Comienza la temporada y me han invitado a este nuevo foro para reflexionar cada semana sobre las tendencias técnicas que son noticia en nuestra NFL. Es una tarea apasionante, pero me he propuesto empezar el año intentando no ser demasiado ingenuo.

En el mundo moderno es una tarea casi imposible retener un mínimo de atención lectora. Los análisis que leáis aquí podrán ser más o menos certeros, pero soy consciente de que compito contra múltiples distracciones. Por eso me gustaría que esta columna fuese también un espacio de reflexión y una oportunidad para experimentar nuevas fórmulas de escritura deportiva.

Se sigue escribiendo como hace 50 años, pero los lectores han cambiado. En cualquier medio de comunicación las formas de expresión han de mantenerse acordes con los nuevos hábitos de lectura. Lo contrario es hablar con la pared o simple autocomplacencia. Nuestros tiempos demandan formas de expresión más segmentadas, que progresen a saltos, que permitan al lector derivar por el artículo siguiendo su propio ritmo y su urgencia. Hemos aprendido a vagar por la multirreferencialidad de los muros de Twitter o de Facebook y la gente que escribe sobre deporte debe adaptar su estilo a esta nueva realidad.

Siempre he pensado que el football es el marco ideal para iniciar el cambio porque comparte esta esencia. Es un juego acelerado, discontinuo, en el que en una jugada pierdes una yarda y en la siguiente ganas sesenta... El avanzar de los jugadores es un scroll sincopado por la pantalla. En lo que escriba intentaré ser fiel a esa esencia.

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Nada tan manido como eso de "el football es un juego cíclico". En la NFL las tendencias ofensivas y defensivas sufren un proceso continuo de desaparición y retorno. Ahora bien, todas esas fórmulas tácticas suelen regresar asociadas a la aparición de un jugador diferencial y suelen desaparecer con su ocaso. Se recuperan viejos esquemas buscando potenciar o disminuir la incidencia de estos jugadores generacionales. Pero cada momento histórico es distinto y yo prefiero citar a Shakespeare y su "lo que es pasado es prólogo". En realidad, no se trata de que vuelva una tendencia, si no que el pasado es el punto de partida (con variaciones) de lo que vemos en el presente. No existe mejor ejemplo en la actualidad que la línea que une táctica y sentimentalmente a los Panthers de 2015 y los actuales Bills.

McDermott, Shula y Dorsey eran la columna vertebral de aquel equipo, ahora son la materia gris en Buffalo. Y lo más importante, todavía no somos conscientes de las similitudes cada vez más patentes entre Cam Newton y Josh Allen. El pasado jueves mientras veía este stiff arm...

No dejaba de pensar de pensar en el último QB al que había visto hacer algo similar...

Llevamos unos años viendo como los Bills usan a Josh Allen para correr Inverted Veer, QB Power, QB Draw o el paquete completo de read options que ya corría Cam en 2015 y aún no somos capaces de reconocer la canción.

¡Qué equipo tan infravalorado eran esos Panthers de 2015 y qué gran prólogo para estos sensacionales Bills!

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La Presión de la Semana

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Speed at 3.

Algo tan sencillo como esto lleva varios años torturando las reglas de cobertura de las defensas de la liga.

En la notación habitual de los ataques aéreos, los receptores se diferencian enumerándolos desde la banda de menor a mayor. En una situación de Trips, con tres receptores aislados en un lado de campo, el receptor más próximo a la banda será el #1, el intermedio será el #2 y el receptor de slot más próximo a la caja será el #3.

Durante los últimos 20 años este receptor interior se ha venido ganando el sueldo enfrentándose generalmente a LBs. El perfil de receptor de slot dinámico, con gran cambio de dirección en espacios reducidos ha sido una de las señas de identidad de los ataques NFL.

Con su incidencia, los coordinadores defensivos han estado torturando a los LBs clásicos con problemas para cubrir en espacio. Las defensas se han visto obligadas a sustituirlos como defensores de hook por DBs y empezar a jugar la mayor parte de los snaps en Nickel-Dime. Pero los ataques han sabido adaptarse también a esta situación y han terminado por sustituir dinamismo por velocidad.

Cada vez es más frecuente ver alinear entre números a jugadores del perfil de Tyreek Hill que le despegan las pegatinas a cualquier Safety o Nickel Corner que alinee como hook defender.

La solución de compromiso de estos años ha sido la emergencia de esquemas 2-high, con el SAF del lado débil frente al pase jugando poach (lee el release y dobla en profundo la velocidad del receptor interior). Los límites de velocidad se han incrementado en el juego entre números, ya no es una cuestión solamente del perímetro. Si juntamos esa mayor verticalidad en el interior con la velocidad de balón de gente como Herbert, tendremos más de una situación indefendible.

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El diseño de la semana

Andy Reid empieza cada año mostrando toda su paleta de jugadas. No hay peor mes para jugar contra KC que Septiembre. Bunch en el lado derecho. RB alineado al lado izquierdo. Envía a los receptores en bunch hacia el lado izquierdo para que el LB que sigue al hombre al RB se quede enganchado en el tráfico. Reid manda en ruta a CEH hacia el lado contrario "a través de la línea" entre el RT y el RG para un mejor ángulo. Jaque mate.

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Christopher Nolan nos muestra en Interstellar como escapar de un agujero negro masivo aplicando la 3a Ley de Newton. Para poder huir del enorme poder gravitacional de Gargantúa y conseguir el impulso que logré salvar a la civilización, los pilotos de la Endurance necesitan sacrificar algo: "Para poder avanzar es necesario dejar algo atrás."

Desde hace un tiempo, este es para mí el lema de los Patriots 2022.

El enorme poder de atracción ejercido por Brady y el esquema que vienen usando en NE desde décadas los han convertido en un equipo de football adulto, pero un tanto desactualizado. Un ciclo de sistema ofensivo en Nueva Inglaterra ha sido el equivalente a 22 años en la Tierra. La aclimatación no es fácil y lo primero que Belichick ha sacrificado en esta nueva era es el uso de personal 21 con FB y determinados esquemas de power run.

La no renovación de Jakob Johnson, la sorprendente selección en el pick 29 del pasado Draft de un Guard tan atlético como Cole Strange y la introducción masiva de esquemas de Outside Zone durante la pretemporada han sido el anticipo. El partido de esta primera jornada en Miami con la predominancia de personales 11 y 12 parece la confirmación. Patriots quieren abandonar varias décadas de smashmouth football por variantes más orientadas a estresar horizontalmente las defensas. Por el camino, se han convertido en el equipo menos reconocible en ataque de este inicio de temporada y han perdido toda esa pátina de equipo físico que ha lustrado su juego durante 20 años.

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La jugada de la semana

1er Cuarto. 0:40 segundos en el reloj

Posesión de Chargers en su 49. 4&1

PUNT de J. Scott a la yarda 2 de Raiders

"¿Un Punt, Cata? ¡No me fastidies, hombre!"

Hace un año Staley no habría dudado ni un segundo en jugarse ese cuarto down en una situación análoga. La temporada de LAC de 2021 siempre me ha recordado a esa metáfora andante que es el Coyote. En su persecución del Correcaminos siempre se repetía la misma situación. Tras una carrera enloquecida, engañado y presa del frenesí, el Coyote llega al acantilado y sigue corriendo y corriendo... En ningún momento es consciente del agujero en el que se ha metido, sigue avanzando y sólo se da cuenta del desastre cuando deja de correr.

Los Chargers de 2021 fueron esto, un equipo que lo ha tenido todo al alcance de su mano, pero al que su propia inercia los abocaba al abismo. Continuaron corriendo y corriendo hasta quedarse sin Playoffs. Eran ese jugador de poker que lleva toda la noche con buenas cartas, pero que se termina colando con las pujas. Puedes ganar nueve manos, pero te vas a casa en una sola.

Este año parece que Staley va a dejar que su Defensa intente ganar algún partido y me parece una buena forma de construir un equipo equilibrado.

Uno de los aspectos fundamentales en el proceso de toma decisiones, seas entrenador NFL o seas ayudante de cocina, es intentar sobrevivir a tus sesgos cognitivos. En muchas ocasiones, tendemos a sobrevalorar o minusvalorar inconscientemente determinados factores clave para nuestras resoluciones. Esto es lo que parece haberle ocurrido a Nathaniel Hackett este lunes. Denver es un paraíso para los Kickers. El efecto de la altitud sobre la densidad del aire hace que sea un entorno privilegiado para el vuelo del balón. A mayor altura, menor densidad del aire, menor resistencia al avance del balón y mucho más rango. En Training Camp, McManus ha dado verdaderos espectáculos circenses, y aquí es donde nace el sesgo.

Hackett lleva todo el verano viendo a su Kicker romperla, por lo que no es extraño que en su determinación de patear por el partido no haya tenido en cuenta que lo haría en los 53 metros de altitud de Seattle y no en los 1.600 de Denver. Sesgo ambiental, sesgo de anclaje, sesgo de actualidad, sesgo de confirmación… Se podría hacer una tesis doctoral con su decisión.

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Rodilla al suelo

Sean McVay ha sido el artífice de una de las mayores ampliaciones del árbol de rutas de los receptores NFL en la historia moderna. Desde su llegada a la liga no ha parado de experimentar con formaciones, splits y motions para incorporar rutas propias de TE o de RB. Las 145 recepciones de Cooper Kupp en 2021 no son sólo recepciones de talento, McVay lo mueve constantemente por todo el campo para generar situaciones ventajosas. En estas circunstancias, nos encontramos en 2022 con un discípulo, Kevin O´Connell, diseñando jugadas para Justin Jefferson, uno de los receptores más dinámicos y con mejor route running de la liga.

El que haya visto estos años jugar a Cooper Kupp o a Robert Woods seguro que empieza a reconocer algunas cosas...