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Mundo NFL | Sitio oficial de la NFL en español

¿Qué día empezamos a amar a nuestro equipo?

Como todo culto, el que profesamos por la NFL suele nacer en la infancia. En ella debemos rebuscar los motivos de nuestras pasiones por algunos equipos y, claro, también nuestra aversión por otros. Uno de los primeros recuerdos que tengo, no solo del Futbol Americano sino de cualquier acontecimiento en la vida, corresponde al Super Bowl XIV, celebrado el 20 de enero de 1980. Andaba yo camino a cumplir apenas cuatro años. Mi padre y mi hermano mayor, que son grandes fans, se tronaban los dedos (y se jalaban las greñas) porque los Rams se fueron al medio tiempo ganándoles 13-10 a los Steelers. No recuerdo jugadas específicas o detalles concretos de la transmisión de la tele. Solo sé que la preocupación dio paso al alivio y luego a la euforia, porque los de Pittsburgh le dieron la vuelta al marcador y lo ganaron, al final, por 31-19. Tardé algunos años en comprender el juego cabalmente y en ser capaz de seguir un partido entero sin perder la paciencia, pero ese día me marcó tanto que los dichosos Steelers todavía son el equipo de mi querencia.

Mi padre residió durante algunos años en Nueva York, en los años sesenta del siglo pasado. Allá se aficionó a la NFL. Lo curioso es que sus simpatías no se inclinaron hacia los Jets o los Giants, que eran y son aún las franquicias locales en la Gran Manzana, sino hacia los Steelers, que por aquel entonces, en los tiempos de la vieja liga, eran malísimos. Eso nos llevó a sospechar, muchos años después, desde luego, que mi padre era un vivales que se había cambiado de equipo a principio de los setenta, ya en la era del Super Bowl, y justo a tiempo para gozar del decenio en que Pittsburgh se convirtió en la dinastía hegemónica de la liga, con cuatro campeonatos, el último de los cuales, justamente, se ganó en aquel enero de 1980 (los otros dos en la cuenta llegarían muchos años después).

Por su parte, mi otro hermano, que siempre fue una oveja negra y un contradictor profesional, tardó poco en decidir que sus afectos se inclinarían hacia el gran enemigo: los Cowboys de Dallas. Eran ambos, desde luego, equipos que representaban estereotipos contrarios, como si fueran, uno y otro, el rudo y el técnico en una lucha. Los Cowboys encarnaban a Texas y a los gringos vitales, millonarios, echados para adelante y arrogantes. Los Steelers, por su lado, eran relacionados con los obreros (no en balde el equipo lleva su nombre como homenaje a los trabajadores siderúrgicos), las ciudades pequeñas, el frío norte y los valores comunitarios de la clase trabajadora.

Esto me emociona a mí, ahora, pero a los chamacos de mi época escolar, a principio de los ochenta, les valía directamente gorro y se les llenaba la boca con las porristas de los Cowboys, que eran el equipo de animación más famoso de cualquier deporte. Y Pittsburgh no solo no tenía porristas, sino que conservaba (y aún) la tradición de que la equipación solo lleve el logotipo en un lado del casco, porque hubo una época en la que necesitaron ahorrarse incluso ese mínimo gasto y, de ese modo, se le honra.

Llegaron, al cabo, los años de una nueva dinastía. La generación que siguió a la mía creció al calor de las hazañas de los 49´s de San Francisco, el binomio Montana-Rice y el aura de un equipo renovador, divertido, cool y californiano. Otros más se fueron aficionando a los conjuntos con fama de rudos, como los Raiders o los Bears. Los primeros, caracterizados por ser unas aves de tempestades impredecibles y por jugar al filo del reglamento. Los segundos, por su juego defensivo sólido y su añeja tradición…

En fin. Detrás de cada jersey, de cada gorra, de cada sudadera de la NFL que usamos, hay un mar de historias personales, familiares, amistosas que nos unen a ciertas franquicias. Y, por qué no, también historias que nacen de simples caprichos, como irle a un equipo simplemente porque nos gustan sus colores o su casco. También se vale. Como sea, y rivalidades de por medio, los fans de la NFL tenemos un peculiar hermanamiento. Y hoy se abre acá, en el portal de Mundo NFL, un espacio para que recordemos ese pasado que nos une.