Aaron vs Tom. Pura nostalgia.
El que probablemente sea el último enfrentamiento entre Brady y Rodgers no llega en las circunstancias ideales. No porque estén en un nivel bajo físicamente o algo parecido. Digamos que, sencillamente, ninguno tiene el elenco más alentador de su carrera, precisamente, y no se les ha visto como los quarterbacks devastadores que han sido en gran parte de su trayectoria, pero eso solo emociona más.
A Brady le tomó hasta el tercer cuarto romper el 0 contra los Saints, siguen existiendo problemas en la línea ofensiva interior, para este juego no contará con Mike Evans, y Chris Godwin, si juega, no estará al 100%. Contra Nueva Orleans le costó encontrar al resto de sus receptores. Scotty Miller, Breshad Perriman o Cameron Brate son confiables pero no son precisamente los titanes del estilo Evans, Gronk o Edelman con los que Tom está acostumbrado a conectar. Además de eso sumamos que enfrente estará una de las defensas más completas de la liga, el panorama no es muy alentador.
Con Aaron Rodgers sucede algo parecido, la gran mayoría de sus formaciones incluyen a sus dos corredores porque A-Rod, al igual que Brady, en este punto de su carrera es más de confianza y química con sus armas ofensivas. Tanto Aaron Jones como A. J. Dillon son realmente productivos en el juego aéreo y en el terrestre, y ambos gozan de la confianza de Rodgers, al igual que Sammy Watkins que parece haber rejuvenecido y ha visto una buena cantidad de pases del número 12, Allen Lazard de inmediato mostró esa química y la transformó en puntos. Pero ninguno de ellos equipara a lo emocionante y vistoso que era ver a Rodgers lanzándole a Davante Adams o en su momento a Jordy Nelson. Mismo caso para la ofensiva de los Packers, enfrente estará una defensiva también con potencial de ser de las 5 mejores de la liga y que se alimenta de intercepciones y capturas al quarterback.
Verlos así, lejos de desalentar a contemplar su enfrentamiento debería animarnos. Dos quarterbacks sin sus mejores armas, ante poderosos rivales defensivos y en la parte final de sus carreras no debería ser tan emocionante, pero estamos hablando de dos tipos que tienen todas las respuestas, que a un jugador de agencia libre lo hacen parecer una súper estrella, estamos hablando de dos de los mejores cinco quarterbacks en la historia de la NFL que se enfrentan en un contexto sumamente retador y que lo hacen, probablemente, por la última ocasión. Disfrutemos de los fantásticos Aaron Rodgers y Tom Brady.
¿Y si están mejor con Garoppolo?
Desafortunadamente, una de las historias más llamativas a seguir esta temporada duró menos de dos partidos, el proyecto Trey Lance se truncó antes de lo previsto por la lesión del quarterback y ahora, lo que en julio parecía un problema se ha vuelto la salvación de los 49ers: Jimmy Garoppolo no fue traspasado.
Lejos de tirarse a la desesperanza como sucede con la mayoría de los equipos cuando pierden a su quarterback titular, con Jimmy G no hay motivo para eso. Al contrario. Lo poco que pudimos ver de Lance en pretemporada y en un partido y un cuarto de temporada regular, no se le veía precisamente cómodo ni en control de la nueva ofensiva que pretendía instalar Kyle Shanahan, naturalmente era más orientada al juego terrestre, pero en situaciones de pase se le veía dubitativo y no tomando las mejores decisiones. Era muy temprano, pero se veía que el proyecto era cuesta arriba. Seguro tenía mayor potencial una nueva ofensiva y un nuevo quarterback, pero el plan B es de los mejores en la NFL. Con Garoppolo en los controles de regreso, la ofensiva de San Francisco tendrá continuidad respecto a los 4 años anteriores, ya sabemos su techo, pero es un techo muy alto. Jimmy los guió a 3 de las últimas 2 Finales de Conferencia. Con él fue que George Kittle se convirtió en un tight end top. Con él igualmente, Deebo Samuel se convirtió en el arma devastadora que revolucionó la liga, San Francisco estará bien y ellos lo saben. Basta ver la reacción de sus compañeros cuando Jimmy anotó un touchdown por tierra para saber que estaban felices de tenerlo de vuelta. Quizá, no era lo que Shanahan quería, seguramente buscaba revolucionar la liga, pero quizá, debido al complicado inicio de Trey Lance, los 49ers están mejor con Garoppolo de vuelta.
¿El Big 3 de Miami es de verdad?
Varios pudieron haber tenido expectativas altas respecto a los Dolphins de Miami versión 2022, pero pronosticarlos invictos después de enfrentar a Patriots y Ravens, con Tua liderando la liga en yardas por pase y con Tyreek y Waddle en el top 3 de yardas por recepción creo que ni el más optimista lo esperaba. Funciona la máquina. La pregunta es si será sostenible.
Mike McDaniel viene del árbol Shanahan que basa su sistema ofensivo en el juego terrestre para después aprovechar espacios y explotar el juego aéreo. Se esperaba algo así, una ofensiva recargada sobre sus corredores y poco a poco irle dando paso a Tua. Sobre todo, porque Tagovailoa ha tenido una carrera complicada en la NFL. Pero McDaniel no fue a la segura, al igual que sus poco habituales conferencias de prensa, no siguió lo que la lógica indicaba. No abandonó el juego terrestre, pero se enfocó en "aventar" a Tua, no lo quiso ir llevando poco a poco, quiso explotarlo desde el comienzo y la apuesta, al menos en dos juegos ha dado dividendos.
Para entender el porqué de esta explosión hay que recordar que Tua, en Alabama, contrario a la creencia popular, fue uno de los quarterbacks más precisos y efectivos en pases medios y profundos. En Alabama tenía a Jerry Jeudy, DeVonta Smith, Henry Ruggs y el mismo Waddle. Mucha velocidad. En Miami no tiene 4 receptores top, pero tiene 2 y muchos complementarios. Además no son cualquier tipo de receptores, Waddle y Tyreek no son solo las amenazas profundas que dependen de pases largos para producir. Debido a su estatura y bajo centro de gravedad, son devastadores en los pases cortos por lo que pueden generar en cuanto a yardas después de la recepción. ¿Qué haces cómo defensiva? Si cubres a Tyreek profundo, Waddle te destroza en pase corto y viceversa. Cuando mandan a los dos profundo, no hay muchos equipos que puedan contenerlos. Añade a eso a uno de los quarterbacks más certeros en pases profundos en la historia del College Football que por primera vez en su carrera NFL cuenta con alguien que cree y le arma un playbook con base en sus herramientas y el resultado espanta. Mike McDaniel está llevando a Tua en la dirección correcta, tiene las armas ideales, pero en la NFL siempre hay alguien observando, alguien tomando nota y listo para aparecer con una solución a un problema. El Big Three de Miami funciona, hay que ver cómo reacciona cuando un rival contenga sus fortalezas, y ese puede ser su próximo sinodal, los Bills, que están diseñados para no morir por la parte profunda de su defensiva. Además es duelo divisional, hay conocimiento previo. El Big Three de Miami no tiene descanso, va por su tercer examen grande en fila, pero si sale airoso de ese duelo… ustedes saquen conclusiones.
