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Alan Page, un juez sin anillos

Es uno de los días mås trågicos de la humanidad. Pocas horas antes, el ejército estadounidense ha arrojado una bomba atómica contra Hiroshima. Dos días después, la Fat Man caerå sobre Nagasaki. En la otra punta del mundo, nace un niño en un agosto envuelto en la humedad. Canton, Ohio, norte de Estados Unidos. El Salón de la Fama todavía no existe, pero no es una ciudad cualquiera.

Para la Ă©poca, Alan Page es un afroamericano inmerso en un contexto de progreso. Crece en un barrio de mayorĂ­a caucĂĄsica por lo que su familia pertenece a la media burguesĂ­a -que no adinerada-. MamĂĄ, encargada del vestuario femenino del Club de Campo de la ciudad y papĂĄ, empresario. Reparte discos para las gramolas de los pubs, ademĂĄs de fichar cantantes de jazz que se exhiben entre el entusiasmo postbĂ©lico. TambiĂ©n tiene un local de apuestas. SegĂșn Alan, un genio con los nĂșmeros.

A los 13 años sufre un duro revés, la muerte de su madre. Ante las injusticias desarrolla el sueño de su vida, convertirse en juez de la Corte Suprema. Su físico crece de manera descomunal. Prueba muchos deportes. El béisbol, nada. Baloncesto, tampoco. ¿Atletismo? Correr era una pesadilla. Paradójicamente, mås adelante se convertirå en un aficionado de las largas distancias. Solo queda el Football.

FILE - Minnesota Vikings defensemen Jim Marshall, Alan Page, Doug Sutherland and Carl Eller, from left, pose for a photo in January 1975. Sutherland, a member of the Purple People Eaters, has died. He was 73. The team released a statement Tuesday, April 5, 2022, without providing a cause. AP Photo/File)

En la Central Catholic High School, Alan desarrolla una velocidad y una rapidez que, mezcladas con su envergadura, hacen de Ă©l uno de los grandes prospectos. Fuera del terreno de juego el chaval es muy bueno tambiĂ©n con la tuba. La toca porque es el Ășnico que puede llevarla. En verano quiere ganarse algunos dĂłlares y a su vez trabaja en la construcciĂłn de un edificio que se convertirĂĄ en el mĂĄs famoso de la ciudad y tambiĂ©n en el mundo del ovoide. El Hall of Fame.

Llega a Notre Dame, ubicada cerca del Lago Michigan. Una universidad con pocos afroamericanos. Sin embargo, vive una etapa necesaria en su camino que reafirma su lucha contra la segregación racial. En su casa colecciona recuerdos de aquel periodo complicado. Va a 300 por hora y no solo con el ovoide, a nivel educativo también. La abogacía continuaba en su cabeza. El football serå solamente un tråmite en su misión por este planeta. En la cancha, son otoños memorables. En 1966  llega el título nacional. Alan es un All-American y los Fighting Irish acaban invictos. Solo un empate contra Michigan State en un duelo considerado de los mejores en la historia.

Chicago Bears defensive lineman Alan Page speaks to a crowd at Chicago's Soldier Field after he received a plaque form Bears owner George Halas, commemorating his last game, Dec. 21, 1981. Page helped the Bears to a 35-24 win over the Denver Broncos, ending 15 years in the NFL.  (AP Photo/Jim Bourdier)

Page es elegido en la primera ronda con el pick nĂșmero 15 por los Vikings. Un equipo joven que nunca habĂ­a jugado un partido de Playoffs. Un estado, Minnesota, descrito magistralmente en las pelĂ­culas de los Hermanos Coen. Dos ciudades gemelas que por cercanĂ­a casi conforman una propia: Minneapolis, Saint Paul y su duro invierno espectral. Los Twins de bĂ©isbol, reciĂ©n llegados a la urbe, han perdido dos años antes una de las World Series mĂĄs increĂ­bles de siempre. NHL y NBA carecĂ­an de representantes.

En el Norte, el entrenador es Bud Grant. Héroe universitario en Minnesota, excelente jugador de football, béisbol y ganador de un anillo con los Lakers. Una historia a la altura del relato del propio Page. Ambos con un aura especial. Tienen algo. Tristemente, Bud ha fallecido en 2023.

Alan es un defensive end -arrancan la jugada en la parte exterior de la línea y se encargan sobre todo del pasador. En los Vikings, ya estån Jim Marshall y Carl Ellers. Los rookies han de pasar la tradicional novatada que en su caso era la de la cerveza. Alan no participa y no quiere negociar. El día después Marshall lo observa. Entiende que no es uno mås. Se forja una gran amistad. A Page no le importa aceptar otro rol defensivo. Se convertirå en el mejor defensive tackle de la liga -juegan en la parte interna y su primer objetivo es el corredor-. Pasarån a la historia como los Purple People Eaters.

The powerful defensive front four of the Vikings (1-r: Jim Marshall, Alan Page, Gary Larson, Carl Eller), rated one of the best in the NFL, practiced Sept. 16, 1971in Minneapolis, in preparation for next Monday's season opener against Detroit,. (AP Photo)

Pasa el tiempo y Alan se casa con Diane, una mujer blanca. Minnesota juega los Playoffs 10 veces en 11 años. Sus nĂșmeros son arrolladores. Arranca las jugadas con un movimiento poco ortodoxo, pero con un final demoledor. Los rivales caen bajo sus golpes. A frente de un dominio increĂ­ble, una mancha. Cuatro Super Bowl perdidas. Pese a ello, es el primer defensor que gana el MVP. Solo Lawrence Taylor lo conseguirĂ­a años despuĂ©s.

Mientras lucha por el anillo se convierte en Juris doctor por la Universidad de Minnesota. Durante la off-season trabaja en un bufete de abogados. El prestigioso Lindquist & Vennum ubicado en el rascacielos mås alto de la ciudad. Por si fuera poco, desarrolla otra pasión, la de correr maratones. Sí, esos que odiaba antaño. Curiosamente esta serå la causa de su amargo final con los Vikings. Renuncian a su contrato.

Alan Page of the Minnesota Vikings reads through a proposed agreement prior to meeting of the NFL Players Association in Chicago, Sept. 1, 1976.  The proposed agreement could end the 2 1/2 year disagreement between the players and owners. Seated at table behind Page are Ed White, Minnesota Vikings; Bob Grim, Chicago Bears; Doug van Horn, New York Giants and Fred Cox of the Chicago Bears.   (AP Photo/Charles Knoblock)

Page no se rinde, pese a abordarle la tristeza. Pone rumbo a la Windy City. Nueva vida. Camina por la elegante Michigan Avenue cuando un chofer para su autobĂșs y le dice "Bienvenido a Chicago". El entrenador defensivo es Buddy Ryan, que habĂ­a trabajado con Ă©l en las Ășltimas temporadas en Minnesota. El equipo no marcha del todo bien y Ryan peligra. Alan redacta una carta a George Halas, mĂ­tico Papa Bear. "No hay que echarlo, tiene mucho que brindar al equipo", le escribe. Buddy se queda y confecciona su obra maestra, la "Monster of the Midway" que lograrĂĄ la Super Bowl de 1985 con Mike Ditka como entrenador. Pese al retiro, aquel anillo es tambiĂ©n de Page.

En 1988, entra en aquel edificio que levantĂł durante el verano de 1962. Es el Ășnico que ha construido el Hall of Fame y que ha acabado siendo miembro de Ă©l. La nueva etapa brilla igual que la anterior. Se dedica a representar los derechos de los jugadores haciendo hincapiĂ© en sus conciencias. Sigue haciendo historia. En 1992 gana un asiento como juez en la Corte Suprema de Minnesota, es el primer afroamericano. AllĂ­ continuarĂĄ esplĂ©ndidamente sus batallas hasta la jubilaciĂłn.

Minnesota Supreme Court Justice Alan Page questions attorneys as the Minnesota Supreme Court hears arguments on the Voter ID ballot question, in St. Paul, Minn., Tuesday, July 17, 2012. Two Minnesota Supreme Court justices openly objected Tuesday to the wording of a ballot question for a proposed constitutional amendment requiring photo ID for voting, with one calling it misleading and another describing it as “bait and switch.”  (AP Photo/The Star Tribune, Glenn Stube, Pool)

Los Vikings no han vuelto a disputar una Super Bowl y Diane ya no estå en este mundo, pero Alan no es alguien que viva de recuerdos. Sigue teniendo ese rostro cercano de amigo de toda la vida. Jamås olvida los suyos. Cuando habla te transmite algo aunque tu mirada se desvíe al meñique de su mano izquierda. Para siempre marcado por sus batallas. 

Comparte su tiempo con los nietos y el primer domingo de cada octubre estĂĄ presente entre las calles Knox y Douglas animando el MaratĂłn de las Twin Cities con su querida toba.

Cada corredor lo saluda.