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Los Bills tienen la matrícula de Mahomes y otras sorpresas de la Semana 9

No está la NFL para tener muchas certezas o para que éstas duren mucho tiempo. Cuando un equipo da la sensación de ir para arriba o toma aspecto de favorito, llega la siguiente jornada y la liga lo pone en su sitio. Les pasó esta semana a los Lions, los Colts, los Packers y, por encima de todos, a los Chiefs. A Detroit le atragantó una defensa de Brian Flores que demostró conocerlos muy bien y anularon a Jahmyr Gibbs como nadie lo había hecho antes. Los Colts también se toparon con un 'defensón' ante ellos, el de los Steelers, que además necesitaba reivindicarse, y a base de balones recuperados devolvió a la tierra a un Daniel Jones que llevaba toda la temporada flotando como en un sueño y que se llevó un golpe de realidad en forma de intercepciones y fumbles; ahora 'Indiana Jones' tendrá que demostrar que esto sólo fue un tropezón y no el comienzo del declive para él. Lo de Green Bay, en cambio, no hay quien lo entienda, son capaces de jugar a un nivel espectacular en una plaza tan complicada como Pittsburgh y la semana siguiente se desinflan en casa frente a los Panthers; algo van a tener que hacer con esa inconsistencia si de verdad quieren aspirar a llegar lejos este año. Y luego están los Chiefs…

Kansas City Chiefs quarterback Patrick Mahomes (15) is tackled by Buffalo Bills defensive end Greg Rousseau (50)during the second half of an NFL football game in Orchard Park, N.Y., Sunday Nov. 2, 2025. (AP Photo/ Jeffrey T. Barnes)

Mahomes juega el peor partido de su carrera

El equipo que ha marcado la pauta en la NFL los últimos años no arrancó la temporada de la mejor manera pero llevaba un último mes extraordinario y su aspecto empezaba a ser el del rival a batir. Mahomes estaba disfrutando y dominando como hacía años que no pasaba. El ataque de Kansas City estaba carburando y en una sincronía espectacular desde la vuelta de Rashee Rice al equipo y se presentaban en Orchard Park como favoritos ante unos Bills muy inestables.

Entonces llegó el bofetón.

No por la victoria de Buffalo, sino por la sensación de que los Bills tenían el número de los Chiefs, que habían apuntado su matrícula y sabían en todo momento dónde iban y de qué manera. La defensa de los Bills exhibió una propuesta que pilló completamente desprotegido a Mahomes y su ofensiva. Con extra Defensive Backs por todas partes –formaciones 'dime' una y otra vez, o lo que es lo mismo, seis DBs en el campo– y presionando a Mahomes sólo con cuatro o con tres (y siendo capaces de llegar hasta la cocina constantemente) construyeron la tormenta perfecta y propiciaron el peor partido de la carrera del que viene siendo el mejor QB de la NFL durante los últimos años. Mahomes nunca había bajado del 50% de pases completados en un partido desde que es profesional y en esta ocasión se quedó en un pírrico 44% de completos.

En descargo del QB, la OL de Kansas City llegaba muy tocada por las lesiones, pero la manera en la que Joey Bosa dominó la línea de scrimmage fue terrorífica y demostró para qué han fichado en Buffalo al veterano Pass Rusher, que es para brillar en citas como ésta. Si a eso le sumas el impacto de la llegada del CB rookie Maxwell Hairston al equipo tras lesión, el salto de calidad de esa defensa es evidente. El jugador de primera ronda de los Bills mejora y mucho al veterano Tredavious White y cierra un agujero por el que la unidad defensiva de los Bills estaba encajado muchas yardas. Y esa puerta se ha cerrado. De hecho, Hairston ganó una y otra vez a alguien tan veloz como Xavier Worthy y hasta logró interceptar a Mahomes.

Y en el otro lado, Josh Allen firmó un partido casi perfecto, rozando el 90% de pases completados, recuperando la explosividad de los pases profundos que le estaban faltando esta temporada y puso la guinda con tres touchdowns totales. Desde el convencimiento de que el juego de carrera es la base de esta ofensiva (hasta 27 carreras protagonizó James Cook, que volvió a irse por encima de las 100 yardas terrestres), la diferencia tenía que marcarla después Josh Allen y en los días importantes el MVP volvió a demostrar por qué lo es –y por qué vuelve a ser el favorito en las apuestas para ganarlo otra vez este año–.

Tanto Allen como los Bills están faltos de consistencia esta temporada, pero lo que no se les puede quitar es que cuando llegan los partidos importantes están sacando su mejor versión. No se puede no tener en cuenta a Buffalo en una Conferencia Americana más abierta que nunca.

Y luego falta por hablar del cuento de nunca acabar. Este partido entre Bills y Chiefs fue el noveno capítulo en lo que se ha convertido en el enfrentamiento más popular de nuestro tiempo, un clásico moderno que nos enseña las dos caras de una misma moneda. Chiefs y Bills son los dos equipos que más partidos han ganado de los últimos años en la NFL pero mientras Kansas City ha llenado de anillos sus vitrinas, los Bills no saben lo que es ganar –ni siquiera llegar– a la Super Bowl en la era Josh Allen. Ese Mahomes-Josh Allen estaba empatado a cuatro victorias para cada uno y ésta da ventaja al QB de Bills pero con un asterisco, porque ese 5-4 para Allen se desglosa en un 5-1 en temporada regular para el de Buffalo mientras en Playoffs sigue en un perfecto 4-0 para Mahomes. Veremos si en los próximos Playoffs tendremos una nueva cita entre estos dos equipos y entre estos dos QBs y si Allen y los Bills pueden repetir el éxito de este pasado domingo o Mahomes y los Chiefs seguirán dominando cuando más importa ganar. Sea como fuere, será una gozada volver a verles frente a frente.

Seattle Seahawks quarterback Sam Darnold (14) in action during the first half of an NFL football game against the Washington Commanders, Sunday, Nov. 2, 2025, in Landover, Md. (AP Photo/Nick Wass)

¿Está Seattle preparado para aspirar a la Super Bowl?

Lo decía en el arranque de este texto, las certezas no duran mucho en esta temporada NFL, sin embargo ver jugar a Seattle invita al optimismo. Y es porque destacan en todas las fases del juego. La defensa de Mike McDonald es de esas que te entran por los ojos porque es capaz de presionar al QB sin enviar efectivos extra en esa misión y, al mismo tiempo, no dejar que nadie les haga daño con el juego de carrera –aún están por permitir el primer jugador que les endose 100 yardas terrestres esta temporada–. El front seven es una delicia de ver porque su efectividad llega de manera coral. Por dentro dan auténtico pánico. Leo Williams, Jarran Reed y Byron Murphy son tres fuerzas de la naturaleza que nadie está pudiendo controlar, mientras por fuera DeMarcus Lawrence está viviendo una segunda juventud y se le ve extra motivado y, al otro lado, Nwosu y Mafe están elevando su nivel. Todos juntos forman un colectivo al que McDonald está exprimiendo y les tiene entre las unidades que más afectan al QB sin necesidad de enviar casi Blitz. Esto es así porque el sistema de Mike McDonald esconde y disfraza su manera de presionar y las OLs rivales se confunden una y otra vez a la hora de buscar quién es el que va a perseguir al QB. Es un disfrute absoluto ver cómo están configuradas esas presiones simuladas y esas rotaciones defensivas. Solo por eso merece la pena ver jugar a los Seahawks.

La secundaria ha tenido más problemas. Los ha tenido por las bajas y también por el bajo rendimiento de alguna de sus piezas –Riq Woolen no está teniendo su mejor año–. Pero al mismo tiempo otros jugadores han dado un paso adelante y están empezando a encontrar su lugar. Ésta es una de las mejores defensas de la NFL.

Decía hace un momento que solo por ver cómo opera la defensa merece la pena ver a Seattle pero es que si te giras al ataque y ves el nivel de Sam Darnold y Jaxon Smith-Njigba lo que te encuentras es a la que posiblemente se ha convertido en la mejor pareja QB-WR de la NFL esta temporada. Si nos olvidamos del pasado de Sam Darnold y miramos sus últimas dos temporadas con una mirada objetiva y centrados sólo en eso… honestamente estamos ante uno de los mejores Quarterbacks de la NFL y un jugador absolutamente élite. El brazo siempre lo ha tenido pero la capacidad de navegar el pocket y tomar decisiones para poner el balón en las manos adecuadas con una presión tremenda, lo que te hace pensar que estamos ante un candidato legítimo a MVP. Mientras que JSN directamente no tiene un solo partido malo a sus espaldas esta temporada. Así de sencillo.

La propuesta ofensiva de los Seahawks es muy interesante porque lo que presenta son formaciones muy pesadas con dos y tres Tight Ends que tiene una voluntad clara de que todo empiece por la carrera pero que, curiosamente, no consigue mucha solidez terrestre pero, a cambio, revienta defensas por aire con esas formaciones sin casi receptores. Y ahí es donde JSN y el tratamiento de atención especial que recibe permite que él mismo utilice todo eso que gravita sobre él para abrir espacios para su compañeros sin que él deje de producir como una máquina.

Seattle se ha ganado el derecho a ser uno de los grandes aspirantes de la Nacional y uno de los mejores equipos de la NFL, pero como pasa con todos los que se han ganado esa condición, ahora toca demostrar que pueden solidificar esa condición. Esta NFL no perdona ni un solo despiste y exige un nivel casi perfecto semana tras semana y eso, que supone una de las grandes virtudes de la competición, al mismo tiempo está evitando que haya ni un solo equipo que pueda disfrutar de esa condición de favorito por mucho tiempo. Dicho lo cual, Seattle está creciendo en la dirección correcta y aguanta fuerte en una división que tiene tres equipos con seis victorias (la NFL Oeste es la única que puede decir eso) y aún así no aflojar. Veremos si la semana que viene siguen ahí arriba o tenemos que volver a bajarlos como ha pasado con los cuatro equipos protagonistas del arranque de este texto. Y es que no está la NFL para tener muchas certezas o para que éstas duren mucho tiempo.