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Los Kansas City Chiefs tocan el cielo y dejan a los Ravens en un hoyo muy profundo y otras conclusiones de la Semana 4

No recuerdo la última vez que vi a los Kansas City Chiefs disfrutar y hacernos disfrutar tanto en un partido de temporada regular. Seguramente hace un par de años de esto. El regreso de Xavier Worthy cambió por completo el ataque de Chiefs, no solo por lo que él generó tanto vertical, como horizontalmente, como por los espacios que abrió para el resto de sus compañeros. El ataque giró en torno a Worthy y eso dió sentido a toda una unidad ofensiva que hacía tiempo que no veíamos a ese nivel. Mahomes sonreía como hace tiempo que no lo hacía, porque sabía que las cosas por fin estaban funcionando. Kelce se sumó en un papel secundario, donde su producción actual tiene mucho más sentido y el juego de Carrera lució de una manera distinta. Todo encajó.

Estos Chiefs se parecieron mucho al equipo que alcanza Super Bowls y gana anillos. Y si el ataque fue bueno, la defensa ya venía avisando de lo que es capaz y complicó muchísimo la vida a Lamar Jackson y el ataque de los Ravens. El menú de paquetes de presión confundió y puso muy ansioso al quarterback rival. Spagnoulo a veces lanzaba Blitz con todo, a veces presiones simuladas y a veces apenas tres contra el quarterback, mientras el resto se quedaban en cobertura. Esta versión de los Chiefs puede llegar muy lejos y eso que aún le faltan efectivos.

No sucede lo mismo cuando hablamos de los Ravens, un equipo que al menos nos tenía acostumbrados a dominar en temporada regular. No es la versión que estamos viendo en este arranque de campaña y este pasado domingo, enfrentando de nuevo un partido relevante, aparecieron los viejos fantasmas de siempre.

La defensa ya venía siendo mala, incapaz de parar la carrera y con Zack Orr poniendo a sus jugadores en situaciones de desventaja. La línea defensiva se vio de nuevo superada, Roquan Smith volvió a sufrir en el segundo nivel y Kyle Hamilton, lejos del balón, sin tener el efecto que él puede tener sobre los ataques rivales. Y después, además, llegaron las lesiones.

Lo que no esperábamos es que el ataque no fuera a dar la talla. Después de un primer Drive, magnífico, la unidad ofensiva se diluyó. Como viene pasando los últimos años cada vez que hay partidos de importancia, Lamar Jackson trató de hacer más de la cuenta, se mostró ansioso y aparecieron los errores. Deja de ser anecdótico que en partidos como este, el quarterback de los Ravens, no sea capaz de mostrar su mejor cara.

Así, la ofensiva de Baltimore abandonó el juego de carrera, dejó que su quarterback volviera a ser presionado y se acabaron las ideas. Después de ese primer Drive, los titulares de la ofensiva solo fueron capaces de poner seis puntos más en el marcador.

No es el 1-3 en sí mismo, lo que más preocupa, sino el cómo ha sucedido y las lesiones con las que ahora los Ravens deben encarar un futuro que se les complica. Eso no significa que todavía no puedan ganar la división, perfectamente podrían hacerlo, pero sí ponen en duda su capacidad en partidos importantes y contra equipos de nivel. Baltimore tiene mucho que demostrar.

Todavía no es hora de rendirse con los Colts

Los Indianápolis Colts perdieron en Los Ángeles contra los Rams, pero eso no significa que su sorprendente inicio de temporada haya sido un espejismo, más bien lo contrario. Plantarse en Los Ángeles y ser capaz de competir y casi ganar el partido contra uno de los mejores equipos de la NFL dice mucho de estos Colts. De hecho perfectamente pudieron ganar el partido, si no llega a ser por un par de errores de concentración de su receptor. Adonai Mitchell. El balón que soltó antes de entrar en la End Zone y el holding que cometió en el Touchdown de 53 yardas, anotado por Jonathan Taylor, y que, por su falta fue anulado, habrían supuesto, de no cometer estos errores, la victoria de los Colts.

Y sí, es cierto, los errores de Daniel Jones aparecieron. Pero a diferencia de otras ocasiones, en vez de hundirse, el quarterback de los Colts, fue capaz de volver al partido y jugar a un buen nivel, la línea ofensiva y Jonathan Taylor siguen jugando a un gran nivel y hacen pensar que Indianápolis puede pelear perfectamente por ganar su división.

Lo mismo podemos decir de unos Rams que, tras dejarse remontar la pasada semana en Filadelfia, en esta ocasión fueron ellos los que le dieron la vuelta al partido. Para explicarlo, primero, hay que fijarse en dos jugadores que están rayando a un nivel extraordinario: el veterano quarterback, Matt Stafford y el receptor estrella Puka Nacua. De hecho, Nacua puede ser ahora mismo el mejor receptor de la NFL. Su dureza, su capacidad de hacer daño en los tres niveles y su maestría a la hora de sumar yardas después de la recepción le han convertido en un arma casi imparable y los Rams se están beneficiando de ello. Además, Davante Adams está encajando cada vez mejor y ambos forman una pareja de receptores muy peligrosa.

Como peligrosa es también la defensa de los Rams y su Front, que es capaz de afectar a los quarterback rivales y provocarles errores. No podemos descartar a los Rams como candidatos a todo en la Nacional.

¿Debemos preocuparnos por los Packers?

El partido del domingo por la noche en Dallas aumenta la sensación de dudas en torno a los Green Bay Packers que, tras perder en Cleveland, solo fueron capaces de sumar un empate ante unos Cowboys, cuya defensa es la más floja de la NFL. Y sí, los Packers se fueron a los 40 puntos anotados, pero estuvieron apunto de perder un partido en el que su defensa fue superada una y otra vez por Dak Prescott.

El Front defensivo de los Packers no estuvo al nivel que nos mostró al comienzo de temporada y su secundaria está empezando a mostrar unos agujeros que la vuelven vulnerable. El Quarterback de los Dallas Cowboys entendió, una y otra vez, lo que tenía que hacer para batir los planteamientos zonales de la defensiva de Green Bay.

Hay que decirlo, si los Cowboys no pierden este partido es gracias a Dak Prescott. El nivel al que está jugando en este arranque de temporada es extraordinario y concretamente en este partido firmó una de las mejores actuaciones que le recordamos sin su receptor estrella, CeeDee Lamb, y con un juego de carrera que no estaba funcionando, Prescott se echó el equipo a la espalda y lo sostuvo para no perder el partido. La última temporada que Prescott estuvo sano, quedó segundo en la carrera por el MVP y en este comienzo de campaña, está otra vez entre los mejores quarterbacks.

No se puede decir lo mismo de unos Cowboys que están completamente desequilibrados, el ataque funciona y es capaz de brillar, pero su defensa es un coladero y cualquier equipo les pone puntos en el marcador con muchísima facilidad.

Los Eagles y los Bills, últimos invictos

No es casualidad que Philadelphia y Buffalo queden como los dos únicos invictos en la NFL. Además, si miras el nivel de juego de estos dos equipos, te da la sensación de que ambos no están todavía a su mejor nivel. Y aún así, no conocen lo que es la derrota.

Lo que está haciendo Philadelphia es digno de un equipo campeón. Sin excesivo brillo ha sido capaz de sacar adelante partidos contra rivales, muy complicados, ganando en los márgenes, en los detalles, llevándose siempre la batalla de las trincheras y mostrando una dureza, física y mental que explica muy bien el éxito de esta franquicia. Si miras todas sus victorias, ninguna es perfecta, pero han ganado a grandes rivales, sin tener que sacar lo mejor de sí mismos.

Es cierto que contra los Chiefs un balón que Travis Kelce dejó caer pudo marcar la diferencia, que contra los Rams, la primera parte fue un desastre y que contra los Buccaneers casi ven como su rival remonta el partido. Sí, pero en todas estas ocasiones, la victoria acabó cayendo del lado de los Eagles. El juego de carrera no está destacando como el año pasado. El juego aéreo tiene a sus dos principales receptores con números impropios de su calidad y Jalen Hurts no tiene números estratosféricos que digamos. Pero la defensa domina, los equipos especiales producen y como equipo no hay nadie como ellos en la NFL. No están invictos por casualidad.

Con los Bills sucede que solo han tenido una cita realmente relevante contra un rival de entidad y fue en el primer partido de la temporada contra los Ravens, pero elequipo de Buffalo lo sacó adelante con la mejor versión de Josh Allen y desde entonces no han necesitado pasar de la segunda marcha para ganar todos sus partidos. Sus rivales no estaban al nivel de los Bills y Buffalo no ha forzado la máquina en ninguna de esas ocasiones, pero en todas ellas ha ganado con comodidad. No con brillantez, ni falta que les ha hecho con un juego de carrera solidísimo donde James Cook está brillando por encima de todos y un Josh Allen a medio gas ha bastado para pasar siempre de 30 puntos y mantener la casilla de derrotas a cero.

En estos cuatro primeros partidos, la defensa de Bills, sí que ha dejado alguna duda, sobre todo a la hora de parar la carrera, pero a cambio tienen el don de la oportunidad a la hora de recuperar balones.

Para quien tenga dudas, si miramos el equipo más eficiente de la NFL, teniendo en cuenta ataque y defensa, son los Buffalo Bills quienes lideran ese apartado. Al contrario que Philadelphia, los Bills todavía tienen que medirse a más rivales de entidad que puedan contrastar su verdadero nivel, pero de momento van sobrados sin tener que forzar.

Suben en la Semana 4

Jaxson Dart: el debut del quarterback rookie de los New York, Giants fue esperanzador e ilusionante. La osadía, el arrojo, la valentía y la pasión con la que jugó convenció por completo y enamoró a la afición neoyorquina. Lo que no está claro es si esta manera de jugar puede ser sostenible para él, porque se llevó más de una decena de golpes y un mes más jugando así le puede mandar a la enfermería. En cualquier caso, su actuación unida al dominio del Front defensivo de Nueva York, que castigó una y otra vez a Justin Herbert, permitió a los Giants ganar a un equipo invicto y sacar la cabeza del fango.

Jacksonville Jaguars: hay que empezar a poner atención en unos Jaguars que han dado un salto de calidad respecto a temporadas anteriores. Liam Coen está mejorando por mucho la operatividad de un equipo cuyos dos últimos entrenadores no dieron con la tecla. Tanto en ataque como en defensa estamos viendo una imagen de Jacksonville mucho más mejorada. La defensa es la que más turnovers ha provocado en toda la NFL, lo que vamos de temporada, su Front defensivo, está jugando a un grandísimo nivel y en ataque el juego de carrera no tiene nada que ver con lo que estábamos acostumbrados y si Trevor Lawrence es capaz de conseguir cierta continuidad y estabilidad este es un equipo que puede sorprender y competir por estar en playoffs.

Pittsburgh Steelers: la versión de los Steelers, que vimos en Dublín, es la que les puede llevar lejos este año. Una defensa que provoca errores, que presiona, que incomoda el ataque rival y que domina los partidos, marca la diferencia. En ataque, vimos la mejor versión del juego terrestre de los Steelers en mucho tiempo y a la vez, Aaron Rodgers fue capaz de quitarse el balón de encima rápido para sacar beneficio de la agresividad de la defensa de Minnesota y su receptores. El resto con las yardas After Catch. Mención especial para un DK Metcalf que mostró su versión más arrolladora en este primer partido europeo de la temporada NFL.

Drake Maye: a los New England Patriots todavía les faltan unas horas de cocción para ser un equipo competitivo de verdad. Es cierto que su entrenador Mike Vabrel ha demostrado que ha girado por completo la cultura de un equipo que llevaba varios años a la deriva. Eso, en sí mismo, ya es todo un éxito, pero todavía falta mucho trabajo colectivo por delante. Lo que sí empieza ser una certeza es que acertaron con su quarterback. Drake Maye está demostrando una eficiencia y un talento capaces de marcar la diferencia, su comienzo de temporada es, no solo esperanzador, sino muy convincente. Es un jugador sobre el que parece que se puede construir un proyecto y es el Quarterback de su generación que mejor está jugando y que más está progresando, por encima de Jayden Daniels, Caleb Williams, Bo Nix, JJ McCarthy y Michael Penix.

Bo Nix: el quarterback de los Denver Broncos venía sufriendo contra la presión en este arranque de temporada, algo que en el partido frente a los Bengals, desapareció por completo. Nix estuvo preciso, identificando la presión y sabiendo castigarla. Esta es la versión que Denver necesita de su quarterback. El resto, ya lo hace una defensa imponente, cuyo Front determina partidos una y otra vez y cuya secundaria fue capaz de borrar del partido a todo un Ja’Marr Chase.

Bajan en la Semana 4

Geno Smith: el jugador que lograra revivir su carrera en Seattle, no está dando la talla en este comienzo de temporada en Las Vegas. Su horrible partido, con tres intercepciones, incluidas, arruinó las opciones de los Raiders de ganar su partido frente a Chicago. De hecho, Smith comanda la clasificación de intercepciones de la NFL en este arranque de temporada.

Brian Callahan: el entrenador de los Titans empieza a sentir que su silla está caliente. El que fuera considerado como el gurú ofensivo que llevó a los Bengals y a Joe Burrow hasta la Super Bowl no está demostrando ser capaz de liderar el proyecto de Tennessee a nada mínimamente positivo. Con la primera elección del draft, Cam Ward, teniendo que huir por su vida en todos los partidos y desperdiciando buenos lanzamientos con un grupo de receptores que no le están acompañando, el ataque de los Titans está por debajo del nivel que se le supone a un entrenador que venía para elevarlo. Es candidato a ser el primer Head Coach despedido esta temporada.