Bill Belichick siempre decía que el verdadero football se empieza a jugar después de Thanksgiving, todo lo demás era la preparación. El jueves de la semana anterior, Tom Brady confirmó que al llegar a esta parte de la temporada, era exactamente cuando sabían las posibilidades que tendrían de pelear por el Super Bowl. Siguiendo los consejos de dos históricos, ordenamos a los 10 equipos que en este punto de la temporada, presentan más probabilidades de ganar el Super Bowl LX en una temporada en la que particularmente no parece haber equipos 100% dominantes.
Tienen una mezcla ideal, la que todos los equipos persiguen y anhelan, experiencia y juventud, dinamismo y efectividad. Matthew Stafford sigue jugando a nivel MVP; Davante Adams ya no es un jugador élite pero sigue dominando y haciendo diferencia cada que es llamado a la causa, los esfuerzos son menos pero igual de efectivos; el que sí se mantiene en la categoría élite de receptores es Puka Nacua quién hace gala de productividad y recepciones circenses domingo a domingo, juntos son, quizá la ofensiva más constante de la liga, la que menos cambia sin importar el rival que tenga enfrente.
Defensivamente, el todo es más que la suma de sus partes. Individualmente no serían exactamente los mayores difference-makers, pero juntos, Braden Fiske, Kobie Turner, Jared Verse y, sobre todo, Byron Young, conforman uno de los mejores elencos de frontales defensivos en la liga. Complican la vida a cualquier rival gracias a la inteligencia del coordinador defensivo Chris Shura a pesar de las lesiones que han sufrido en la secundaria. Si no bajan el ritmo, podrían conseguir su segundo Super Bowl en los últimos cuatro años.
En varios medios se ha mencionado que quizá este es el mejor año, y el mejor trabajo que ha hecho Kyle Shanahan desde que llegó a la bahía. Un sin número de lesionados -y todos de gran importancia- le obligaron a reinventarse, no sólo en la temporada, sino partido a partido. Kyle y el coordinador defensivo Robert Saleh han sacado agua de las piedras. Principalmente este último, quien después de haber tenido que reemplazar a tres de sus mejores hombres (Nick Bosa, Fred Warner, Mykel Williams), sigue encontrado la forma de frenar a las ofensivas rivales; mientras Shanahan se las ha ingeniado para ganar partidos con Mac Jones, Brock Purdy, o quien sea que esté disponible, encuentra vías para lograr las victorias.
A pesar de las tormentas, llegaron a la semana 13 con nueve victorias; a partir de ahora, parece que el cielo empieza a clarear, empiezan a recuperar lesionados, empiezan a ser un equipo más completo, uno que tendrá más alternativas para la parte final de la temporada y los playoffs.
Aquí vamos a apelar un poco a la historia. Si consideramos solamente los récords, Broncos, Patriots y Colts deberían estar arriba. La realidad es que ninguno de ellos ofrece la certeza de un equipo candidato a Super Bowl, en los tres casos mucho tiene que ver la inexperiencia de su plantel y de sus quarterbacks jugando en postemporada. Además que no han sido estrictamente convincentes, sea por los rivales derrotados o las formas de conseguir sus victorias.
Apegándose a ello, los que gozan de experiencia tanto en el plantel como con su quarterback son los Bills. No es su versión más estética de años recientes, tampoco la más explosiva o dominante, pero estamos hablando de un equipo que en este mood “económico”, tiene ocho victorias en 12 partidos, casi como si ya supieran que no vale la pena pisar el pedal a fondo en temporada regular para que al final lleguen con tanques vacíos a la postemporada. Su juego terrestre es dominante con James Cook, su defensiva se dobla pero no se rompe y el argumento principal es, como siempre, que tienen a Josh Allen, que en una de sus temporadas menos espectaculares, sigue siendo razón suficiente para ganar partidos de eliminación directa. La Conferencia ofrece su versión más abierta a la competencia en muchos años, es temporada difícil para Patrick Mahomes, Joe Burrow, Lamar Jackson y demás, puede que sea su mejor oportunidad para arrebatar por fin el trono de la AFC.
Si tuviera que escoger uno de los equipos con quarterbacks de nula o poca experiencia en postemporada para ganar un partido de playoffs en el último minuto del cuarto cuarto, ese sería Drake Maye y lo haría en un santiamén. El tipo parece haber nacido para enfrentar adversidades; con una línea ofensiva de nivel medio ha sabido adaptarse para no sufrir castigos innecesarios, si no hay necesidad se deshace rápido del balón -algo sumamente difícil de asimilar cuando se es tan joven- si no encuentra líneas de pase, él genera yardas con sus piernas y, a pesar de no tener receptores de primer nivel, sabe dosificar, rotarlos y explotar duelos individuales que le van a favorecer. Drake en sí mismo ya es un argumento.
Su defensiva con algunos jugadores diferenciales ofrecen la confianza suficiente para aventarlos al ruedo en situaciones críticas pensando que van a responder de forma positiva y el envión anímico que han conseguido a causa de su racha de victorias no es algo que se deba minimizar.
Y si alguien sabe cómo sacar el máximo de cualquier plantel, en cualquier escenario y ante cualquier rival, ese es el señor Mike Vrabel, quien además fue testigo activo del primer Super Bowl de los Patriots, en la era Brady cuando nadie apostaba por ellos. ¿Podrá repetir la historia ahora como Head Coach? Veremos. ¿A quién no le gustan las segundas partes?
Defensivamente se podría argumentar que es un equipo sin falencias es increíble el cambio tan radical que han tenido en esta unidad con tan sólo unos pocos ajustes, crédito total del Head Coach Mike Macdonald. Y es que desde la semana siete, la defensa de los Seahawks ha sido la mejor de la NFL con -0.36 EPA por jugada, permiten menos yardas y menos puntos por jugada de lo que se esperaba. Para contextualizar, la defensa de Seahawks de 2013 promedió -0.17 EPA por jugada. Mike Macdonald y su defensiva, actualmente superan el pico de rendimiento de Legion of Boom por un 56%.
El esquema ofensivo de Klint Kubiak ha sido lo suficientemente exitoso como para hacer de Jaxon Smith-Njigba un candidato a romper el récord histórico de yardas por recepción en la NFL. Sin embargo, el juego aéreo de Seattle, en manos de Sam Darnold, no acaba de ofrecer la consistencia que uno desearía ver en un equipo candidato al Super Bowl. No son errores grosos, ni muy constantes, pero sencillamente hacen dudar mucho al imaginarse que podría suceder en partidos de altísima tensión como una Final de Conferencia o un Super Bowl. Aún así, siguen siendo uno de los pocos equipos de este año capaces de mostrar regularidad.
Tienen un poco el aura de los Chiefs del año pasado. Su desempeño ofensivo no es bonito ni atractivo, y la expectativa era que fuera una unidad de alto octanaje en el marco del segundo año de Bo Nix con Sean Payton al mando, pero sencillamente no han acabado de dar ese paso al frente. En cambio, su poderosa defensiva es la que se ha encargado de mantenerlos a flote y llevarlos al límite de los partidos para ganar en escenarios de último minuto e inclusive de tiempo extra.
El año pasado, los Chiefs daban las mismas sensaciones y llegaron al Super Bowl. No sería descabellado pensar que, en un año con el nivel un poco más bajo en la AFC respecto al anterior, los Broncos pudieran hacer lo mismo.
De hecho, ya lo hicieron hace 10 años, cuando impulsados por una legendaria defensiva, Peyton Manning en su nivel menos dominante ganó el Super Bowl y no podemos dejar de lado que una gran ventaja competitiva que tienen respecto al resto de los equipos en su Conferencia es la presencia y experiencia de Sean Payton, quien ha enfrentado cualquier tipo de escenarios y parece tener las respuestas a cualquier examen
La defensa de los Packers ha sido una mini montaña rusa; inició a fantástico nivel, luego atravesó unos baches, pero en sus últimos partidos han sido capaces de mantener marcadores bajos, son la defensiva que menos jugadas explosivas permite y la que menos yardas tras recepción permite, mucho, demasiado tiene que ver Micah Parsons, quien está teniendo un gran año en el cual ha sido capaz de impactar en los partidos de mayor relevancia, algo que deja muy buenas percepciones pensando en postemporada.
Menos estable ha sido el andar de la ofensiva, Matt LaFleur y Jordan Love han tenido momentos muy cuestionables en su plan y ejecución de juegos. Casi como que tienen una tendencia a encontrar formas de ser sus propios enemigos, pero cuando tienen partidos completamente enfocados, es una de las cinco mejores ofensivas de la liga. Quizá mucho tenga que ver que la línea ofensiva tardó en trabajar en sincronía y que su cuerpo de receptores nunca ha estado completamente sano en la temporada, pero como sea parece que la flecha empieza a apuntar hacia arriba.
En general es uno de los equipos más y mejor balanceados en la liga, pero uno al que les cuesta cerrar partidos, algo que termina siendo completamente determinante en enero. Si logran dar con la tecla antes de terminar la temporada regular, serán un rival de cuidado.
¿Qué cambió se preguntan muchos? Y esa es la respuesta; mucho cambió. Ayuda demasiado ver el cambio tan drástico entre la versión 2024 de Eagles y la 2025 para entender la importancia que tiene un Coordinador Ofensivo en un equipo. Tras la salida de Kellen Moore y el designio de Kevin Patullo como Coordinador Ofensivo, Eagles sencillamente no ha mostrado respuestas ni variantes. Saquon enfrenta cajas demasiado cargadas y Patullo no ha tenido un Plan B, si el ataque terrestre no funciona, Eagles se vuelve muy predecible. Jalen Hurts está jugando a un nivel bueno, aceptable, es el segundo mejor QB en yardas aéreas por intento de pase (9.1), el sexto mejor en índice de pasador (103.9) y el décimo segundo en EPA (52.7), no es temporada de MVP, pero es sólida. La defensiva no ha bajado el nivel, sencillamente ha tenido que estar demasiado, excesivo tiempo en el campo por la ineficiencia ofensiva.
Dicho todo esto, en la NFL actualmente, solamente hay seis equipos que tienen más victorias que Eagles, el talento no se ha ido a ningún lado, tienen un arsenal en todos lados. Sigue siendo el mejor plantel de la liga, Nick Sirianni no se da por vencido y los rivales no son invencibles. Si se llegan a enrachar en diciembre, nadie los querrá enfrentar.
Lo que más me espanta de estos Bears es que, definitivamente, no han llegado a su tope. Es el equipo que más recuperaciones de balón tenía hasta el final de noviembre a pesar de no contar con su cornerback principal, su linebacker medio titular y su corner nickel titular. Que es una defensiva muy dependiente de los intercambios de balón es cierto, pero el regreso de TJ Edwards y Noah Sewell debería ayudar demasiado.
Para hablar de su ofensiva, no hay palabras: desde su descanso de la Semana 5, los Bears tienen marca de 7-1 y son líderes de la liga en ofensiva total (379.4 yardas por partido), en ofensiva terrestre (179.6 yardas por juego terrestre)... tienen la menor cantidad de entregas de balón (5), son terceros en puntos por partido (26,5). Ben Johnson dijo que su mejor football lo veríamos en enero y, creo que más de uno debería temer porque parece que era cierto.
No seré yo quien desestime a los Chiefs 2025. Lo primero que quisiera dejar claro es que su versión de este año no es muy diferente a la del 2024, simplemente que la temporada anterior, todas las situaciones críticas parecían ser a favor de ellos y este año no es así.
Ofensivamente son el equipo que más aprovecha sus series en cada partido, pero es el equipo que menos series ofensivas tiene por juego. Un fenómeno parecido pasa en la defensiva. ¿La interpretación? Están jugando muy poco y sus errores se pagan muy caro. No importa que Patrick Mahomes lance cuatro pases de touchdown, si solo le dan cinco series ofensivas y en una se equivocan y el rival la aprovecha, Chiefs va a perder, además es claro que el juego terrestre no ha sido efectivo de ninguna forma y con ningún jugador este año, haciendo que la dependencia de Mahomes sea mucho más marcada.
La temporada pasada: Kansas City ganó 11 partidos de 11 que se definieron por una posesión.
Esta temporada: Kansas City ha ganado 1 de 6 partidos que se definieron por una posesión.
Errores en momentos críticos, falta de oportunidades, pero el nivel es más o menos el mismo que el del año pasado. Aun hay algo de tiempo para enmendar y si, siempre he creído y seguiré creyendo que mientras Patrick Mahomes y Andy Reid estén en un equipo, hay que considerarlos candidatos, quizá los últimos, pero candidatos al fin.