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La previa de semana 2

La sobrerreacción de la semana 1 da paso a la sobrerreacción de la semana 2. No nos podemos engañar. En el mes de septiembre, todos los partidos se igualan y se producen sorpresas, para bien y para mal, que no deben tomarse como definitivas. Después de vivir una primera jornada muy buena, no espero nada distinto para un fin de semana que comienza el jueves noche con un partido entre dos conjuntos que se podrían ver las caras de nuevo a finales de enero. Vamos con la previa.

El Thursday Night Football de la semana 2 nos ofrece un choque muy interesante entre dos equipos que parecen estar preparados para asaltar el reinado de los Philadelphia Eagles. Los Green Bay Packers abusaron de los Detroit Lions el pasado domingo y jugaron a un gran nivel en los dos lados del campo. La llegada de Micah Parsons parece haber tenido un impacto inmediato en la moral de las tropas de Matt LaFleur, y los queseros saltaron al campo con la decisión de finiquitar al equipo de Dan Campbell desde el inicio. La defensa brilló sobremanera tanto en el pass-rush como contra el juego terrestre, dándole muy poquitas opciones a Jared Goff de subir puntos al marcador. Y, además, Jordan Love y sus receptores fueron muy superiores a la secundaria rival en los dos primeros cuartos, marcando una diferencia que no pudo salvar el conjunto de Detroit en el resto del encuentro.

Los Commanders, en cambio, llegan con el mismo entusiasmo con el que acabaron la temporada pasada, donde demostraron un nivel altísimo desde el mes de diciembre. Solo los Eagles pudieron frenarles en la final de conferencia, generando mucho optimismo de cara a este nuevo año. Es cierto que, en la primera jornada, Jayden Daniels no estuvo tan preciso como demostró ser en su año rookie, pero, aun así, se vio al mismo quarterback cerebral y sabiendo manejar la presión que en 2024. El joven pasador promete dinamismo, piernas rápidas y valentía, pero deberá enfrentarse a una defensa que juega a la misma velocidad que él. Esta será, para mí, una de las primeras claves para este jueves.

Tanto Quay Walker como Edgerrin Cooper demostraron una aceleración y explosividad fantásticas para dominar la zona media. Su rango de acción de lado a lado del campo es de los mejores en toda la liga. Una vez que reconocen la jugada, siempre llegan con ventaja de hacer el stop. Para jugar contra un equipo que mueve muy bien sus piezas antes del snap, esto es básico. Kingsbury intenta generar caos en las defensas con los motion antes del snap y con el mesh entre quarterback y running back después de que se inicie la jugada. Ahí, las lecturas y disciplina de los linebackers se antoja fundamental para poder contrarrestar el peligro ofensivo de estos Commanders. La llegada de Deebo Samuel le da un extra en este aspecto.

En la imagen anterior podemos ver uno de los usos que Kingsbury puede hacer con Deebo. Samuel se mueve antes del snap para cambiar de lado, pero, una vez que se inicia la jugada, el receptor vuelve sobre sus pasos para recibir el balón a la mano y buscar el exterior. Un wide receiver bloque al línea defensivo más exterior y sella el edge para que varios compañeros suban al segundo nivel a bloquear. Se producen los bloqueos y Deebo consigue anotar su primer touchdown como jugador de Washington.

Al otro lado del campo, la línea defensiva de Commanders cuenta con un jugador que sigue creciendo a medida que avanza su carrera. Dorance Armstrog fue importante con los Dallas Cowboys, pero desde que ha llegado al equipo capitalino se ha mostrado como un jugador mucho más importante. Habrá que estar muy atentos al estado físico de Zach Tom, ya que el tackle derecho de los Packers puede ser baja. Ahí, y con Dan Quinn dibujando esquemas de presión muy versátiles, Jordan Love podría sufrir el agobio del pass-rush, que podría ocasionar alguna entrega de balón.

El histórico Lambeau Field será testigo de otro gran examen en horario estelar para unos Packers que han redoblado su apuesta por la defensa. La llegada de Micah Parsons transformó a Green Bay en una unidad con aspiraciones de ser dominante y, ante un rival como Washington, la expectativa es clara: marcar territorio en la NFC desde el inicio. Los Commanders llegan con ilusión y con Jayden Daniels como estandarte de una nueva era. Terry McLaurin y su grupo de receptores son capaces de lastimar si logran entrar en ritmo pronto, aunque el reto será sobrevivir a la avalancha defensiva de Green Bay. El partido será una batalla de principio a fin, con dos conjuntos muy divertidos y modernos en su juego. La semana 2 empieza a lo grande.

En Cincinnati se respira una sensación diferente a la de otros años: después de un 2024 lleno de incertidumbres, los Bengals vuelven a sentirse contendientes con un Joe Burrow sano y un Ja’Marr Chase preparado para destrozar defensas. La victoria frente a los Browns en la primera semana de competición, cambia lo que había sucedido en anteriores temporadas. El mes de septiembre es sinónimo de derrota para el equipo de Zac Taylor y, aunque el partido no fuese brillante, salir con una victoria en su casillero demuestra que las cosas podrían estar cambiando.

Para los Jaguars, este duelo es más una prueba de carácter que de resultados inmediatos. Liam Coen trae aire fresco al costado ofensivo, Travis Etienne parece estar mucho más cómodo en este esquema y la dupla Brian Thomas/Travis Hunter genera expectativas muy altas para el juego aéreo. Trevor Lawrence necesita un partido que lo devuelva al sitio donde parecía estar destinado a ser, uno donde pueda igualar el ritmo de Burrow y demostrar que su talento puede sostenerse incluso en entornos hostiles.

Para dar alguna clave, me tengo que ir al juego terrestre de los Bengals. Chase Brown dejó detalles el pasado domingo, pero es cierto que Jim Schwartz, el excelente coordinador defensivo de Cleveland, fue capaz de maniatar a toda la ofensiva, dejando muy pocas opciones para poder brillar. Aún así, el running back es importantísimo para liberar la carga de trabajo a Burrow y compañía. En situaciones cercanas a la end zone, su versatilidad ofrece recursos suficientes al equipo para anotar, ya sea en carreras de poder, zonales o por aire. Cuando las defensas rivales doblan en cobertura a Chase o Higgins, Brown aparece para darle una tercera opción a su quarterback. Quizás no sea el corredor más duro de la liga, pero su lectura de la línea ofensiva y su agilidad en espacios cortos le otorga herramientas suficientes para terminar anotando y así subir puntos al marcador.

Aquí tenemos una acción donde Brown demuestra lo que estoy contando. Los Bengals juegan el doble bloqueo en la línea ofensiva y uno de los tight ends juega un trap block en el exterior para abrir ese lado. Sin embargo, el cornerback de Browns baja muy rápido en el apoyo contra la carrera y cierra la salida del running back. Chase Brown lo lee, frena y hace un corte muy seco para coger el camino contrario, aprovechándose de un gran bloqueo de su tackle izquierdo para llegar hasta la end zone.

Evidentemente, si los Jaguars quieren competir este partido, no pueden permitir un tanteo demasiado alto. No es fácil, pero su línea defensiva puede generar peligro a Joe Burrow con Trevon Walker, Arik Armstead o, por supuesto, con Josh Hines-Allen. Una vez que Trevor Lawrence salte al campo con la ofensiva, las comparaciones serán inevitables. Ambos quarterbacks jugaron la final por el título universitario hace años y Joe Burrow aplastó a la Clemson de Lawrence. Desde entonces, siempre se ha esperado que el pasador de Jaguars llegase a un nivel al que de momento ve de lejos. El talento está y es evidente, pero la evolución y crecimiento dentro de los profesionales parece haberse estancado. La llegada de Coen hace crecer la ilusión de que veamos al mejor Lawrence, ya que tanto Thomas como Hunter le dan mucho dinamismo a ese ataque.

La defensa de los Bengals, además, y a priori, no es una de las más poderosas de la liga, por lo que podríamos ver a Lawrence buscando el tercer nivel para atacar en profundo a una secundaria que puede sufrir con la velocidad de los dos wide receivers titulares de Jaguars. Si Jacksonville logra mantener el balón y desgastar a la defensa de Cincinnati, habrá pelea; si no, todo apunta a una tarde larga frente a uno de los ataques más explosivos de la AFC.

La afición de Cincinnati se frota las manos: Joe Burrow vuelve a estar sano y, con él, los Bengals recuperan el aura de contendientes. El duelo contra Jacksonville, sin embargo, también servirá como medida para saber si la línea ofensiva puede darle a Burrow la protección necesaria tras temporadas de castigo constante. Jacksonville, por su parte, encara el encuentro con un objetivo más modesto pero no menos importante: competir. Con un staff renovado y la presencia de Travis Hunter como pieza joven ilusionante, el equipo busca identidad. Trevor Lawrence, señalado como pieza clave del proyecto, tiene ante sí la tarea de responder a un duelo directo con Burrow. El plan de los Jaguars pasará por controlar el reloj con Travis Etienne y evitar que la ofensiva de Cincinnati convierta cada drive en puntos. El desafío es enorme, pero también la oportunidad de enviar un mensaje: que Jacksonville quiere volver a ser protagonista en la AFC.

El partido que todos hemos marcado en el calendario llega en la segunda semana: la revancha de la última Super Bowl. Philadelphia llega con la confianza de haber conquistado el Lombardi y con una línea ofensiva que sigue siendo la piedra angular de todo lo que hacen. Jalen Hurts luce más sobrio que nunca, rodeado de receptores élite y con la capacidad de dominar el juego tanto desde el pocket como en situaciones de RPO o zone read, donde Saquon Barkley desequilibra a las defensas rivales. Sin embargo, jugar en Arrowhead nunca es sinónimo de partido cómodo, y menos después de la derrota de los Chiefs en el partido de Sao Paolo. El ruido de sus seguidores, la presión que se ejerce y el orgullo de un equipo herido tras caer en la gran final convierten este encuentro en una auténtica prueba de fuego para los chicos de Nick Siriani.

Los Chiefs tienen a Patrick Mahomes, y eso ya es suficiente para que cualquier partido dé miedo. Muchas voces han dicho que el quarterback de los de Kansas City no jugó a buen nivel frente a los Chargers, pero yo no estoy de acuerdo en esa afirmación. Mahomes mantuvo a su equipo en el partido cuando todo lo demás se caía, y le dio oportunidades para ganar hasta casi la última jugada. El desafío para Andy Reid es darle a su pasador un receptor confiable más allá de Travis Kelce, porque Philadelphia demostró, en febrero pasado, que puede doblarse, pero no romperse, cuando se trata de contener a un solo hombre. Chris Jones y la defensa local saben que tienen que ganar en las trincheras para no dejar que Hurts controle el reloj a su antojo. Justin Herbert hizo saltar las alarmas el pasado viernes y eso es algo que, a buen seguro, Siriani va a querer explotar.

A los Eagles les gusta dominar el juego desde la carrera, para que, según avance el partido, podemos atacar el tercer nivel con jugadores de la talla de AJ Brown o DeVonta Smith. Sin embargo, hay otro wide receiver que puede aprovecharse de la atención que generan sus compañeros: Jahan Dotson. En la imagen anterior, tenemos una de las big plays que realizó Philadelphia en el kick-off del pasado jueves. Los Eagles mandan dos rutas verticales para atacar a los dos safeties en esa cobertura Quarters que juegan los Cowboys. La línea ofensiva hace un trabajo extraordinario dándole un pocket limpio a Hurts que puede leer cómo el safety del lado de Dotson se va con la ruta vertical y abre el espacio a su espalda. Dotson hace un corte rápido al interior y acelera para recibir un gran lanzamiento de su quarterback.

La NFL rara vez ofrece segundas partes tan rápido, pero el calendario ha querido que la revancha de la Super Bowl LIX llegue apenas en la segunda semana. Philadelphia aterriza en Kansas City con la etiqueta de campeón vigente y la convicción de un equipo que ha encontrado equilibrio en ambos costados del balón. La misión de los Eagles es clara: demostrar que lo de la Super Bowl no fue accidente, sino una superioridad real frente a Mahomes y compañía.

Los Chiefs, heridos en su orgullo, saben que este partido significa mucho más que una simple victoria en septiembre. Más allá de los puntos y las estadísticas, lo que está en juego es la narrativa: ¿se consolidan los Eagles como el nuevo gigante de la NFL o resurgen los Chiefs para recordar al mundo que el reino de Mahomes aún no ha terminado?