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My Call: Warren Moon, tirarle piedras a la Luna

Warren Moon no ganó un Super Bowl, ni siquiera pudo guiar a los Houston Oilers a una final de conferencia. Tampoco a los Minnesota Vikings, ni a los Seattle Seahawks; mucho menos a los Kansas City Chiefs, pero es el único quarterback afroamericano que está en el Salón de la Fama. No, no fue el primer quarterback de color en la NFL. Ese privilegio le pertenece a Marlin Briscoe, quien en 1968 se enfundó los colores de los Denver Broncos. Piénsenlo, fue un absurdo. Martin Luther King acababa de ser asesinado y la lucha por los derechos civiles estaba en el pináculo cuando el abuelo de los quarterbacks afroamericanos le gritó al mundo que en esa posición ellos podían ser competitivos.

FILE - In this Aug. 28, 1963, file photo, Dr. Martin Luther King Jr. acknowledges the crowd at the Lincoln Memorial for his "I Have a Dream" speech during the March on Washington, D.C. The Washington Monument is in background. Marlin Briscoe became the first black player to start at quarterback in the American Football League in the midst of the Civil Rights Movement. (AP Photo/File)

Aquel año, Warren Moon era tan sólo un niño de 12 años huérfano de padre y cuya madre batallaba por sacar adelante a su único hijo varón y a sus seis hermanas en un barrio salvaje de Los Ángeles. Desde pequeño, Moon enseñó sus dotes de deportista, los mismos que le consiguieron un lugar en la high school como quarteback, pero llegado el momento de recibir ofertas para ir a la universidad ninguna escuela lo quería para esa posición. Por eso, sus únicas opciones fueron el West Los Angeles College y luego la Washington University.

Tras graduarse, tampoco llegaron las ofertas de la NFL. Su opción fue la Canadian Football League (CFL) donde ayudó al equipo de Edmonton a obtener cinco campeonatos consecutivos, entre 1978 y 1982. En su última temporada, en 1983, recibió el premio al jugador más destacado de esa Liga. Seis largos años trabajó Warren Moon hasta convertirse en el objeto del deseo de varios equipos y decidió firmar con los Oilers del head coach Hugh Campbell, quien había sido el entrenador en jefe de Moon en la CFL. Campbell le facilitó el camino a Warren Moon para llegar a la NFL que con el tiempo ayudó a transformar. Sus primeros años no fueron fáciles, sobre todo porque el head coach fue despedido en la campaña de 1985. Sobre los hombros de Moon pesaba que era el único quarterback afroamericano y aquel importante contrato de 5.5 millones de dólares que había firmado.

El lugar de Campbell lo tomó uno de sus coaches asistentes, el peculiar Jerry Glanville, cuya carrera como head coach creció a la par de la de Warren Moon. Después de un par de decepcionantes temporadas con récord de 5-11, entre 1987 y 1993, los Oilers llegaron a los playoffs todos esos años. Inolvidable aquel épico juego pasado por una nevada en el que Houston y Warren Moon vencieron 24-23 en el Municipal Stadium a los Cleveland Browns de Bernie Kosar y Marty Schottenheimer, en 1988.

FILE - In this Oct. 7, 1991, file photo, Houston Oilers quarterback Warren Moon (1) throws a pass against the Denver Broncos during an NFL football game in Houston. Moon went undrafted after a stellar college career at Washington and was forced to play in Canada where he won two Grey Cup MVP awards in the CFL title game and was the most outstanding player in the league in 1983. He finally got his shot in the NFL the following year with Houston and went on to throw for 49,325 yards in a Hall of Fame career that would have been  even more prolific if he hadn't spent his first six seasons in Canada. (AP Photo, File)

Una de las mejores temporadas de Moon fue la de 1990, cuando lanzó para 4,689 yardas, uno de los puntajes más altos en la historia de la NFL en ese momento. Fue elegido Jugador Ofensivo del Año por la Associated Press. Warren Moon estuvo clasificado entre los mejores cinco quarterbacks. Eran los tiempos de Joe Montana, Dan Marino, John Elway, Jim Kelly…

Warren Moon debutó a los 28 años en la NFL. Llegó como agente libre a abrirse paso en medio del racismo. Tuvo una carrera espectacular de 17 años en los que se convirtió, junto con Doug Williams de los entonces Washington Redskins, en el hijo de Marlin Briscoe y de James Harris, el querteback de color que los Buffalo Bills contraron en 1969. Lo que Briscoe y Harris no pudieron consolidar lo hicieron Moon y Williams, quien guió a los Redskins a apalear en el Super Bowl XXII a los Denver Broncos 42-10. Un quarterback afroamericano ganó por primera vez el juego más importante de la NFL y fue nombrado MVP.

Washington Redskins quarterback Doug Williams (17) looks to pass during an NFL Super Bowl XXII championship football game against the Denver Broncos, Jan. 31, 1988 in San Diego. The Redskins defeated the Broncos 42-10. (Paul Spinelli via AP)

Warren Moon y Doug Williams son entonces los padres de los quarterbacks de color que años más tarde encontraron un camino allanado: desde Randall Cunningham, Michael Vick, Steve McNair y Donovan McNabb pasando por Kordell Stewart, Daunte Culpper, Rodney Peete hasta llegar a Cam Newton, Russell Wilson, Lamar Jackson, Dak Prescott y Patrick Mahomes, estos últimos que se cuentan entre los 10 quarterbacks afroamericanos que jugaron simultáneamente en la temporada 2020, un hecho histórico.

Tienes que mirar la historia de los deportes profesionales en este país para entender cuan lentamente cambiaron las cosas con ciertas posiciones. En el futbol americano, las posiciones de ‘pensamiento’ (quarterback, centro, linebacker [interno]) eran las que no se nos permitía jugar. A pesar de que había muchos afroamericanos jugando en la NFL en los años 50, 60 y 70 existía el estereotipo de que no éramos capaces de tener éxito en ciertas posiciones. Si jugaste esas posiciones en la universidad y fuiste reclutado, sabías que probablemente te cambiarían en la NFL. Supuestamente, no éramos lo suficientemente inteligentes o teníamos las cualidades de liderazgo. En cada posición, para los afroamericanos conquistar ese mito del quarterback fue muy importante. Warren Moon en su libro Never Give Up on Your Dream: My Journey

Warren Moon lanzó para casi 50,000 yardas y fue a nueve Pro Bowls. Durante las temporadas de 1990 y 1991, lideró la NFL en yardas por aire, con 9,379. Es una leyenda no por sus números, su legado radica en haber sido una super estrella que nunca dejó de soñar. Tuvo que soportar insultos y amenazas de muerte porque osó apoderarse de una posición en el campo que durante décadas estuvo reservada para los blancos porque los quarterbacks son la cara del equipo y el líder en el vestidor. Warren le tiró piedras a la Luna hasta que la golpeó.