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Dólares y yardas: la etiqueta de jugador franquicia

La lente de este espacio estará puesta sobre la parte de negocio que implican los movimientos de los equipos y de la liga misma. Trataremos de entender las razones financieras por las cuales actúan como lo hacen. Al igual que un partido en el campo se gana yarda a yarda, aquí veremos cómo dólar por dólar se construye el emporio de la NFL. Aquí nos moveremos entre dólares y yardas.

De la misma forma que los Head Coaches, Coordinadores Ofensivos y Defensivos hacen un plan de juego y buscan apegarse a él cada domingo, en los front offices, el personal encargado de administrar los recursos para estar bajo el tope salarial, encuentra su momento de brillar justo en esas semanas que pasan entre que el confetti deja de caer en el Super Bowl y el día, a mediados de marzo, que indica el inicio de un nuevo año en la NFL.

Los equipos en esta liga al final son empresas y como tal se manejan, son entornos en los que el bottom line es lo más importante, por lo que siempre van a buscar el balance preciso entre sus costos y los beneficios asociados a estos que se obtienen.

Es cierto que al tratarse de empresas deportivas en las que tiene mucho que ver el cómo la gente las percibe y qué tanto la gente se engancha con ellas, la ecuación toma en cuenta muchas otras cosas; buscan, además, una afición fiel, una que genere conversación, que vista sus colores y que hable su idioma. Para usar el término de Kevin Roberts, buscan convertirse en lovemarks y para lograrlo hace falta tener un producto final en el campo que despierte emociones.

Esto es muy relevante de mencionar para llegar al tema central de estas líneas, porque las etiquetas de Jugador Franquicia Exclusivo, No Exclusivo y de Transición, son herramientas que que los equipos emplean para buscar maximizar sus recursos y crear un producto que conecte con la afición.

Comencemos por las definiciones.

Etiqueta de Jugador Franquicia Exclusivo

Designación que implica la oferta de contrato a un jugador que está por convertirse en agente libre que le otorga, durante un año, ya sea el promedio de los cinco contratos más grandes de su posición o el 120% de su salario actual, la cantidad que sea mayor. El salario de ese año es completamente garantizado para el jugador.

Mientras un jugador esté bajo esta designación, puede negociar un contrato de largo plazo únicamente con el equipo que le otorgó la designación y con ninguno otro.

Etiqueta de Jugador Franquicia No Exclusivo

La designación es igual que la Exclusiva en términos de duración, sin embargo la compensación será el promedio de los cinco contratos de mayor impacto contra el tope salarial en su posición o el 120% de su salario actual, la cantidad que sea mayor. A diferencia de la anterior en la que solo se toma en cuenta el salario, en este caso se toman en cuenta también todos los bonos que los jugadores pueden obtener. En este caso el monto suele ser más bajo debido a que, por ejemplo, el bono de contratación se prorratea a lo largo del contrato.

Un jugador que está bajo esta designación puede negociar un acuerdo de largo plazo con cualquier equipo interesado en adquirir sus servicios y en caso de recibir una oferta en el mercado, el equipo original tiene la oportunidad de igualarla para retener los derechos del jugador. En caso de no hacerlo, pierde al jugador y recibe una compensación de dos selecciones de primera ronda en el Draft por parte del nuevo equipo.

Etiqueta de Transición

En duración, esta funciona igual que las dos anteriores, es un contrato garantizado por un año, sin embargo la compensación es el promedio de los 10 salarios más altos de su posición. Al igual que con la etiqueta No Exclusiva, el jugador puede buscar acuerdos de largo plazo con otros equipos, en caso de obtenerlo, el equipo original tiene el derecho de igualarlo en un plazo de una semana, pero de no hacerlo pierde al jugador y no recibe ninguna compensación.

Hay algunos criterios y características que se tienen que cumplir para utilizar estas designaciones:

  • Los equipos cuentan con un plazo de 14 días que terminan una semana antes del inicio del nuevo año de NFL (mediados de marzo) para utilizarlas.
  • Los equipos no están obligados a usar estas designaciones año con año, sin embargo de hacerlo solo pueden emplear una de ellas en cada ejercicio.
  • La única condición para que el contrato por un año que implica estas designaciones se mantenga es que el jugador "establezca o mantenga una excelente condición física" para el momento de la firma.
  • Es posible usar estos recursos con un mismo jugador un total de tres veces a lo largo de su carrera. Al hacerlo por segunda vez, el salario a pagar sería el 120% de lo percibido el año anterior y de hacerlo una tercera, la compensación sería la cantidad más grande entre los siguientes tres escenarios: el 144% del año anterior, el 120% del promedio de los cinco mejor pagados de su posición o el promedio de los cinco jugadores con mejor salario en la posición mejor pagada.
  • Al designar a un jugador con una de estas etiquetas, las partes tienen hasta mediados de julio para determinar el futuro, ya sea que se firme la oferta y se ejerza el contrato para esa temporada o que se llegue a un acuerdo multianual. En caso de que se ejerza el contrato de un año, no puede haber negociaciones entre las partes en busca de un nuevo contrato sino hasta el siguiente offseason.

Pero, ¿qué implica para jugadores y equipos el uso de estas etiquetas?

No podemos olvidar que los jugadores también se manejan como micro empresas. Marcas, algunas más grandes que otras, que buscan maximizar sus ganancias a lo largo de su carrera como atletas profesionales. Es justo en el encuentro entre los intereses de equipos y jugadores que la negociación contractual suele complicarse.

El uso de las etiquetas mencionadas tiene pros y contras para ambas partes. Inicialmente está lo más obvio, el equipo puede retener, por lo menos un año más, a un jugador clave en su roster que de otra forma se convertiría en agente libre o demandaría un contrato de largo plazo. Mientras tanto, el jugador recibe una jugosa paga por sus servicios.

Hay casos en los que una etiqueta funciona de maravilla, dando como resultado un jugador que aprovecha la oportunidad para engrosar su cartera y un equipo que tiene un recurso que, a pesar de ser "caro", puede aportar mucho valor en el campo, o en el peor de los casos el jugador va a un equipo nuevo y el original obtiene una compensación en forma de selecciones de draft.

Sin embargo hay casos mucho más ríspidos que llevan el resultado al extremo opuesto, escenarios en los que nadie gana.

Cuando estas herramientas se implementaron en 1993, estaban pensadas como una maniobra que contrarrestara la agencia libre. Famosamente Pat Bowlen, el entonces propietario de los Broncos, no quería enfrentar la posibilidad de perder a su quarterback, John Elway, solo por una disputa contractual que terminara siendo aprovechada por algún otro equipo para llevarlo a sus filas. Una de estas etiquetas le daría, al menos, unos meses extra para negociar.

El problema está en que, con el paso del tiempo, esta herramienta ahora controla el futuro de los jugadores de alto perfil. Los equipos tienen prácticamente todo el poder de negociación de su lado. No solo tienen la duración expresa de un contrato para aprovechar a un jugador, sino que al término de él pueden agregar entre uno y tres años extra siendo que, además, al final de cada uno de ellos pueden determinar las condiciones de la salida del jugador, en caso de que este sea su deseo.

Hemos visto casos en los que un jugador está tan inconforme con haber recibido la designación que se abstiene de firmar la propuesta, o lo hace muy cerca del inicio de la temporada argumentando que así reduce su riesgo de lesión por tener un menor tiempo de exposición a entrenamientos y acción de juego. El origen de este descontento en realidad radica en la inhabilidad de controlar su propia narrativa, de salir al mercado y ofrecer sus servicios a quien mejor esté dispuesto a compensarlos.

Hay quienes incluso han llamado "prison tag" a la etiqueta de Jugador Franquicia Exclusiva, por dejar encerrados a los jugadores en un equipo. La molestia en ocasiones desemboca en mal desempeño en el campo y se convierte en un mal negocio para el equipo, que está asignando una gran cantidad de recursos en el corto plazo en un jugador que simplemente no da resultados.

Todo está en la magia de cómo se dispone de los recursos y quién se queda con la mayor parte del riesgo. Un contrato caro y de un año para un equipo implica el riesgo directamente asociado al desempeño del jugador en el campo, mientras que para el jugador recibir una gran suma de dinero puede ser benéfico, pero se pierde de la certeza y estabilidad que podría darle un acuerdo multianual.

Alguien tiene que ceder.