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La gran irrupción en la élite de Drake Maye y Trevor Lawrence y otras maravillas de la Semana 16

Esto se acaba. La temporada regular encara su recta final y la Semana 16 nos deja más clasificados que nunca para los Playoffs. No es una exageración, esta pasada jornada supone la clasificación de 8 equipos para los Playoffs algo que nunca había pasado en la historia de la NFL en una misma semana en una temporada normal –el año de la huelga, en 1982, también clasificaron 8 equipos en una misma jornada pero en una temporada donde se acortaron mucho el número de partidos–. Con esto, son ya 10 equipos clasificados, lo que supone el mayor porcentaje de clasificados de la historia con dos semanas por jugar (hablo de porcentajes y de dos semanas por jugar porque no siempre ha habido el mismo número de equipos ni de jornadas en la temporada regular). Lo que nos demuestra todo esto es que, por un lado, la competitividad y la igualdad en la parte alta de la NFL es brutal y que, al mismo tiempo, la fractura entre los equipos que pelean por el anillo y los que no aspiran a nada es más pronunciada que nunca antes.

Matemáticamente, quedan 18 equipos para 14 puestos de Playoffs, aunque de manera efectiva, el último puesto que queda por asignar es el que ocupará el ganador de la NFC Sur –Tampa o Carolina–, porque los Colts, los Lions y los Ravens tienen escasísimas opciones de meterse ya y prácticamente dependen de sendas carambolas por no llamarlos directamente milagros: Los Colts necesitan ganar los dos partidos que les quedan y que Texans pierda sus dos partidos; los Ravens necesitan ganar en Green Bay, que Pittsburgh pierda en Cleveland y después ganarles la última jornada y los Lions necesitan ganar sus dos partidos y que los Packers pierdan los dos partidos que les restan. Si tuviera que apostar, diría que ninguno de estos tres equipos logra el billete, aunque en la NFL cosas más complicadas se han visto…

Además de esa lucha, en este caso verdaderamente real y muy disputada entre los Bucs y los Panthers por ese puesto de Playoffs (y ventaja de campo en la ronda de Wild Card, aunque para recibir presumiblemente a Rams o Seahawks), los otros puntos de interés que quedan abiertos son las luchas por todas las divisiones salvo por la NFC Este –Que ya es de los Eagles, que rompen una maldición por la que ningún equipo repetía victoria en esta división desde el año 2004– y también las batallas por el Seed 1. Sí, han leído bien, todas las divisiones salvo una siguen sin dueño. Y batallas por el Seed 1 de ambas conferencias se han abierto muchísimas tras sendas derrotas de los dos equipos que la semana pasada atesoraban esa condición, Broncos y Rams. Denver mantiene esa condición aunque ha perdido el margen de maniobra, cualquier derrota puede costarles el puesto, el bye y la ventaja de campo, con los Patriots, los Jaguars e incluso los Bills y los Chargers con opciones de acabar primeros (los Chargers incluso pueden arrebatarles la división ganándoles en el partido que les enfrenta en la última jornada).

La Americana está más abierta que nunca y realmente preciosa pero la Nacional está fortísima también. Los Seahawks, tras su fantástica victoria ante Rams en uno de los mejores partidos de toda la temporada, son ahora los que mandan en la NFC y por supuesto dependen de sí mismos para acabar en el Seed 1. Pero es que San Francisco también depende de sí mismo… Si gana en el próximo SNF a Bears y a los propios Seahawks en la última jornada, será primero. Los Bears también pueden acabar arriba del todo, evidentemente también los Rams y hasta los Eagles, aunque estos lo tienen un poco más complicado.

Las dos últimas semanas nos van a dejar mucho por lo que pelear aunque casi no queden billetes para los Playoffs que asignar. Y luego, los Playoffs más igualados, indescifrables, llenos de incertidumbre y apasionantes que hayamos vivido en muchos años. Sin favoritos claros y con más aspirantes y más difíciles de predecir que nunca. Y los vamos a disfrutar una barbaridad. Porque además cada semana hay más equipos apuntándose a la fiesta…

New England Patriots quarterback Drake Maye (10) looks to pass the ball as Baltimore Ravens safety Kyle Hamilton (14) defends during the second half of an NFL football game, Sunday, Dec. 21, 2025, in Baltimore. (AP Photo/Terrance Williams)

Drake Maye se gradúa como superestrella en Baltimore

El Quarterback de los New England Patriots comenzó la presente temporada con 23 años recién cumplidos y con el cielo como el límite. La pasada temporada ya nos dejó síntomas de grandísimo jugador, siendo capaz de alcanzar un tremendo nivel de juego a pesar de que lo que le rodeaba no acompañaba. Como el equipo sólo ganó 4 partidos, muchos dudaron pero otros muchos vieron un potencial que esta temporada se ha refrendado con Maye liderando a la que posiblemente es la mayor sorpresa de la liga, unos Patriots que han pasado de las 4 a las 12 victorias (y eso que quedan dos partidos por jugar) y que luchan por el Seed 1 con muchas posibilidades de llevárselo y que los Playoffs pasen por Foxborough.

Una de las principales explicaciones de esta explosión de los Patriots es Mike Vrabel, el que fuera jugador y ganador de varios anillos con el uniforme de New England, ahora lidera al equipo desde la banda como Head Coach y ha transformado por completo una franquicia que desde la salida de Tom Brady iba a la deriva –de hecho, este año están a punto de volver a ganar la división, algo que no hacían desde 2019, último año de Brady como Patriot–. Vrabel ha dotado de identidad a un equipo que la había perdido, ha recuperado la cultura, la ilusión y hay mucho que agradecer al nuevo entrenador.

Sin embargo, lo que verdaderamente ilusiona, tanto para este año como para el futuro en New England, es el aspecto de su QB. Drake Maye apunta a superestrella, juega como una superestrella, se comporta como una superestrella y lidera como una superestrella. Y el pasado domingo en Baltimore refrendó todo esto con una remontada que llevó por completo su rúbrica. La temporada de Maye es excelente, está arriba del todo en la gran mayoría de categorías estadísticas avanzadas que valoran a los QBs y, por encima de eso, pasa la prueba al verlo jugar. Su presencia en el pocket es muy convincente, su brazo lo es aún más, sus piernas ayudan y su toma de decisiones y precisión en la ejecución invitan a disparar la ilusión.

Su temporada, como decía, es muy convincente, pero su papel en la remontada del pasado domingo en Baltimore lo encamina a la élite de la liga y lo dispara en la lucha por el MVP. Los Patriots perdían por 11 puntos y, tras la lesión de TreVeyon Henderson, se habían quedado sin un juego de carrera mínimamente efectivo. Se veían una y otra vez en segundas y terceras y largo, muy largo en muchas ocasiones. Toda la responsabilidad se depositaba sobre los hombros de Drake Maye y Drake Maye respondió al reto comiéndose el partido. A cada situación complicada contestaba con un gran pase, de cada atolladero salía tirando de su talento. Pases profundos entre el tráfico, bombas a la End Zone con una precisión pasmosa y una tranquilidad y un liderazgo que contagió a todo el equipo. Selló una victoria que se había puesto cuesta arriba y se fue de Baltimore con la sensación de que es el QB indicado para llevar lejos a los Patriots lejos en los Playoffs tanto esta temporada como en las venideras. Los New England Patriots tienen a su nuevo Quarterback Franquicia.

Jacksonville Jaguars quarterback Trevor Lawrence (16) passes against the Denver Broncos during the second half of an NFL football game in Denver, Sunday, Dec. 21, 2025. (AP Photo/Jack Dempsey)

El Trevor Lawrence con el que se soñaba cuando salió de la universidad apareció por fin

No había cumplido las expectativas. Nunca había llenado los zapatos de ser considerado uno de los mejores prospectos universitarios en muchísimos años. Trevor Lawrence nunca había conseguido ser en la NFL el Quarterback que se esperaba que fuera. Es cierto que las circunstancias nunca le habían ayudado, sobre todo en lo que tiene que ver con los entrenadores que había tenido. Así y con todo, los Jaguars confiaron en él y le dieron una extensión de contrato de más de 50 millones al año. La pasada temporada, en la que no estuvo al nivel de esos números, se empezó a especular con que Jacksonville se había equivocado y Lawrence nunca alcanzaría el nivel que prometía. Incluso en el arranque de esta misma campaña, el QB de los Jaguars estaba dejando más dudas que certezas. Pero las últimas semanas… todo ha cambiado. Tras el bye y con la llegada de Jakobi Meyers, ese ataque ha dado un paso adelante y, sobre todo, Trevor Lawrence ha explotado por completo.

Su nivel de confianza, de precisión, su toma de decisiones… Lawrence parece otro. Está pasando en ritmo, poniendo el balón en las manos adecuadas y reduciendo drásticamente su número de errores y balones rifados. La semana anterior jugó ante los Jets uno de los mejores partidos de su carrera, con casi 400 yardas totales y 6 touchdowns. Y por si el hecho de hacerlo contra un rival desahuciado dejaba alguna duda, esta semana ante el Seed 1 de la AFC y una defensa temible como la de Denver –y además a domicilio– jugó incluso mejor y lideró a su equipo a una victoria que los clasifica para los Playoffs, los afianza al frente de la AFC Sur y los convierte en candidatos para llegar a la Super Bowl, algo para lo que pocos contaban con ellos pero para lo que empiezan a convencer con actuaciones como la de Mile High.

Colectivamente, el equipo ya venía dando síntomas muy positivos, pero es que este salto de calidad de Trevor Lawrence era lo que de verdad faltaba para creérnoslos y ahora se acabaron las excusas para no contar con Jacksonville. Otro equipo que se une a la fiesta en una Conferencia Americana que está para quien quiera cogerla.

Liam Coen ha hecho un trabajo verdaderamente extraordinario con unos Jaguars que llevaban años a la deriva y que han encontrado un camino, un estilo y una identidad de las que llevaban mucho tiempo careciendo. Son aspirantes por derecho propio y tienen argumentos para pelear con cualquiera.