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Kyle Hamilton es el Joker de los Baltimore Ravens

Hace menos de un mes los Baltimore Ravens parecían abocados a una temporada de pesadilla. En un año que debía ser para luchar por alcanzar el Super Bowl marchaban con un récord de 1-5. Sin embargo, tras su semana de descanso en la fecha 7 del calendario, han enlazado cuatro victorias consecutivas y ahora caminan a solo un partido del liderato en la división que les garantizaría un encuentro de playoffs en casa. La vuelta de Lamar Jackson ciertamente ha ayudado al giro en la trayectoria de Baltimore, pero la verdadera clave ha sido el renacer de una defensa que lució muy pobre durante las cinco primeras jornadas. El equipo de Jim Harbaugh encajó una media de 35.4 puntos de la semana uno a la cinco. Desde entonces el promedio ha descendido más de veinte puntos hasta los 14.8, no permitiendo más de diecinueve en ningún choque. Varias han sido las claves en este cambio radical, siendo el más llamativo el posicionamiento del safety de Kyle Hamilton en el campo. Vamos a analizarlo con detenimiento en nuestra columna semanal.

En sus primeros cuatro partidos de la temporada, Hamilton se alineó como free safety en 139 snaps, una media de casi 35 por choque. En cambio, en sus siguientes cinco actuaciones tan solo ha tenido siete snaps en esa demarcación. En cambio, ha pasado de jugar 38 snaps como slot corner de la semana 1 a la 4, a tener un total de 116 en los cinco encuentros que fueron a continuación. Harbaugh quería a Hamilton más cerca de la acción y el coordinador defensivo, Zach Orr, ha ido un paso más allá, colocándole en 66 snaps en la línea defensiva en los últimos cinco compromisos, como edge defender, tanto en el lado izquierdo como en el derecho, cuando en el primer mes de competición promedió apenas cinco snaps en la línea.

Esa jugada no es nada habitual que esté en el repertorio de un safety. Hamilton encara un uno contra uno puro ante un guard y lo bate con facilidad por su agilidad de pies y caderas más un movimiento dip que normalmente está reservado para jugadores especialistas en la presión al quarterback rival. Sin embargo, Hamilton no es un defensor común, ya en su etapa universitaria en Notre Dame ofreció momentos de gran versatilidad. Logró ocho intercepciones en 31 partidos, mostrándose como un hombre capaz de jugar como único safety profundo, así como apto para funciones más de intendencia apoyando contra la carrera desde la caja. Un atleta increíble como él podría haber sido un pick Top 5 del draft, pero cayó a los Ravens en el puesto 14 fundamentalmente porque su tiempo de 4.59 segundos fue el más lento de la combine para la posición de safety. El error de juicio de varios equipos fue el beneficio de Baltimore, que tras tres brillantes temporadas acordó una extensión de contrato con él de cuatro años y $100 millones. El safety más lento de la combine es ahora el mejor pagado de toda la NFL.

Curiosamente, Hamilton realizó el movimiento inverso la temporada pasada. La defensa de Baltimore estaba sufriendo hasta el mes de noviembre, con nuestro protagonista jugando sobre todo cerca de la línea. Se le movió a la parte profunda del campo casi de forma permanente y entonces la defensa de Ravens mejoró de manera espectacular. Con la lesión de Ar´Darius Washington en la temporada baja (rotura del tendón de Aquiles), el equipo adolecía de un tercer safety para conseguir liberar a Hamilton de sus funciones como free safety. Por eso llegó en octubre el traspaso con Los Angeles Chargers para adquirir a Alohi Gilman a cambio del defensive end, Odafe Oweh. En situaciones de dos safeties profundos, Gilman forma junto al novato de primera ronda, Malaki Starks, mientras que en coberturas de un único safety suele ser el rookie quien se quede en retaguardia. En cualquier caso, Hamilton puede estar casi exclusivamente actuando en la caja o incluso incrustado en la línea.

Hamilton pasó casi desapercibido en la racha inicial negativa del equipo, pero desde entonces está constantemente realizando jugadas que impactan positivamente en el partido para Baltimore. Es un placador sólido, que golpea con la dureza de un linebacker, por eso está formando una gran pareja con Roquan Smith. Con él realiza una serie de juegos de presión que confunden a las líneas ofensivas rivales.

Con su 1.93m de estatura y cien kilos de peso hablamos de un safety de talla superior. Es por eso que su presencia en la línea de linebackers, junto al también novato Teddye Buchanan no está perjudicando un ápice a los Ravens en la defensa contra la carrera. Esta acción del pasado domingo en Cleveland es increíble. Fijaros cómo toma el bloqueo del guard Joel Bitonio, uno de los más respetados de toda la competición, para acabar llegando al runningback para un placaje para pérdida de yardas.

La versatilidad de Hamilton está permitiendo al coordinador, Zach Orr, ser más creativo en sus esquemas de presión y variar mucho más las coberturas. Un ejemplo de esto lo pudimos ver en el primer drive del partido contra Minnesota Vikings. Baltimore muestra antes del snap un look de presión con cinco hombres en la línea y un único safety profundo. Sin embargo, el blitz que se enseña no se va a producir, pues irán cuatro hombres al rush, aunque será una presión simulada dado que Hamilton entrará en blitz desde la posición de middle linebacker. Los safeties rotarán y lo que parecía una defensa muy compleja no es más que una simple Cover-3, pero tan disfrazada que va a hacer pensar al quarterback rival el tiempo suficiente para arruinar la jugada.

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Veamos ahora la misma acción, pero desde la toma de la end zone. Hamilton, en rojo, entrará al rush por detrás del nose tackle y de Roquan Smith (en amarillo y verde respectivamente). El edge del lado izquierdo ocupará al tackle derecho de la ofensiva, su función no es tanto llegar al quarterback, sino ejecutar un rush ralentizado que aleje a su par del guard derecho.

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La presión del nose tackle y de Roquan Smith mantienen al center y guard derecho ocupados con sus presiones en diagonal directos hacia ellos, mientras que el edge tiene atado al tackle derecho. Todo está pensando para que se genere un espacio entre el guard y el tackle derecho, que es por donde entrará Hamilton sin ninguna oposición. Observad cómo los dos hombres de línea ofensiva del lado izquierdo se quedan sin función alguna, no pudiendo evitar que su quarterback reciba un duro golpe.

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Los Ravens están variando mucho sus paquetes de presión, mandando jugadores a la presión desde múltiples posiciones. Utilizan en el blitz tanto a linebackers, como a safeties e incluso cornerbacks. Esto es porque no son capaces de presionar de la manera más tradicional. Con quince sacks en diez encuentros acumulan los mismos que Myles Garrett en toda la campaña. Su líder de sacks apenas tiene dos en la temporada. La salida de Oweh perjudicó en ese sentido, pero el equipo compensó adquiriendo en el cierre de mercado a Dre´Mont Jones de los Tennessee Titans por una quinta ronda condicional. Sin ser tan poderoso físicamente como Oweh, Jones puede resultar un mejor pass-rusher para el equipo, algo que necesitaba imperiosamente. Con la paulatina progresión del novato Mike Green puede que ahora sí tenga Baltimore dos hombres en las esquinas que multipliquen el número de presiones al quarterback rival.

Finalmente, estuve fijándome en las labores de cobertura de Hamilton en su nueva demarcación en el campo. Está siendo fundamentalmente un defensor zonal, pero cuando defiende al hombre suele emparejarse con el tight end rival. No obstante, también le he podido ver cubriendo uno contra uno a wide receivers, incluido el veloz Isaiah Bond el pasado domingo en Cleveland. Esta jugada que os muestro a continuación es un buen resumen de todo lo que hemos analizado. Hamilton aparece en rojo incrustado en el lado derecho de la línea defensiva. En este caso no va a ir al rush, sino que caerá en cobertura a la zona media. La presión vendrá por el lado contrario, personificada en las figuras de Roquan Smith y el cornerback Keyon Martin, otro novato que cada semana está aportando más.

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Los Browns juegan un concepto de rutas cruzadas a dos niveles de altura, una recorriendo la parte profunda de la defensa y otra la intermedia. Cuando el quarterback Shedeur Sanders quiere armar el brazo se encuentra con la línea de pase cerrada por Hamilton. El resultado es que tiene que aguantar la pelota, lo que termina provocando un sack.

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Como hemos podido ver el juego de Kyle Hamilton es parte de un mecanismo que hace engranar todas las piezas de la defensa de Baltimore. Lo que parecía impensable hace unas semanas ahora es muy real, los Ravens están en la carrera por una plaza de wild cards y también, por qué no, en la carrera por la división AFC Norte. El desempeño de su safety estrella, uno de los jugadores más polifacéticos de la liga, es parte responsable de la recuperación.