Ya empezamos a tener algunas certezas en esta temporada NFL: Los Ravens serán el Seed1 de la AFC, los Chiefs serán el 3 y los Browns el 5. En la NFC, la primera plaza y el bye será para los San Francisco 49ers… y todo lo demás sigue abierto. Hay muchas plazas disponibles y muchos equipos en lugares muy distintos.
Los Ravens están en el cielo
La recta final de temporada de los Baltimore Ravens es absolutamente imponente. Viajan a Santa Clara y endosan una paliza a los 49ers y la semana siguiente, de vuelta en casa, reciben a unos Dolphins que se presentan como el mejor ataque de la NFL esta temporada y la mejor defensa desde que la Semana 8 regresara Jalen Ramsey y les castigan con su peor paliza de la temporada, peor incluso que la que recibieron en Buffalo. Los Ravens son ahora mismo el mejor equipo de la NFL en todas las fases del juego, el equipo más en forma y con el autoestima más alta y, por si quedaba alguna duda, su QB va a ser el MVP de esta temporada. En 2019 Lamar Jackson se convirtió en el MVP más joven de la historia de la NFL y todo apunta a que será el más joven en alcanzar su segundo premio al jugador más valioso.
Su gigantesco partido del domingo ante los Dolphins en el que se fue por encima de las 300 yardas de pase, que aderezó con 5 pases de Touchdown son más que la confirmación de una temporada en la que ha aparecido para ser decisivo los días que realmente importaba: Lamar suma 21 TDs contra equipos con récord ganador, más ningún otro QB de la NFL esta temporada; además, el QB de Baltimore es el segundo jugador con más yardas de carrera contra equipos en récord positivo, un total de 703, solo por detrás de Christian McCaffrey. Los Ravens suman 10 victorias contra equipos por encima del 50%, más que nadie en la liga. Las siete victorias de Baltimore por más de 14 puntos son todas contra equipos con récord positivo, se ve que este equipo está preparado para las grandes citas.
Y es que esta versión de Lamar Jackson no solo destierra todos esos falsos mitos sobre él que hablaban (hay que empezar a decirlo en pasado) de que era incapaz de operar desde el pocket, que el QB que corría primero y su juego de pase era secundario… Basta observar su juego esta temporada, su capacidad para operar desde el pocket, de seguir sus progresiones, de tener paciencia, de extender jugadas sin perder su presencia dentro del pocket… y de correr solo cuando es necesario y no por norma para darte cuenta de que esta es la mejor y más completa versión de Lamar Jackson y que es un jugador que poco o nada tiene que envidiar como pasador a cualquier otro QB de la NFL. Su MVP ahora mismo parece indiscutible y, desde luego, muy merecido.
Pero lo verdaderamente importante es el aspecto que tienen los Ravens a las puertas de la hora de la verdad. Es un equipo muy completo, muy equilibrado, muy bien entrenado. Sabe ganar de diferentes maneras, es capaz de golpearte por tierra y cuando te tiene contra las cuerdas y con tu atención en las trincheras, puede destrozarte disparando Touchdowns de 75 yardas como el de Zay Flowers de este pasado domingo. Tienen las armas y el sistema. Tienen el talento y la dureza. Es obligatorio considerarlos como los máximos favoritos para llegar a la Super Bowl en la Conferencia Americana. Son el rival a batir y esa es una condición que se han ganado a pulso.
Miami está en Estado de Alerta
Por su parte, los Dolphins salen muy heridos de Baltimore. Esta nueva paliza a domicilio no hace sino acrecentar la sensación de impotencia e incapacidad cada vez que visita a un gran rival. Sucedió en Buffalo, volvió a pasar en Philadelphia y esta cita de Baltimore ha sido la peor de todas. En estos partidos se ha repetido un mismo patrón: Comienzan el partido ofreciendo una imagen de solidez y competencia que se va difuminando durante el partido, hasta acabar completamente sometidos. El resultado combinado de esos tres partidos ante Bills, Eagles y Ravens es de 135-46 en su contra.
Ahora llegan a la última jornada con el billete para los Playoffs asegurado pero con una final por la división y la ventaja de campo en la Ronda de Wild Card y una eventual Ronda Divisional en juego. Si Miami gana en casa a los Bills, como ya demostró la pasada semana que puede hacer ante Dallas, tendrá el título de la AFC Este y partidos como local cuando empiece la lucha por el anillo, una ventaja de campo que parece muy necesaria para ellos visto lo visto; si pierde, se irá al Seed6, lo que les condena a visitar al vigente campeón en Arrowhead, a tratar de pescar en río revuelto, pero con una situación mucho más adversa ante sí.
En cualquier caso, sumando la grave lesión de Bradley Chubb, que se une a la de Jalean Phillips, dejando a esa defensa sin sus dos principales Pass Rushers exteriores –cuando el sistema de Fangio se base principalmente en mandar solo cuatro jugadores a la presión y que estos tengan éxito mientras por detrás colapsa los siguientes niveles con una maraña de defensive backs– la cosa se pone fea. Todavía está a tiempo de una reacción, pero ahora mismo a los Dolphins parece faltarles algún escalón por subir para estar preparados para alcanzar la Super Bowl.
Buffalo está en el Purgatorio
Mientras tanto, los Bills, que hace poco más de un mes parecían completamente desahuciados y prácticamente eliminados de los Playoffs, acumulan cinco victorias en sus últimos seis partidos y llegan a la última jornada –y a la postre al que será el último partido de la temporada regular de la NFL– con la posibilidad de alcanzar el Seed2, el título de la AFC Este y la ventaja de campo en las dos primeras rondas de Playoffs, como recompensa a esa fantástica recta final de temporada. Los Bills ven ahora mismo las puertas del cielo abrirse con esa hipotética victoria en Miami… pero a la vez, debido a sus pecados anteriores en forma de derrotas, curiosamente, perdiendo pueden quedar eliminados de los Playoffs.
Afortunada o desgraciadamente para ellos, el próximo domingo jugarán en Miami sabiendo si están obligados a ganar o si ya tienen el billete. La cuenta es muy sencilla: Los Bills necesitan que Jacksonville o Pittsburgh pierdan o que Houston e Indianápolis empaten. Si cualquiera de estos tres resultados suceden, Buffalo jugará el Sunday Night Football con la tranquilidad del billete asegurado, si no, tendrán que enfrentar a los Dolphins en un verdadero duelo a vida o muerte para ellos.
Es curioso, si Buffalo consigue el Seed2, se presenta como uno de los principales candidatos para llegar a la Super Bowl en la Conferencia Americana y si pierde, puede quedarse sin la posibilidad de pelear por el anillo. Así de igualada y así de cruel es la NFL.
Philadelphia está en la Unidad de Cuidados Intensivos
Todos vimos el bajón de los Eagles, imagino que nadie vio que fueran a tomar fondo de esta manera. La derrota en casa con Arizona no sólo les priva de depender de sí mismos para ganar la NFC Este y contar con la ventaja de campo en Playoffs sino que agrava una crisis de juego, de confianza y enseña que ahora mismo es muy difícil aferrarse a algo para creer que este equipo puede repetir Super Bowl esta temporada. Empieza a preocupar que puedan superar la primera ronda…
Que el partido del domingo contra uno de los peores equipos de la NFL haya supuesto que los Eagles protagonicen la tercera peor actuación defensiva de cualquier equipo esta temporada es un muy mal síntoma: 32 primeros downs concedidos y 4 TDs y 2 FGs en las siete posesiones que tuvieron los Cardinals –la otra fue un pick6 a Murray cuando éste atacaba la End Zone– son un resultado que da mucho miedo, sobre todo por producirse a estas alturas de temporada y cuando Philadelphia necesitaba la victoria ante un equipo muy inferior a ellos sobre el papel y ni por esas fueron capaces de sacarlo adelante. Para redondear el tamaño del desastre: Este partido fue la peor actuación defensiva de los Eagles, según la estadística avanzada, en más de 15 años. Mal asunto que te la endose el que era tu coordinador defensivo la pasada temporada, habiendo sustituido tú al tuyo en las labores de planificación de partido y a la hora de cantar las jugadas… para darle esa responsabilidad a Matt Patricia.
Algo se ha roto en Philadelphia y el tiempo apremia para arreglarlo.
Dallas está (muy cómodo) en Arlington
Qué más quieren los Dallas Cowboys que ver cómo los Philadelphia Eagles les regalan la división y la posibilidad de jugar las dos primeras rondas de Playoffs en casa. Un equipo que lleva una racha de 16 victorias consecutivas en casa en las dos últimas temporada, que este año ha ganado los ocho partidos que ha jugado en casa, siete de ellos de paliza, de repente se encuentra, cuando ya había asumido que tendría que jugar todas sus eliminatorias por el título a domicilio, con el regalo de depender de sí mismos para tener el Wild Card y el Divisional al recaudo de su ruidosa afición en JerryWorld. Para conseguirlo solo tienen que ganar en la última jornada en Washington, ante unos desahuciados Commanders en plena racha de derrotas y a los que interesa volver a perder para asegurar el puesto 2 del próximo Draft que esta semana le ha caído tan llovido del cielo como a Dallas la división.
No nos engañemos, los Cowboys como locales son un animal muy diferente. Y además evitarían a su verdadera bestia negra, los 49ers, hasta una hipotética final de conferencia –instancia a la que Dallas no llega desde los años 90–. De repente el panorama se ha aclarado mucho un equipo que lleva sin perder en casa desde el primer partido de la temporada anterior.
Y esto llega después de una victoria in extremis ante los Lions que desgraciadamente está cargada de polémica arbitral. Primero fue un tripping sobre Hendershot que por más que se repase una y otra vez la jugada no hay por dónde encontrarlo –y que sin esas 15 yardas de penalización muy probablemente se habría cerrado el partido– y después, la incomprensible situación de la anotación de dos puntos en la que Decker se declara elegible pero igualmente es penalizado por contacto ilegal con el balón. Decisiones que empañaron un partido precioso entre dos equipazos que podrían volver a enfrentarse en el mismo escenario dentro de tres semanas, en esta ocasión por un billete para la Final de Conferencia, un destino que tanto para Cowboys como para Lions viene siendo ajeno por varias décadas. Para eso aún tienen que pasar muchas cosas pero la realidad es que ambos parecen a día de hoy (con permiso de los pujantes Rams) las dos alternativas más plausibles a los favoritos 49ers en la conferencia Nacional.
No quiero cerrar el comentario sobre los Cowboys sin alabar el extraordinario nivel al que están jugando Dak Prescott y CeeDee Lamb. Ambos volvieron a jugar partidos mayúsculos, ambos están en el top3 de sus respectivas posiciones esta temporada en la NFL… y quizá me quede corto.
Joe Flacco está subido a un DeLorean
De entre todos los lugares en los que alguien podría estar en la NFL en la temporada 2023, nunca imaginé que Joe Flacco estaría en una tan brillante. Hace unas semanas estaba en el sofá de su casa viendo los partidos por televisión, después en el Practice Squad de los Brown, pero ha debido subirse a un DeLorean y volver al pasado para traer a su versión de enero de 2013, cuando jugó los mejores partidos de su carrera en aquellos Playoffs que acabaron con los Ravens como campeones. Baltimore vuelve a estar en situación de repetir aquel éxito y, diez años después, Flacco está jugando de nuevo a su mejor nivel. Si algo nos ha demostrado el veterano QB es que mantener el nivel en el tiempo no es lo suyo, ¿pero conseguir un periodo corto de brillantez? Eso sí sabe hacerlo. Y está en una situación muy similar a la de aquel 2013 en la que ganó a San Francisco en la Super Bowl (vaya, los 49ers también son favoritos para llegar a la Super Bowl, será que realmente Flacco ha vuelto atrás en el tiempo…) Joe Flacco está en un equipo con una defensa que domina, con un sistema ofensivo con un juego de carrera sólido que le protege y potencia un play action en el que Flacco se siente comodísimo y con su brazo intacto para lanzar bombas.
Quién nos iba a decir que los Cleveland Browns serían un serio aspirante a llegar lejos en los Playoffs teniendo que jugar con su cuarto Quarterback titular esta temporada… pero es así y por derecho propio, por un gran colectivo y por un Joe Flacco que ha supuesto un importante upgrade respecto a los QBs que jugaron antes que él. Cuidado con ellos porque van a ser un rival muy incómodo y yo no descartaría, ni mucho menos, que vayan a avanzar alguna ronda.