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Mamá, creo que me gusta Josh Allen

Qué lindo es estar enamorado. Sólo se me ocurre una sensación similar y es la de saber que alguien estå enamorado de vos. De pronto, sentís que sos invencible, que podés con todo. Te afecta en lo personal, en lo social, en lo laboral. Båsicamente, creés que sos el rey del mundo.

En este preciso momento, todas las personas que habitan en los planetas que orbitan en el sistema solar de la NFL estĂĄn enamoradas de Josh Allen. Me pregunto cĂłmo debe sentirse.

Hace dos semanas escribí sobre la evolución del QB de Buffalo Bills. Ya tocamos el tema de su compromiso con Hailee Steinfeld, ya dijimos que es el amplio favorito para quedarse con el trofeo al MVP
 y sin embargo, de nuevo elijo centrarme en Allen.

Lo que pasa es que, realmente, lo que estĂĄ haciendo es demasiado fuerte como para buscar otro tĂłpico. En sus Ășltimos cuatro partidos (ante Kansas City Chiefs, San Francisco 49ers, Los Angeles Rams y Detroit Lions, de lleno en la parte mĂĄs exigente del calendario), Allen lleva 16 touchdowns contra 1 intercepcion.

Si reducimos la muestra a los Ășltimos tres juegos, salta la siguiente estadĂ­stica: 0 capturas, 0 fumbles, 0 intercepciones y (la mejor stat de todas) apenas una jugada negativa: el kneel down para terminar el partido en la Semana 15.

Entre la derrota ante los Rams y la victoria del domingo en Detroit, Allen acumula 704 yardas aéreas, 151 por tierra, 5 pases de TD, 5 TDŽs por acarreo y cero pérdidas. Estå jugando a otra cosa. En otra galaxia.

Es difĂ­cil ponerle palabras a las jugadas que Allen realiza de forma rutinaria. CĂłmo se explica que el clip que vieron arriba y el que estĂĄn por ver aquĂ­ debajo (una locura que me hizo soltar un grito ensordecedor)?? No hay manera.

AdemĂĄs de las jugadas seleccionadas (por su espectacularidad), Allen estĂĄ dominando absolutamente todas las facetas del juego. Cuando le dan un bolsillo limpio, te aniquila con su precisiĂłn y su ball placement. Cuando lo utilizan como corredor, se pone en modo tanque y arrolla rivales por doquier. En jugadas de yardaje corto, Buffalo tiene la 2da mejor versiĂłn de la "tush push" en la NFL (detrĂĄs de Philadelphia Eagles, los originales). En resumen: todas las pĂĄginas del playbook estĂĄn disponibles para Josh Allen, que se siente con la confianza y el amor propio suficiente como para lograrlo todo.

Es evidente que Allen estå disfrutando como nunca de este momento. Se nota en su sonrisa, en su lenguaje corporal, desde luego que se nota en su performance individual y en el estado anímico del equipo. Escuchen cómo hablan sus compañeros acerca de lo que significa para ellos jugar con Allen:

No hay mejor evidencia que lo que digan quienes estĂĄn dĂ­a a dĂ­a alrededor tuyo. Allen recibe la adoraciĂłn de parte del resto de la plantilla de los Bills como si fuera prĂĄcticamente un dios. En redes sociales se lo nombra como el "rey de Buffalo". EstĂĄ pasando por el mejor momento de su carrera. QuizĂĄ lo Ășnico negativo es que todavĂ­a falta 1 mes para el inicio de la postemporada, el gran escenario donde todavĂ­a debe probarse Allen.

Mientras tanto, el chico que no recibiĂł ofertas de ningĂșn programa universitario importante y debiĂł enviar tapes de su material para terminar en la Universidad de Wyoming se divierte dominando la escena del deporte mĂĄs importante de los Estados Unidos.

No me creen que se divierte? Expliquen esto entonces:


. qué??? En serio? Dale Josh, no puede ser.

Durante años imaginamos el jugador que podría ser Josh Allen si lograra controlar sus impulsos y minimizar sus errores (que muchas veces venían por un exceso de confianza en sí mismo / un exceso de agresividad cuando el momento pedía calma).

El potencial siempre estuvo ahĂ­. Hoy lo estamos presenciando en vivo y en directo y, al menos en mi caso, otra vez la realidad supera cualquier fabricaciĂłn de la imaginaciĂłn. Ver jugar a Josh Allen es asombrarse y divertirse sin parar durante 60 minutos de tiempo neto y 3hs, 3hs 30 de tiempo real. No se puede pedir mucho mĂĄs.