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Mundo NFL | Sitio oficial de la NFL en español

La divulgación quijotesca de futbol americano

Hay comunicadores que por la vocación pedagógica de su trabajo en torno al futbol americano conviven mucho mejor con el apelativo de divulgador que con el de analista. Este es el caso de Rubén Ibeas, otrora jugador profesional de baloncesto, colaborador de Mundo en sus diversas plataformas y uno de los grandes responsables de democratizar la conversación sobre NFL en España.

Allá por 2017, Ibeas publicó Lecciones de football americano, una obra prologada por Mariano Tovar e introducida por Marco Álvarez, también colaborador de este casa y segunda espada perenne de Rubén, a lo Pancho Varona.

Rubén es un hombre bueno. Y quiere que todos, en la medida de nuestras posibilidades, seamos capaces de ver lo mismo que él, aunque al principio solo podamos hacerlo en diferido, mirando las jugadas una y otra vez a cámara lenta. Por eso, desde hace años se ha empeñado en la misión quijotesca de explicar el football americano a los que no sabemos. Pero no quedándose en la superficie, en el abecé de lo ya conocido, sino rascando más allá, fijándose en esos pequeños detalles a los que nunca llegaríamos sin ayuda, y explicándolos con cuidado, pasión y mimo para que lo complicado resulte sencillo. Mariano Tovar

Cuando Rubén tuvo la generosidad de compartirme el manuscrito, me advirtió que no era un libro para leer de una sentada, sino que funcionaba más como una guía plagada de conceptos de táctica y técnica individual. En términos generales, podemos decir que la gran ambición del libro es ralentizar un poco todo lo que ocurre en un campo de futbol americano a velocidad de vértigo. A partir de esta premisa, Rubén hace un recorrido minucioso y didáctico, con un montón de capturas y referencias visuales, a través de todas las unidades defensivas y ofensivas que componen un roster profesional, deteniéndose en los pequeños detalles que ayudan a construir la gramática de cada posición.

En cada uno de los capítulos se repara en los fundamentos, las características, los conceptos, el lenguaje y los escenarios más habituales para entender cómo funciona cada una de las unidades, a partir de un pulso eminentemente coral. Es decir, abrazar el hecho de que cada movimiento y lectura propuesta por cualquier miembro repercute en el colectivo.

Como cabría esperar, uno de los capítulos con mas contenido y profundidad es el que aborda la posición del quarterback, en el que se mete bisturí a los distintos tipos de stance —under the center y shotgun/pistol—, los secretos del dropback, el release, las lecturas y progresiones y los audibles y motions antes del snap. Todo esto no hace más que reafirmar la tesis de que ninguna otra posición exige tanta implicación en términos intelectuales.

Yo, debo decir, disfruté especialmente la sección consagrada a los cornerbacks, mi posición favorita, y, por qué no decirlo, el último bastión. Más allá de los fundamentos técnicos y tácticos, el aspecto que más me conmocionó en torno a esta posición fue descubrir el concepto cuasiliterario de short memories, que Rubén explica mejor que nadie: "Un cornerback va a ser batido alguna vez, eso es inevitable, y cuando esto suceda, el equipo rival conseguirá una ganancia importante de yardas. Si no lo olvida y se centra en la siguiente jugada, volverán a batirle. No hay tiempo para remordimientos, la siguiente jugada está a punto de empezar". No me avergüenza decir que yo me enamoré de Ty Law sin haber leído la Biblia.

Si todo esto no les ha abierto el apetito, recurro a lo que Marco Álvarez tuvo a bien a establecer como el preludio del primer capítulo: "Disfrutad del libro con paciencia. No tratéis de leerlo en un día ni os agobiéis con tanta terminología en inglés. Acompañad esta experiencia con mucho vídeo, intentad presenciar todos los partidos que podáis por televisión y poco a poco, si sois capturados por la ilusión de Rubén, llegaréis en su momento a entender el juego como él".

Desde hace algunos meses está circulando la segunda parte, por si se lo estaban preguntando. Que nunca nos falten los divulgadores de futbol americano. Ni los quijotes.