A la conclusión del triunfo de Green Bay Packers sobre Washington Commanders que abrió la semana 2 de la NFL, un cántico se escuchó con fuerza en las gradas del Lambeau Field. “¡Gracias, Jerry!” fue la frase que una y otra vez repitieron los aficionados que se mantuvieron en el estadio mientras Micah Parsons era entrevistado en el set de NFL Network. No es habitual que una de las grandes estrellas de la competición se vea involucrada en un traspaso, pero eso fue exactamente lo que sucedió el pasado 28 de agosto cuando Dallas intercambió al edge rusher por dos primeras rondas de draft y el defensive tackle Kenny Clark. A continuación, Parsons firmó un contrato de cuatro años y 188 millones de dólares (136 garantizados), el montante más elevado en la historia de la liga para un no-quarterback. Después de sus dos primeros encuentros en la franquicia quesera, los fans de Green Bay no pueden ocultar su alegría porque Jerry Jones, dueño de los Cowboys, no lograse alcanzar un acuerdo contractual con Parsons.
El impacto del nuevo número 1, en todos los sentidos, de los Packers ha sido inmediato. En la primera jornada contra Detroit sólo actuó en 29/65 snaps por una lesión de espalda que ha arrastrado durante toda la pretemporada. Sin embargo, ya en su primera presión a Jared Goff se vio lo bueno que estaba por venir. Su compañero, Lukas Van Ness, le recolocó en la línea para que atacara el gap correcto y básicamente le dijo cuál era su asignación, porque con apenas unos días en el equipo no conocía demasiado bien el playbook. Una vez que se puso la pelota en juego Parsons superó a Penei Sewell, uno de los mejores tackles de la NFL e irrumpió en el backfield para forzar un pase infructuoso en tercer down. En el down más importante del juego los Packers solo han concedido 10/31 intentos, la sexta mejor marca de la liga.
En su debut ante Lions, cuando Green Bay firmó un importante triunfo divisional, Parsons registró un sack y tres presiones al quarterback rival. En sus veintidós jugadas al rush Jared Goff se deshizo de la pelota 0.53s antes que en el resto del juego, así como completó un 21.6% menos de sus lanzamientos. Ese día se alineó casi exclusivamente en las esquinas, solo tuvo dos snaps en el interior, algo que sí hemos visto más a menudo en su etapa en la franquicia tejana. Sin embargo, ya con un mayor conocimiento de los esquemas defensivos de su nuevo equipo, dobló esos snaps en la semana 2 contra Washington. Esa versatilidad para presionar tanto por fuera como por dentro de la formación le abre muchas posibilidades al coordinador defensivo, Jeff Hafley, así como aumenta los quebraderos de cabeza para los ataques rivales.
De momento, Parsons está siendo casi igualmente utilizando por el lado izquierdo (40 snaps) como por el derecho (30). Ya contra los Commanders aumentó su número de jugadas a 44/65. Con él en el campo los rivales solo han tenido un 31.7% de éxito en sus jugadas de pase y un 23.5% en acciones de carrera. En cambio, cuando se ha mantenido en la banda los números han mejorado hasta el 47.2% y el 33.3%. Uno de los factores que se habló en el momento del traspaso fue la menor habilidad de Parsons defendiendo la carrera, pero sinceramente me ha recordado a la historia de hace algunas temporadas con Aaron Donald y su supuesta inferior defensa terrestre. Estos jugadores son tan valiosos en el pass-rush que evidentemente van a ser más productivos en esa faceta del juego, pero eso no quiere decir que supongan un problema para su defensa en la otra.
De las once presiones que ha sumado Parsons en estos dos partidos ésta ha sido hasta ahora mi favorita. Volvemos a estar en un tercer down, los Commanders forman con cuatro receptores abiertos, estando solo el runningback Austin Ekeler junto a su quarterback, Jayden Daniels. Los Packers montan un frente de cinco hombres en la línea, con Parsons (en amarillo) en el extremo izquierdo de la formación defensiva.
Daniels no mantiene al runningback en protección, Ekeler va a salir a ruta. En cambio, los cinco jugadores citados de Green Bay sí van a ir al rush, lo que automáticamente va a generar duelos uno contra uno para todos, exactamente lo que quería Hafley. Parsons va a batir rápidamente a su par, el tackle derecho novato Josh Conerly. En el otro lado, Rashan Gary mantiene ocupado al tackle izquierdo, Laremy Tunsil. Todo va de acuerdo al plan de juego de Packers, pero no van a basar todas sus esperanzas en Parsons, son un verdadero equipo. Esta jugada combina talento individual con un perfecto esquema de los tres linieros interiores, que van a realizar un juego entre ellos. Fijaros cómo los dos hombres marcados en azul realizan un rush en diagonal con un patrón muy similar, manteniendo a guard izquierdo y center bien entretenidos. No buscan necesariamente llegar a Daniels. Por detrás de ellos va a pasar el linebacker Edgerrin Cooper (en rojo), un jugador muy atlético. Esto va a romper el patrón de protecciones de los Commanders.
Todo ha salido a la perfección para los Packers. Parsons ha aprovechado el 1x1 para “comerse” al tackle rookie. En el otro lado, Gary (en verde) ha realizado un rush muy controlado, su función es que Tunsil no retroceda demasiado para que se genere un gran hueco a su lado por donde va a entrar Cooper. Washington no pasa los bloqueos de los tres hombres interiores, lo que deja al guard derecho en una situación imposible para detener a Cooper (en rojo) y a Jayden Daniels sin opción alguna para escapar del sack.
Hoy me estoy centrando en Micah Parsons porque el impacto de su traspaso es inmenso, pero otro día probablemente tengamos que hablar más del coordinador defensivo, Jeff Hafley. Es muy posible que en una o dos temporadas estemos hablando de un nuevo entrenador en jefe. Los Packers vienen haciendo desde el año pasado cosas muy interesantes a nivel esquemático con su juego de blitz y sus rotaciones en secundaria que despistan hasta a los quarterbacks más veteranos. Ese fue el caso de Jared Goff en la semana 1 en la jugada que os presento a continuación. Otra vez estamos en tercer down, en este caso siete yardas por avanzar. Os marco en la flecha azul el posicionamiento de Parsons, pero también tenéis que fijaros esta vez en lo que pasa en la parte profunda del campo. Primero observad cómo la opción número 1 de Goff, el receptor Amon-Ra St. Brown, va a correr una ruta justo a la altura de las cadenas. El cornerback (círculo azul) está pegado a su cara, por su posición bien pareciera que lo va a cubrir en individual, pero esto no será así.
Con la jugada en marcha vemos cómo Parsons (en verde) está de nuevo superando a su rival, creando una presión que va a acelerar la cadencia de Goff y nublar su lectura de la defensa. El cornerback que teníamos en la cara de St. Brown está cayendo a zona, dejando en principio a éste libre para un pase rápido que genere el primer down. Sin embargo, la trampa está tejida. Los safeties rotan, en amarillo vemos al que se mueve a la zona central y en rojo al que va a caer a la zona media donde esperan los Packers que Goff suelte el balón.
Ese jugador es el safety de segundo año Evan Williams, otra pieza muy productiva en el esquema defensivo de Green Bay. Su velocidad de cierre le conduce hasta la intercepción, provocada también por el talento individual de Parsons (círculo verde) que está agobiando al quarterback.
Green Bay era un equipo muy bien entrenado antes de la llegada de Micah Parsons. Ahora lo sigue siendo, pero con uno de los jugadores más diferenciales de la liga en sus filas. Queda mucha temporada, pero los aficionados de la franquicia quesera están deseosos porque continúe. Ellos esperan que todo el puzzle haya encajado para que los Packers regresen este año a las cotas más altas. Estaremos atentos para ver si lo consiguen.