La temporada 2025 de la NFL apenas estå tomando forma, pero ya en la tercera semana se vislumbran partidos que, aunque se jueguen en septiembre, tienen el aire de diciembre o enero. Son esos duelos que, mås allå de los récords actuales, sirven para medir a los contendientes, ajustar percepciones y proyectar posibles futuros choques de postemporada. En esta ocasión, tres enfrentamientos concentran buena parte de la atención: Philadelphia Eagles vs Los Angeles Rams, San Francisco 49ers vs Arizona Cardinals y Baltimore Ravens vs Detroit Lions.
Los tres cruzan historias diferentes pero igualmente atractivas: campeones divisionales que buscan ratificar su estatus, franquicias con entrenadores jĂłvenes que quieren demostrar que el cambio de ciclo es real y potencias histĂłricas que pretenden volver a la cima. Vamos, con la previa de una semana 3 mĂĄs que interesante.
La narrativa no puede ser mĂĄs clara: los Philadelphia Eagles, actuales campeones de la Super Bowl, reciben a unos Los Angeles Rams que llegan invictos a la Semana 3 y con una ofensiva que recuerda a los mejores tiempos de Sean McVay. El duelo se disputarĂĄ en el Lincoln Financial Field, con los de Nick Sirianni intentando reafirmar su dominio y los angelinos buscando consolidar su candidatura en la NFC.
El arranque de temporada de los Eagles ha sido sĂłlido, aunque no perfecto. Han mostrado momentos de brillantez ofensiva con Jalen Hurts moviendo bien el balĂłn, pero tambiĂ©n con algunas dudas en cuanto a la protecciĂłn de su quarterback y la quĂmica en el juego aĂ©reo. La presencia de Saquon Barkley sigue dando dinamismo en el ataque terrestre y, cuando logra combinarse con el play-action, Philadelphia encuentra espacios en el juego aĂ©reo.
Sin embargo, la secundaria todavĂa genera dudas. En las primeras dos semanas permitiĂł varias jugadas explosivas que, contra receptores de Ă©lite, pueden costar caro. Y justamente, esta semana, el desafĂo viene con nombres propios de gran peso.
La amenaza de estos Rams tiene mucho que ver con la combinaciĂłn entre Matthew Stafford y su nuevo dĂșo estelar de receptores: Davante Adams y Puka Nacua. Adams llegĂł para darle a Stafford ese receptor confiable y capaz de ganar duelos individuales que anteriormente aportaba Cooper Kupp. Nacua sigue confirmando que lo suyo no fue una casualidad de novato: es un wide receiver el cual domina cualquier registro ofensivo, muy fĂsico y con una quĂmica casi natural con su quarterback. El esquema ofensivo de McVay ha recuperado frescura. Las rutas cruzadas, las jugadas diseñadas para liberar a sus receptores en zonas medias y las screens para los corredores han vuelto a ser marca registrada. Lo que el año pasado podĂa parecer un equipo en transiciĂłn ahora se ve como una amenaza real en la NFC.
Los Eagles han transitado hacia un sistema hĂbrido que mezcla las RPO (run-pass option) clĂĄsicas de Jalen Hurts con un juego de carrera mĂĄs tradicional gracias a la presencia de Saquon Barkley. La lĂnea ofensiva de Philly sigue siendo top-5 en mĂ©tricas como EPA por jugada en acarreos diseñados y tasa de Ă©xito en bloqueos de zona, lo que permite abrir huecos interiores que Barkley aprovecha. El pasado domingo, Barkley hizo daño a la defensa de Chiefs corriendo mucho en outside zones.
En el juego aĂ©reo, Hurts ha mostrado un "time-to-throw" de 2.7 segundos de promedio, ligeramente mĂĄs rĂĄpido que en 2024. Esto indica un Ă©nfasis en jugadas de ritmo, con rutas cortas para A.J. Brown y Devonta Smith, aĂșn mĂĄs evidente con la baja de Dallas Goedert. La incĂłgnita es saber si esa rapidez bastarĂĄ frente a un pass rush como el de los Rams.
Los Rams han rediseñado su estructura defensiva. Suelen alinearse en nickel (5 defensive backs) mĂĄs del 70% del tiempo, con coberturas que alternan entre Cover 3 Match y variantes de quarters. Para el encuentro del domingo, esto les permitirĂa tener ojos en el backfield y reaccionar contra las RPO, sin embargo, esto tambiĂ©n exige disciplina de sus safeties. El pass rush de Los Angeles ha generado presiĂłn en un 32% de los dropbacks rivales, pese a no tener ya la figura de Aaron Donald. El sistema se ha vuelto mĂĄs dependiente de la presiĂłn colectiva, con stunts y blitzes desde el segundo nivel. Si logran forzar a Hurts a improvisar, se abrirĂĄn ventanas para el error del quarterback.
Para mĂ, uno de los factores determinantes serĂĄ ver cĂłmo la secundaria de los Eagles responde al reto de cubrir a Davante Adams y Puka Nacua. Adams sigue siendo uno de los mejores en rutas intermedias (slants, digs, outs), mientras que Nacua aporta yardas tras la recepciĂłn (YAC), incluso recibiendo el balĂłn a la mano de su quarterback, como vimos frente a los Titans. Adoree Jackson genera muchas dudas en el exterior, y ahĂ podrĂa encontrar la debilidad McVay.
En el vĂdeo anterior, vemos el primer touchdown de Adams como jugador de Rams. Aislado en el exterior con su defensor, Adams juega una ruta stop & go profunda. Mirad como el wide receiver es capaz de desacelerar y volver a acelerar para generar separaciĂłn y poder completar el pase. TĂ©cnicamente, hay muy pocos receptores como el ex de Jets.
Si Philadelphia se ve obligada a recurrir a dobles coberturas, eso liberarĂĄ espacios para el resto del cuerpo de receptores o para screens rĂĄpidas, donde Baun y Campbell serĂĄn bĂĄsicos para Fangio.
Para los Eagles, una victoria ratifica su condiciĂłn de potencia y envĂa un mensaje de autoridad. Para los Rams, ganar en Philadelfia serĂa la confirmaciĂłn de que no solo son un gran equipo, sino un candidato serio que puede ganar en cualquier escenario.
La NFC Oeste siempre nos deja alguna sorpresa. Durante años, los 49ers dominaron con su defensa feroz y la solidez de Kyle Shanahan, mientras que los Cardinals parecĂan destinados a la reconstrucciĂłn perpetua. Pero en este 2025, el guion empieza a cambiar: ambos llegan con marca de 2-0, y la batalla del Levi's Stadium puede definir quiĂ©n toma la delantera en una divisiĂłn que ya huele a drama y que podrĂa contar con dos equipos imbatidos en tres semanas de juego.
El arranque de temporada de los 49ers no ha estado exento de problemas. Brock Purdy sufriĂł una lesiĂłn en su hombro que le va a hacer perderse varios partidos en las prĂłximas semanas, asĂ que serĂĄ Mac Jones quien siga tomando el control de la ofensiva. Jones, tras un paso errĂĄtico por New England, busca redenciĂłn en un sistema que puede potenciar sus virtudes si logra adaptarse rĂĄpido, algo que, mĂĄs o menos, parece haber hecho. Su partido frente a los Saints ha dejado un buen regusto, lanzando para 279 yardas y 3 touchdowns. Sin embargo, las dudas sobre Ă©l siguen estando a la orden del dĂa, y necesitarĂĄ seguir jugando bien para que su equipo tenga opciones de ganar este domingo. Kyle Shanahan tendrĂĄ que adaptar su ofensiva a su nuevo quarterback, un pasador menos mĂłvil pero con cierta precisiĂłn en pases cortos. Esto obligarĂa a un rediseño basado en la outside zone y en play-actions rĂĄpidos, limitando lecturas complejas y dando mucho protagonismo a Christian McCaffrey, ya sea corriendo con el balĂłn en las manos o en situaciones de pase.
La defensa ha recuperado un estilo que parecĂa perdido desde la salida de DeMeco Ryans. La vuelta de Robert Saleh como coordinador defensivo parece haber devuelto la identidad a una unidad que vuelve a provocar miedo desde su front-7. Nick Bosa y Fred Warner mantienen a la unidad entre las mĂĄs agresivas de la liga, capaces de frenar carreras y generar turnovers. Pero si la ofensiva no produce, esa presiĂłn puede terminar pasando factura.

En la imagen de arriba, vemos como Saleh alinea muy abiertos a sus edge rushers, con Bosa situado en el gap B y con los dos linebackers interiores amenazando el blitz. Una vez que se inicia el snap, los dos linebackers caen en cobertura y Bosa ataca al guard izquierdo, generando ventaja. Al otro lado, Bryce Huff, un jugador muy explosivo, tiene mucho espacio para batir al tackle derecho por velocidad y llega hasta el quarterback, provocando el sack y el fumble. Mover a Bosa por la lĂnea defensiva va a darle muchas oportunidades a sus compañeros de jugar uno contra uno en ventajas de espacio y de velocidad.
Los Cardinals viven una nueva era con un Kyler Murray sano y con armas a su alrededor. Se espera que Marvin Harrison Jr., receptor de segundo año y llamado a ser la gran estrella de ese ataque, dĂ© el paso adelante que confirme todo el talento con el que cuenta. AdemĂĄs, el entrenador Jonathan Gannon, criticado en sus primeros años, empieza a encontrar la fĂłrmula. Su defensa no es brillante, pero cumple y genera suficientes stops para darle oportunidades a la ofensiva. Los Cardinals han mejorado su lĂnea ofensiva, pero aĂșn permiten presiĂłn en un 28% de los dropbacks de Murray. Ante Nick Bosa y compañĂa, eso puede ser crĂtico. La clave serĂĄ el uso de jugadas de pase rĂĄpido (por debajo de los 2.5 segundos) y screens para neutralizar la presiĂłn.
Por el lado de los 49ers, la lĂnea ofensiva enfrenta un pass rush de Arizona que ha sorprendido en este inicio de temporada, ya que generan un "pass rush win rate" del 41% pese a carecer de grandes estrellas en la posiciĂłn delantera de esa unidad. Esa presiĂłn interior puede complicar a Mac Jones, que suele colapsar cuando no tiene un pocket limpio.
Para los 49ers, ganar sin Purdy y sin Kittle serĂa una demostraciĂłn de carĂĄcter y profundidad de plantilla. Para los Cardinals, vencer a un rival divisional histĂłrico es una declaraciĂłn de que este proyecto ya no es promesa, sino realidad.
El Monday Night Football de la Semana 3 enfrenta a dos equipos que representan estilos distintos y realidades histĂłricas opuestas: los Baltimore Ravens, un equipo que desde hace mĂĄs de dos dĂ©cadas estĂĄ acostumbrado a competir al mĂĄximo nivel, y los Detroit Lions, la franquicia que ha hecho del sufrimiento parte de su identidad pero que en los Ășltimos años ha buscado cambiar esa narrativa bajo la direcciĂłn de Dan Campbell.
El arranque de los Ravens ha sido un espectĂĄculo ofensivo. Lamar Jackson sigue siendo el motor absoluto del equipo, capaz de generar jugadas con las piernas y con el brazo. La ofensiva ha sumado dinamismo con receptores mĂĄs versĂĄtiles y un backfield que, aunque frente a Browns no estuvo a su altura habitual, sigue teniendo en Derrick Henry a uno de los jugadores mĂĄs determinantes de la liga.
La defensa, como siempre, juega con intensidad. Aunque no es la muralla impenetrable de otras épocas, sà genera turnovers y sabe cómo forzar a los rivales a tomar malas decisiones.
Los Lions viven en una montaña rusa. Después de caer en la Semana 1, respondieron en la segunda con un triunfo que les hizo recuperar confianza. Jared Goff ha tenido altibajos, pero cuando conecta con Amon-Ra St. Brown y Jameson Williams, la ofensiva aérea fluye a las mil maravillas, siendo capaces de subir una gran cantidad de puntos en el marcador.
Lo que preocupa es la irregularidad de la lĂnea ofensiva, una que deberĂa ser de Ă©lite pero que aĂșn no consigue dar protecciĂłn constante. Contra una defensa agresiva como la de Baltimore, eso puede ser un problema
Los Ravens han evolucionado hacia un esquema mĂĄs balanceado. Lamar Jackson, en sus primeras dos semanas, ha tenido un promedio de pase profundo (20+ yardas) en el 16% de sus intentos, la cifra mĂĄs alta de su carrera. Eso demuestra un esfuerzo consciente por expandir el campo y no depender solo del juego terrestre. La lĂnea ofensiva, sin embargo, sigue siendo vulnerable por dentro. Han permitido presiĂłn interior en el 22% de las jugadas de pase, lo que obliga a Jackson a improvisar. AquĂ entra su magia: el scramble EPA de Lamar es el mejor de la liga, con +0.52 por jugada. Es verdad que esto parece crear algo de amenaza fĂsica en el jugador, pero pocos saben protegerse como lo hace el bueno de Lamar.
En cambio, y en el lado de los Lions, Jared Goff necesita protecciĂłn para funcionar. Sus nĂșmeros bajo presiĂłn son reveladores: QBR de 18.4, contra 68.2 cuando tiene un pocket limpio. La lĂnea ofensiva de Detroit, teĂłricamente una fortaleza, ha tenido problemas de comunicaciĂłn frente a stunts y blitzes interiores. Si Baltimore decide atacar esas brechas, puede desarmar el plan de juego de John Morton.
St. Brown vive en el slot, aunque pueda jugar por todo el campo, y muchas veces podrĂa darse la posibilidad de ser defendido por Kyle Hamilton, el versĂĄtil safety de los Ravens que juega como hĂbrido entre linebacker y nickel corner o safety profundo. Es cierto que lo lĂłgico es que tanto Humphrey como Wiggins sean los encargados de estar en hombre a hombre contra Ă©l, pero ya hemos visto como Hamilton ha defendido a jugadores como Ja'Marr Chase con anterioridad, asĂ que no serĂa extraño que el safety pudiera estar algĂșn snap con St. Brown. La batalla serĂĄ estratĂ©gica: si Hamilton logra limitarlo en terceras oportunidades, los Lions perderĂĄn a su arma mĂĄs confiable en esas conversiones.


En la secuencia de arriba tenéis uno de los touchdowns de St. Brown la semana pasada. Los Lions alinean a tres receptores en un lado frente a la defensa individual de los Bears. Cuando se inicia el snap, Goff congela al safety mientras que St.Brown va al exterior aprovechåndose de la ruta vertical de su compañero mås exterior, quien genera tråfico y ralentiza la salida del defensor de Amon-Ra. Goff lanza como muy buena anticipación y precisión, y el wide receiver de Lions localiza a la perfección el lanzamiento para conseguir la recepción.
Una victoria de Baltimore lo ratifica como contendiente serio en la AFC. Para Detroit, ganar en prime time contra un rival histĂłrico serĂa un golpe de confianza que puede marcar su temporada en una divisiĂłn en la que han emergido los Green Bay Packers como gran rival para llevarse el tĂtulo de la NFC Norte.
La Semana 3 de la NFL es apenas un capĂtulo en la larga historia de una temporada, pero los partidos entre Eagles y Rams, 49ers y Cardinals, y Ravens y Lions tienen un peso especial. Son duelos que pueden redefinir narrativas: Âżlos Eagles son realmente imparables?, Âżlos Rams estĂĄn de vuelta?, Âżlos Cardinals estĂĄn listos para ser contendientes en la divisiĂłn?, Âżlos 49ers resistirĂĄn las bajas?, ÂżLamar Jackson puede liderar un equipo hacia la cima?, ÂżDetroit finalmente estĂĄ preparado para dar el salto?
En septiembre no se ganan campeonatos, pero sĂ se siembran certezas y se exponen debilidades. Y estos tres partidos prometen hacerlo con la intensidad de enero.





