Dorothy, ya no estamos en Kansas. Estamos en el Super Bowl. "Better Call Saul" es el nombre que dio Vince Gilligan al 8vo episodio de la 2a temporada que después se convierte en un spin-off dedicado al abogado que juega un papel fundamental en la curva de Walter White a Heisenberg. Esta historia alterna se desliza sin ningún atisbo de prisa hacia la línea temporal de Breaking Bad y llega al punto de cruce en el 11vo episodio de la última temporada, genialmente llamado "Breaking Bad", cerrando el ciclo al mostrar escenas inéditas de la serie original y una aparición que siempre tuvimos en duda, pero de la que no se cayó nunca en la tentación. No diré más para reducir al mínimo posible el riesgo de algún spoiler, pero la idea central es el cómo se decide cerrar lo que muchos años antes se había abierto.

Los fines de ciclo son también momentos de apertura. Todo fin es un comienzo. —Inserte aquí cualquier otra frase New Age–-. El primer episodio de estas Episode Series hacía referencia a BCS, en aquel momento lo llamé "Better Call Josh", aunque ahora sabemos que debió llamarse "Better Call Pat". Este último episodio cierra el círculo de las series y el spin-off de playoffs pero abre paso a una suerte de crónica de la cobertura del Super Bowl que arrancará la próxima semana desde Phoenix, AZ. El fin de esta colaboración llega a la vez que Tom Brady anuncia su retiro, de nuevo, aunque esta vez parece ser definitivo. For good, dice Tom después del anuncio.

Es el fin de la inocencia. Ese momento ineludible en el que las estrellas con las que creciste dicen adiós y tú también te despides de la última parte tuya que aún miraba ese deporte con ojos de niño. Y mira que Tom lo había alargado bastante. No era el más rápido, no tenía el brazo más potente, pero era el mejor que haya podido ver. Al tratar de compilar las voces de nuestros colaboradores para una despedida coral, Beatriz Pereyra me cuestionaba si era posible decir algo más sobre Brady o si inevitablemente terminaríamos pisándonos unos a otros en lugares comunes. El anuncio no podía venir en otro mes más que en febrero, el peor mes del año. Hasta han tenido que inventar el Super Bowl este mes para poder hacerlo soportable. La única ventaja es que es el mes que más rápido se pasa.

Puede ser uno de los deportistas de los que más se haya escrito y hablado en la historia. Pero hay historias que deben repetirse una y otra vez hasta que logren comprenderse del todo. Estamos hablando de un jugador individual que supera en victorias (7) de Super Bowl lo logrado por cualquiera de las franquicias NFL y que rankea con ellas en la cima en cuanto a triunfos (35) en playoffs. El líder absoluto en yardas, TDs, victorias (y no pinta que nadie le pueda alcanzar) y más de 20 categorías diferentes en las que es el número 1 de la historia. El hombre que se reinventó una y otra vez, logrando tres carreras de Salón de la Fama (si vemos al Tom Brady de sus 20, 30 y 40) . El que fue comparado con Joe Montana una y otra vez, hasta que la comparación no pudo sostenerse más. La siguiente tabla habla por sí sola. El jugador A es Joe Montana, mientras los jugadores B y C son la carrera de Tom Brady dividida a la mitad (2000-2011 y 2012-2022). Abrumador.

Por encima de todos esos números fuera de este mundo está el hombre de los intangibles. El líder, el inteligente, el que leía defensivas como nadie, el de las decisiones rápidas (y certeras). El que inspiraba, contagiaba y exigía triunfo. El de la disciplina para extender los límites del cuerpo. El de las remontadas que alcanzaron cumbre en la épica del 28-3 contra Atlanta, con su madre viéndolo por primera vez después de recuperarse del cáncer. Se va la absoluta leyenda de este deporte. El día del aniversario de la victoria contra los Panthers. El GOAT. Solo nos resta decir: #ThankyouTom. Deslicen a la derecha este pedazo de tweet de los Patriots, a la altura de las circunstancias,

Esa despedida es el último rito de pasaje a la nueva generación. Se habló mucho sobre cómo los duelos entre Josh Allen y Mahomes podían convertirse en la nueva versión de los duelos Manning-Brady. Creo que la reedición de la final de la AFC del año anterior y lo sucedido en esta nos dejan claro que esa sucesión está en manos de Burrow y Mahomes. Y me parece que a Joe le tocará el papel de Peyton. No hablo del perfil de QB, porque es claro que Burrow es un QB de pocket y que tanto Manning como Brady entraron en la misma categoría. La movilidad de Mahomes le pone una etiqueta distinta. Hablo de ese intangible que permite que el 15 de Chiefs encuentre siempre una forma de ganar. Saltando sobre un pie después de salir en carrera, lanzando pases pala, evitando capturas y conectando con Kelce y Valdes-Scantling. El intangible que tenía Tom y que, de encontrarlo en Arizona, puede convertirlo en quien esté abriendo la puerta que recién se acaba de cerrar. El dominio del tándem Mahomes-Reid, con 5 finales de conferencia al hilo, 3 veces en el Super Bowl, y con un trofeo Lombardi en manos, nos recuerda más de lo que querríamos al tándem Brady-Belichik que se rompió en 2020. Dato curioso: Andy Reid es el entrenador que más veces le venció (6), empatado con Mike Shanahan, Sean Payton y John Harbaugh.

Joe Burrow tiene unas cualidades excepcionales que le han permitido ganarse una admiración alrededor de la liga, pero tras estrellarse de nuevo en la barrera este año, no nos es posible anticipar si ese talento le será retribuido con campeonatos. Siempre parece faltar un elemento en el instante clave. Peyton se fue con 2 anillos de Super Bowl y fue el primero en ser campeón con dos equipos distintos. Algo que igualó Tom Brady cuando consiguió su 7mo anillo con los Bucs. Peyton fue el QB que más veces le ganó a Tom Brady (6), pero también fue al que más veces derrotó TB12 (11). Veremos para qué le alcanza a Joe Cool. En esta línea me parece que a Josh Allen puede quedarle abrir la puerta de la sucesión de Drew Brees. Ojalá también con al menos un campeonato.

En la Conferencia Nacional, no fue posible disfrutar del duelo que esperábamos. La historia de Brock Purdy se rompió antes de llegar al último episodio y contarla sin el protagonista es siempre una mala idea. Cuando Bob Odenkirk sufrió un ataque al corazón, las grabaciones de BCS se interrumpieron. Ante la conmoción de Purdy era imposible parar y Josh Johnson tuvo que hacer una aparición tan desafortunada como forzada. Ni siquiera completó el partido y los 49ers no pudieron oponer ningún tipo de resistencia. Un partido más que contribuye a la narrativa detractora que habla del calendario fácil, de una victoria sobre unos Giants que llegaron más lejos de lo esperado y ahora un triunfo sobre unos diezmados 49ers. Como se lleven el Super Bowl no habrá argumento posible para minimizar una temporada plena de éxitos. Mucho tiempo para previas, pero hay un dato que me encanta para encender la espera: se enfrentan la mejor ofensiva por pase y la mejor defensiva aérea. Hay dos precedentes que terminaron en palizas de las defensivas. Los Chiefs necesitarán que Mahomes tire de intangibles una vez más.

Qué piensan, ¿este sí es el retiro o después de aburrirse en offseason lo pensará mejor? Cuéntame en @yasoyalex y sigue la cobertura del Super Bowl LVII.