La salud de la NFL
Nos pasa a las personas que, con más salud que contamos, más movimiento que tenemos; con más movimiento, más libertad; y con más libertad, más imprevisibilidad. Al revés, sucede que en la enfermedad hay menos movimiento, menos libertad y la previsibilidad es la nota constante de un déficit por superar. Con la NFL pasa igual: está más viva que nunca, la nota de la imprevisibilidad late en cada jornada; todo equipo puede ganar a cualquier otro y en cualquier campo, cosa que hace de este deporte algo incierto y llamativo, pero sobre todo vivo, todo puede suceder. Esto se produjo en esta semana 9 de la liga profesional, dos victorias sorpresivas en campo contrario y otra en propio cambiaron el gesto en más de un aficionado, y, sin embargo, estas sorpresas hacen que los grandes equipos de los últimos años se presuman más favoritos y amenacen con repetir duelos de playoffs y Súper Bowl.

Vivir es fácil con los ojos cerrados
Pero si hubo un partido que refleja lo que esta competición significa fue el Carolina Panthers en Lambeau Field. Un favoritismo previo para la franquicia quesera que no dejaba dudas. Unos Packers que venían de jugar un gran partido con un Jordan Love perfecto, con poco fallo, mucho acierto y también, por qué no decirlo, poca oposición por una defensa de Pittsburgh inoperante en aquel reencuentro de Rodgers con la Franquicia que lo crió. Y lo cierto es que tal partido no debió hacer mucho bien a un equipo que se acostumbró a una inocente defensiva y cuando recibió a unos malencarados Panthers, el exabrupto surgió. Pero me quiero centrar en las críticas hacia, dada esta derrota, LaFleur. Se le criticaba que el balón no estuviera en las manos de Love más a menudo, que se corriera tanto, que hubiera demasiado pase de control y no tanto detrás de los Linebackers, etc… y lo cierto es que, a juicio del que escribe, lo que sucede es que Love eligió mal en varias ocasiones, la que dio origen a una fea intercepción que, sin ir más lejos, fue a triple cobertura, y otra en la que hace un scramble largo, a punto de perder yardas en un cuarto down, también se ejecutó jugando más allá del riesgo de perder muchas más yardas como de una lesión y de una intercepción que debió haber sucedido. Con esto surge el deseo del aficionado de convertir a sus jugadores en héroes o en lo que no son. El deseo de los aficionados de que Jordan Love sea la reencarnación de Brett Favre o Aaron Rodgers, hace que las críticas no puedan ir dirigidas hacia el quarterback, sino que deben ir contra otros, por ejemplo, el play caller. El fan exagerado, no concibe el error en el talento: Jordan no falla, el dibujo estaba mal planteado; Jordan no falla, el call fue inoportuno; Jordan no falla, lo hizo el game plan. Y en esta nos encontramos, el talento no se equivoca, son los otros; como aquella maravillosa película de David Trueba: 'vivir es fácil con los ojos cerrados'.

¿Vuelven los cuervos?
Del 1-5 que asolaba Baltimore, están ya 3-5. Entre los aficionados de otras franquicias se escucha y lee el "ya os dije yo que los Ravens volverían", pero realmente, ¿han vuelto? El que ha vuelto es Lamar y eso ya es mucho decir; éste es un equipo con el Quarterback de Pompano Beach, y otro bien distinto sin él. Lamar marca lo que este ataque puede hacer, sube el techo y en momentos difíciles minora daños. Pero decir que los Ravens vuelven para ser lo que se esperaba a principio de temporada, debe esperar. Debe esperar a su enfrentamiento contra un equipo que ha recuperado plantilla y juego como los Minnesota Vikings. Hay que ver a Lamar y compañía moverse bajo el estrés defensivo de Flores y planificando una defensa capaz de alterar el talento y buen hacer de JJ McCarthy, A.Jones, J.Jefferson, Hockenson y demás grandes jugadores con que cuenta la franquicia vikinga. Es la piedra en el camino a superar hasta el final donde enfrentará de forma seguida partidos contra estos renovados Patriots, en Lambeau y en Pittsburgh. Hasta entonces, prudencia. Desde luego la recuperación de lesionados por parte de Baltimore y Vikings, les ha vuelto a dar ese upside tan necesario en estos momentos de la competición, a ambos. Se viene un gran partido.

Macarthismo
Con este término no me quiero referir a ese movimiento u ola paranoica de mediados del siglo XX en EEUU con el cual se planteaba, asociado al senador Joseph McCarthy, una persecución anticomunista en plena guerra fría y guerra de Corea, cuando se crearon listas negras que excluían a profesionales orientados a la izquierda, con censura senatorial y marcando una caza de brujas que atentaba contra una libertad de expresión y asociación, abruptamente ilegal. No, con Macarthismo me quiero referir a la ola de esperanza que ha desatado JJ en Minnesota como aquel Quarterback que puede hacer del equipo de Vikings un aspirante, por de pronto, a pelear la división, con esperanzas de llegar a su punto álgido en el final de la competición y con la preparación suficiente para disputar los playoffs en condiciones de ganar a cualquiera. Y sí, digo cualquiera porque, no habiendo un equipo dominador por encima de todos, cualquier rival es batible, pero también es cierto que se pierde ante cualquiera. La visita al Ford Field contra un equipo como Lions que venía de un bye de descanso, sanador y recuperador de lesionados, no era nada fácil.
Además, Detroit venía con una media ofensiva de más de 30 puntos por encuentro, y consiguió dejarlo en menos de 25 puntos. Pero aunque el peso de las razones en la victoria sobre Lions ha recaído en la defensa tan variable, presionante e impredecible de Flores, lo cierto es que yo quería hacer hincapié en el mariscal ex de Míchigan. No es que haya hecho un partido épico, ni mucho menos, tampoco uno con números extraordinarios, pero lo que sí consiguió es algo más complicado que lo que pudiera hacer otro con unas stats superiores, como es hacer que la afición crea que hay quarterback, que hay un líder para el proyecto, pero sobre todo, que sus compañeros jugadores y staff, piensen sin dudas, que es él el hombre para liderar el proyecto y quien puede hacerles ganar. Esto lo consiguió y está por encima de cualquier estadística, número y conteo de Touchdowns; lo intangible lo tiene y eso vale más que todo aquello que se ve y toca. Advierto que va a hacer partidos malos, muy probablemente decepcionantes por números; es su primer año de titularidad y esto es previsible, pero lo que habrá que juzgar es si sigue teniendo ese factor de liderazgo no exento de talento, que tanto se ha buscado y poco se encuentra, y de ganar partidos complicados, como este último fin de semana, porque de esto va todo, de ganar.

Tenía que llegar
Indianápolis venía flotando en el mar incierto que es la AFC. Lejos de cualquier crítica, los Colts eran adulados por la mayoría, aficionados y no aficionados a la Franquicia de la herradura azul. Todo era paz y serenidad, allá por donde jugaban pisaban firme que no permitía tambaleo alguno, como carreteras recién asfaltadas, sin baches ni empedrados que pudieran siquiera hacerles perder el equilibrio. Esta semana enfrentaban a unos Steelers que, al contrario, eran un océano de dudas especialmente en una defensa acusada de mil y una negligencias, en su secundaria, pero también en un pass rush blando e inoperante por partidos. Una irregularidad defensiva que hacía temer lo peor ante un equipo que anota más que nadie en la NFL. Pero claro, lo que no se esperaba Colts era cambiar su plácido camino pavimentado por manglares y barro, donde Pittsburgh es mejor que casi todos, donde Daniel Jones sintiera que sus 5 pérdidas( tres intercepciones y dos fumbles) eran pocas. El bueno de Jones sufrió demasiado ante una defensa que ahora sí, dio un paso adelante. Por su parte Jonathan Taylor fue reducido a su menor producción de la temporada. Esta fue la dimensión de la defensa de Pittsburgh que mantiene un récord raro: Mike Tomlin encaraba este partido con un récord de 13-0 cuando viene de una derrota en la que consintieron 300 o más yardas y 35 o más puntos(procedente de su derrota contra Green Bay Packers 35-24). Pues al final el récord sigue inmaculado, 14-0 para el siguiente que tenga la suerte de poder romperlo.
Pero de todo ello tampoco hagamos tragedia alguna para Indianapolis. Esta dura derrota tenía que llegar. Derrota que hace dudar, con tantos errores, del camino de uno mismo. Es un partido, vienen de jugar bien, y una derrota no hace una temporada como una victoria no hace un campeón. Volver a recuperar sensaciones es clave y, sobre todo, venían de cometer 4 turnovers en toda la temporada cuando contra Pittsburgh completaron 6, con lo cual, volver a la seguridad de balón, a la carrera de Taylor y a los habituales completos desde el pocket por Jones, deben ser el objetivo para, entonces sí, volver a ganar. Haya paciencia y perspectiva.
Los detalles cuentan
El domingo se jugaba uno de los partidos más grandes de esta competición, uno de los que enfrentaba a dos de los favoritos por esta AFC. El partido de Bills, aún con errores, debió ser el mejor y más constante que jugó el equipo de Buffalo esta temporada. Diseños y calls que dejaban a varios jugadores separados en snaps claves para que Josh Allen pudiera acertar en un 23/26 de completos es bastante descriptivo:

Pero sucede, como en la vida, que los detalles cuentan. Y hay 3 que condicionan el partido. El primero de ellos al borde del descanso con un placaje ejecutado por Christian Benford a una yarda y media del touchdown por Hollywood Brown a 30 segundos de terminar la primera parte. Ese stop, incluido el que lleva a cabo la defensa contra esa posesión de Chiefs a tan poco de la Endzone, y finalizando ya la primera mitad a medio minuto, hace que podamos hablar de un 21-13 al descanso y no de un 21-17 que hubiera dado otra perspectiva muy distinta al encuentro. Otro detalle fue la penalización pitada a Mahomes por un intentional grounding cuando el balón había sido palmeado por la defensa de Bills y parece que el balón no iba a ningún lado, cuando la realidad es que el palmeo desvió el balón hacia ese "ningún lugar".
Y, por último, la presión de Bosa a Mahomes en el 4º cuarto que provoca la intercepción al Quarterback de Kansas City. Este es un deporte de pulgadas y de detalles, por esto el staff tiene tanta importancia en él. Por los Chiefs no fue un mal partido del todo, limpiarán cosas que se torcieron y detalles que no jugaron a su favor, pero siguen siendo, a pesar de un récord ramplón(5-4) los favoritos a todo.
Breves.
New England Patriots: Siguen ganando a pesar del poco talento en la recepción y con la baja de Boutte, uno de los principales aliados de Maye; pero además, este quarterback se une a P.Manning de 2004, Tom Brady de 2007 y A. Rodgers de 2020 con 8 partidos consecutivos con 200 o más yardas por partido y 100 o más puntos de valoración de passer rating, encontrando solo por encima al Rodgers de 2011 con 12 partidos consecutivos con estas estadísticas.
San Francisco 49ers: Mac Jones completó 19 de 24 pases para 235 yardas y dos touchdowns contra los Giants, promediando su tiempo de lanzamiento más rápido (2,36 segundos) desde la Semana 12 de 2023. Christian McCaffrey, por su parte, estableció un récord de la NFL con su decimosexto partido de su carrera con anotaciones tanto por tierra como por aire, rompiendo el empate con Marshall Faulk. Parece el equipo de McCaffrey y de Shanahan, de nadie más.
L.A.Chargers: La baja de Alt ha machacado a un equipo que con él en juego ha ganado 5 de los 6 partidos en que ha podido participar. Justin Herbert (23.438) superó a Matt Ryan (23.472) en el quinto lugar en yardas de pase para un jugador en sus primeras seis temporadas en la historia de la NFL.
L.A. Rams: Stafford es el cuarto jugador(quinta vez) en la historia de la NFL en tener más de 20 touchdowns de pase y dos o menos intercepciones en los primeros ocho encuentros de su equipo en una temporada, uniéndose a Aaron Rodgers (temporadas MVP de 2014 y 2020), Patrick Mahomes (2020) y Tom Brady (temporada MVP de 2007 y 2015).
Jaguars@Raiders: El partido del domingo fue el primero en la historia de la NFL en el que se anotaron múltiples touchdowns en un período de tiempo extra y también vio la mayor cantidad de puntos anotados en un período de tiempo extra (13).
Seahawks@Commanders: Siete jugadores de los Seahawks llevaron múltiples presiones al mariscal de campo, y Jayden Daniels enfrentó presión en el 50% de sus pases, un máximo histórico en su carrera. Sam Darnold se unió a Tom Brady (Semana 7, 2007 en Miami) como los únicos jugadores desde el año 2000(incluidos los playoffs) con un pase de touchdown y ningún pase incompleto en cada una de las primeras cuatro series ofensivas de su equipo en un partido.





