero las sensaciones mejoraron muchísimo, tanto en el propio Geno Smith, que tuvo un partido brillante, como el trío de receptores estrella Metcalf, Lockett y Smith-Ngijba que consiguieron aportar todos, especialmente el veterano Lockett en la fase decisiva del partido.
Atlanta es fiel a su estilo
Arthur Smith debe estar disfrutando muchísimo. El quiere poner tipos enormes sobre el campo, que trabajen, que bloqueen, que abran espacios y empujar el balón por tierra todo lo posible. Este año además le han regalado un juguete nuevo y lo está aprovechando. Bijan Robinson dejó flashazos de lo que es capaz en la primera jornada, pero en esta segunda su impacto ha sido ya muy real con 124 yardas de carrera y otras 48 de recepción. Es impresionante verle correr con esa electricidad y esa capacidad de generar espacios cuando parece que ya no existen. Atlanta es un equipo rocoso y costará mucho batirle este año.
Miami también sabe avanzar por tierra
Si la pasada semana nos asombró la capacidad explosiva del juego aéreo de los Dolphins, ésta, en Foxboro y ante una dura defensa patriot, nos mostró otra evolución en su sistema ofensivo. El año pasado la carrera era si acaso un complemento en el esquema de McDaniel, pero en este partido le vimos tomar un peso específico mucho mayor y su éxito pero tierra es una de las claves más importantes para explicar la victoria de los Dolphins. Mostert tuvo un gran partido, con 121 yardas y 2 TD pero sobre todo con casi 7 yardas por acarreo. Y Tua, que no estuvo mal, aunque sin el brillo de la pasada semana, acumula ya como titular frente a Belichick un récord perfecto de 5 victorias y ninguna derrota.