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La debacle de Russell Wilson y los Denver Broncos

Los Denver Broncos conquistaron la Super Bowl 50 en febrero de 2016 en el que supuso el último partido como profesional de Peyton Manning. Desde entonces la franquicia de Colorado no ha vuelto a clasificarse siquiera para los playoffs, siete temporadas consecutivas de futilidad que nunca antes se habían visto en un equipo ganador del campeonato. En ese período de tiempo, los aficionados de Denver, acostumbrados a un estándar muy elevado en la posición de quarterback, han presenciado a hombres como Trevor Siemian, Joe Flacco, Case Keenum, Drew Lock o Teddy Bridgewater, que no han establecido récords precisamente. La mejor posición en la tabla de anotación de los Broncos ha sido el nº 22 en 2016.

Nadie habría pensado, tras el traspaso por Russell Wilson la pasada offseason, que Denver sería en 2022 el equipo menos anotador de la NFL, con apenas 15.5 puntos por partido. El legendario quarterback de Seattle llegó a Denver a cambio de un paquete de cinco selecciones de draft (dos de primera ronda y dos de segunda) y tres jugadores e inició la campaña con una extensión de contrato de cinco años y $245 millones de dólares. Sin embargo, Wilson está registrando los peores números de su carrera profesional y los Broncos tienen el tercer peor récord de la competición a falta de dos semanas por disputar.

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Estadística Russell Wilson en 2022 Ranking en su carrera
W-L 3-10 Peor
% Comp 60.1 Peor
% TD 2.9 Peor
% INT 2.1 4°peor
Yds por intento 7.2 Peor
QB rating 82.6 Peor
Sacks 49 2° peor

Por supuesto, Wilson no es el único culpable de los males deportivos de la franquicia. Los Broncos han sufrido lesiones en casi todas las líneas del campo, destacando las bajas de Garrett Bolles y Javonte Williams desde la semana 5 que privaron al equipo de probablemente sus dos mejores jugadores en ataque. Sin embargo, Denver ya había manifestado enormes dificultades en ofensiva durante el primer mes de competición y éstas no desaparecieron con el transcurso de las jornadas. Los Broncos han perdido seis partidos este año en los que su defensa dejó al rival por debajo de los veinte puntos.

En primer lugar, hay que dirigir las miradas hacia el staff técnico comandado por Nathaniel Hackett. El ex coordinador ofensivo de Green Bay ha sido incapaz de imponer una disciplina y control en el vestuario. Se ha visto a jugadores discutir en la banda, e incluso pelearse, numerosos momentos de frustración han sido evidentes durante los encuentros y en líneas generales, nunca se ha visto un mínimo nexo de unión en todas las cosas que hacía el equipo. Su gestión de los partidos se discutió notablemente desde la derrota de la semana inaugural en Seattle, en la que prefirió apostar por un field goal larguísimo a costa de dejar consumir casi un minuto de reloj. Tras ese desastre contrató un especialista en control de reloj, en lo que fue claramente un movimiento de debilidad y desconfianza por su parte, y los propios aficionados comenzaron a burlarse de sus jugadores y entrenadores realizando a gritos la cuenta atrás del tiempo de posesión cuando amenazaba con llegar a cero.

Sobre el campo la cosa no ha ido mucho mejor. Hackett trajo consigo una variante de la West Coast Offense, pero claramente no ha sido un buen encaje con la plantilla ni ha sido bien entrenada. Ha habido ejemplos de descoordinación entre receptores como el que os muestro a continuación a lo largo de toda la temporada. Fijaros como en el lado corto del campo los Broncos corren una combinación de rutas a niveles, pero ni la separación entre ellos ni el timing es el adecuado. Los dos jugadores se encuentran a la misma altura del campo en el momento en que Wilson tiene que soltar la pelota. En consecuencia, el quarterback tiene que abandonar esa lectura y marchar hacia el otro del campo, pero para entonces ya es tarde y encaja uno de los 49 sacks este año, la peor marca de la NFL hasta el momento.

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Con un nuevo grupo inversor al mando de la franquicia, que heredó este proyecto deportivo, no es de extrañar que la paciencia se colmara el pasado domingo, cuando en televisión nacional los Broncos fueron destrozados 51-14 por un equipo de Los Angeles Rams que está finalizando la campaña casi con su escuadra reserva. Hackett se convirtió el martes en el quinto entrenador desde 1970 en no terminar su primera temporada como head coach.

Pero volvamos a Russell Wilson y sus problemas este año, porque con esos van a tener que seguir lidiando los Broncos en el futuro próximo. En la rueda de prensa del martes, el general manager George Paton reconoció que están convencidos que su quarterback puede ser "arreglado". No obstante, esa admisión ya transmite una inseguridad real al aficionado, porque desde la institución más importante a nivel deportivo de la franquicia se está reconociendo el problema. Como decíamos antes, Wilson no ha sido un buen acomodo para el ataque de Hackett. Acostumbrado a jugar con cierta "anarquía", el quarterback se ha visto dentro de una ofensiva que premia el timing y la anticipación, dos virtudes que nunca han brillado en su juego. Ejemplos de esta falta de anticipación los hemos tenido a raudales esta temporada, siendo la intercepción del otro día en el tercer período una muestra evidente.

Los Broncos juegan en 2º down y 4 yardas una acción en la que sus dos receptores más exteriores corren rutas "hook" a la altura del primer down, mientras que los del slot hacen una "dig" (en rojo) y una "fade" (en amarillo). Estas dos opciones van a estar disponibles para Wilson, pero no se van a ejecutar en el patrón de tiempo que demanda la jugada.

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Al pausar la jugada a mitad de desarrollo vemos como la llamada desde la banda ha sido muy buena. El safety profundo (círculo azul) está siendo influenciado por la ruta "dig" (en rojo), lo que ha dejado un espacio de campo fantástico para que el balón vaya a la ruta "fade" (en amarillo). El tight end Greg Dulcich va a batir a su par con eficacia. De hecho, si nos fijamos bien, Freddie Swain, el hombre de la "dig", también tiene a su hombre superado puesto que el safety #24 Taylor Rapp está de espaldas a él. Por lo tanto, Wilson tiene dos rutas a su disposición para crear una gran jugada.

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El resultado sin embargo no va a ser el deseado desde la banda. Pese a tener un buen pocket como podéis ver desde la toma trasera, el quarterback va a romperlo y salir en scramble hacia su derecha. Esto destruye completamente el timing de la jugada y para cuando decide lanzar a Dulcich, la anticipación se ha agotado. Dos defensores de Rams que estaban fuera de posición tienen margen para reaccionar y convergen en la intercepción.

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Para rematar la frustración de la jugada, observad en el círculo amarillo de la última toma a Courtland Sutton, levantando los brazos en gesto claro hacia su quarterback. En lugar de un primer down o incluso un touchdown, Denver sale del down con otro turnover, exactamente lo que el head coach había comentado en el descanso que no podía repetirse.

Otro gran problema de Wilson esta temporada, que en realidad también arrastraba de su etapa por Seattle, ha sido el de la lectura de las defensas. Esto se ha exacerbado este año por mor de las molestias físicas que lleva arrastrando el quarterback desde comienzos de liga y que han reducido notablemente sus habilidades para lanzar en movimiento y ser una amenaza con sus piernas rompiendo carreras. Wilson nunca ha explotado estas acciones como "runningback camuflado" al nivel de un Lamar Jackson o Justin Fields, pero en cada partido era muy habitual verle sumar uno o dos primeros downs vitales por vía terrestre. Sus 16 primeros downs de carrera en 2022 son la peor marca de su carrera. Estancado en el pocket, la deficiente lectura de Wilson de algunas de las defensas más complejas está saliendo más a la luz. De nuevo tuvimos un claro ejemplo de esto el día de Navidad.

Los Broncos van a jugar una combinación de rutas con sus dos principales wide receivers. Desde la punta de los "trips" en el slot, Jerry Jeudy va a jugar una "fade" (en amarillo), mientras que desde el otro lado en solitario va a venir Courtland Sutton trazando una "dig" (en verde). Es un concepto similar al anterior, pero con diferentes puntos de ataque. Aquí la clave es reconocer a los defensores en conflicto y buscar la ruta profunda de Jeudy o la intermedia de Sutton en función de su reacción.

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Aunque los Rams son un equipo cuya temporada hace tiempo que murió, ellos sí han continuado peleando cada semana por mejorar y no han bajado los brazos. Aquí la defensa de Raheem Morris dispone una "pattern match" que va a confundir por completo al quarterback de Denver. En rojo tenéis a Ramsey persiguiendo a Sutton, mientras que en el otro lado contamos con un intercambio de safeties. El que estaba más profundo va a bajar al segundo nivel, mientras que el cornerback de ese lado va a sustituirle en la parte profunda.

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Con la jugada en marcha observamos a Jeudy arrastrando a los dos safeties profundos con él. Esto va a hacer que Wilson se centre en la ruta de Sutton. Por leverage Ramsey (en rojo) está en una posición muy comprometida, pero el problema es que el quarterback omite por completo al defensor de la zona flat que va a atacar Sutton (os lo marco en amarillo). Wilson deja un balón colgado confiando que su compañero pueda alcanzarlo. La pelota llega tarde y además el envío es impreciso pues va demasiado elevado para su objetivo. Cobie Durant logra la intercepción para Los Angeles.

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Quien finalmente sea el nuevo head coach de los Broncos tiene una ardua tarea por delante, pero no imposible. Hace un año, por estas fechas, los New York Giants estaban dejando idénticas malas sensaciones en ataque y ahora, con Brian Daboll al frente, están a un paso de los playoffs. Ya sea Sean Payton, Jim Harbaugh, Frank Reich, o cualquier otro candidato, el próximo entrenador en jefe de Denver debe ocultar estos defectos de Wilson y potenciar sus virtudes. Por su parte, el quarterback necesita una offseason muy estricta a nivel físico, puesto que a sus recién cumplidos 34 años más bien pareciera que está en la quinta de Tom Brady (45 años). Y junto a esa recuperación física, Wilson tiene que reconquistar la confianza de un vestuario que no las tiene todas consigo ahora mismo con él. Las navidades presentes, al iguales que las seis pasadas, están siendo duras en Colorado, veremos si las futuras les deparan más alegrías a sus aficionados.