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No hay que tener miedo de elegir un QB en el Draft

Elegir un QB. Una acción que, dependiendo de a quién le preguntes (o el pick dentro del NFL Draft que tengas), genera confianza en algunos y temor en otros. No todo, en el intrincado mundo de poder decir que tu equipo tiene un mariscal franquicia, es tan lineal.

Tomemos como ejemplo el proceso de selección colegial de este año y como, de manera muy probable (pues nada se puede predecir en este evento), los dos primeros equipos seleccionando en este Draft tienen en la mira encontrar a su mariscal del futuro, independientemente de cuál sea el nombre que dirá Roger Goodell en el podio de Kansas City, y no deberían tener miedo de ir al frente en cuanto a sus deseos.

Carolina Panthers tiene la primera selección global, y con menos de una semana para la llegada del Draft, no tenemos realmente una seguridad de quién pueda llegar a ser el elegido para comandar la era Frank Reich en el equipo de Charlotte, aunque algo nos dice que tener esta duda es positivo.

Tanto Bryce Young como CJ Stroud son enormes prospectos de mariscal, de los mejores incluso dentro de la última década, si tomamos solo en cuenta el proceso previo al evento, y quedarse con alguno de ellos sin dudas será una ganancia (sobre todo teniendo en cuenta su situación actual en la posición), tanto para los Panthers como para Houston Texans, quienes tienen el segundo pick.

Florida quarterback Anthony Richardson throws a pass during an NFL football Pro Day, Thursday, March 30, 2023, in Gainesville, Fla. (AP Photo/John Raoux)

Ahora, ¿qué hacemos con prospectos (y el análisis que tienen que hacer cada una de las franquicias) que no terminan de ser unánimes, como es el caso en este Draft de Anthony Richardson o Will Levis, los otros dos mariscales de este Draft que deberían, por talento, tener la chance de demostrar que están hechos para la NFL? Es el principal punto que intenta probar este artículo.

Elegir un mariscal en el proceso de selección colegial significa, para una gerencia y un cuerpo de entrenadores, mantenerse, o no, en el trabajo. Ninguna posición tiene esa presión. Y no todos los chicos llamados a ser titulares desde el primer día están listos para eso. Es allí donde los equipos deben confiar en los principios más elementales, los cuales se ejemplificarán con los QBs de este Draft.

Los vídeos los podemos mirar todos, y podemos sacar conclusiones distintas o iguales de eso. Lo que no cambia es lo mental del jugador, y solo las 32 franquicias de la NFL saben aquellos jugadores que están listos para dar el salto a ser profesionales, los que necesitan solo algunos minutos más en el microondas y aquellos que nunca, más allá de su talento, estarán preparados. Con eso dicho, se nos termina el tiempo del reloj, elijamos un mariscal para Carolina Panthers.

Si bien hace unas semanas el nombre era otro, los reportes hablan de que Bryce Young será la primera selección general del Draft. No hay mucho que analizar aquí. Frank Reich y compañía se llevan, en posición de necesidad, uno de los mejores de la clase. Y ahora es donde viene lo interesante.

¿Qué pasa si Houston Texans no está totalmente convencido de CJ Stroud? ¿Qué tal si ven algo en Anthony Richardson (o Will Levis, o quien sea) que, con un año detrás de un mariscal puente, lo pueden hacer mejor que el de Ohio State? En esos casos, y como bien marca el título de esta nota, no hay que tener miedo de elegir un mariscal en el Draft.

Stanford quarterback Tanner McKee throws during the school's NFL Pro Day in Stanford, Calif., Wednesday, March 22, 2023. (AP Photo/Godofredo A. Vásquez)

Dudar acerca de un jugador, ya sea por la gerencia o el cuerpo de entrenadores, debe ser algo que no tiene que pasar a la hora de seleccionar. Con Carolina no va a pasar, pero Houston puede no tener al hombre que quiere en el Pick 2. ¿Y allí? Bueno, si te gusta solo uno sin seleccionar primero, algo se está haciendo mal en ese equipo de trabajo. No hay un solo buen mariscal en cada Draft. Tal vez, simplemente, no está aquel que estás convencido de que va a sacar adelante el proyecto. En ese caso, lo que haría cualquiera: mejor jugador disponible.

Más atrás vendrán aquellos con chances de sorprender. Personalmente, pongo Levis en ese grupo, uno que también integran mariscales que tendrán una chance de crecer bajo el ambiente adecuado, como Tanner McKee, de Stanford, o Hendon Hooker, de Tennessee. Pero conclusión es una sola: bajo ningún tipo de concepto un equipo debe temer a elegir un QB en el Draft, o en ese caso construirá la propia prescindibilidad del mismo, y arruinará un proceso que cuesta millones de dólares, trabajo y tiempo de muchos en la franquicia y, sobre todo, desestabilizará la lealtad del fanático.