Como se temía, se confirmaron las peores noticias para los Cincinnati Bengals: Joe Burrow estará fuera al menos tres meses tras someterse a una cirugía en el dedo del pie.
Burrow decidió operarse de una lesión de turf toe grado 3, reportó este lunes Ian Rapoport de NFL Network, de acuerdo con fuentes cercanas a la situación. El quarterback estelar ahora está en proceso de elegir al cirujano que realizará el procedimiento.
El head coach Zac Taylor confirmó que Burrow necesitará cirugía, aunque no ofreció una fecha estimada para su regreso.
La lesión ocurrió en el segundo cuarto de la victoria de los Bengals por 31-27 sobre Jacksonville. Burrow fue capturado en una jugada de 2a & 20, y tuvo que salir con ayuda del campo. Jake Browning tomó los controles y guió a Cincinnati a su primer inicio 2-0 en siete años, lanzando para 241 yardas, dos touchdowns y tres intercepciones.
Tras el triunfo, Burrow fue visto con una bota ortopédica y muletas. Ya antes había perdido los últimos seis juegos de su temporada de novato en 2020 por desgarros en ligamentos de la rodilla, y también la recta final de 2023 tras lesionarse la muñeca.
Ahora, los Bengals tendrán que seguir adelante sin su mariscal de campo franquicia.
El equipo por fin había arrancado 2-0 bajo Taylor, pero estará sin su estrella hasta, al menos, mediados de diciembre. Si Burrow se pierde los tres meses completos, podría volver en la Semana 15 ante Baltimore o en la 16 frente a Miami. En ese lapso, Cincinnati enfrentará 11 partidos, siete de ellos contra equipos que llegaron a playoffs en 2024.
Con Burrow fuera, la ofensiva necesitará que Browning aproveche al máximo a sus armas y rinda por encima de las expectativas. Ja’Marr Chase no bajó el ritmo tras el cambio de mariscal, acumulando 128 de sus 165 yardas con Browning al mando. Necesitarán más actuaciones así para mantenerse en la pelea.
La defensiva también tendrá que responder, liderada por Trey Hendrickson, quien brilló con jugadas clave en la victoria del domingo.
¿Quién es Jake Browning?
Agente libre no reclutado en 2019, Jake Browning no jugó un solo snap de temporada regular hasta 2023, cuando Burrow estuvo fuera. Como suplente, firmó marca de 4-3 en siete inicios, con 70.4% de pases completos, 1,936 yardas aéreas, 12 touchdowns y siete intercepciones. En esa racha, mostró que podía ejecutar el sistema de Zac Taylor, lanzar en ventanas cerradas, tomar decisiones inteligentes y confiar en sus armas ofensivas.
Si logra replicar ese nivel en los próximos tres meses, los Bengals tendrán una oportunidad.
“Me siento muy confiado en Jake”, dijo Taylor el lunes. “Creo que Jake ya demostró su calibre en esta liga y que puede ayudarnos a ganar partidos y competir por todo lo que queremos competir”.
El tema clave serán los balones perdidos. El domingo lanzó tres intercepciones en poco más de dos cuartos. Se le puede perdonar algo, considerando que entró de forma repentina, pero deberá limitar los errores contra rivales de mayor nivel.
Si la defensiva de los Bengals deja de generar pérdidas de balón como lo ha hecho en estas primeras dos semanas, la ofensiva tendrá que responder. Con Burrow en los controles, había confianza de que eso sucedería. Con Browning al mando, ese panorama cambia.
No es una crítica al QB de 29 años, pero la sensación en Cincinnati hoy es que el cielo se viene abajo. Son muy pocos los equipos que podrían sobreponerse a la pérdida de su quarterback superestrella por tanto tiempo.