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Dólares y yardas: el contrato de novato y su impacto en la construcción de un roster NFL

El término "contrato de novato" es uno que se lanza mucho cuando se habla de cómo un equipo construye su roster, sobre todo para resaltar las posibilidades que este le da a un equipo. Cómo están estructurados y qué implicaciones tienen, lo desmenuzamos hoy entre dólares y yardas.

A su llegada a la NFL, un jugador seleccionado en el Draft recibirá un contrato preestablecido, una plantilla que tiene montos y plazos acordados por la Asociación de Jugadores de la NFL, los cuales varían dependiendo del momento en el que se presentó la selección.

Este paradigma es relativamente nuevo en la NFL, ya que hasta el 2010 era común ver cómo los equipos daban contratos con cifras muy altas a jugadores recién salidos de la universidad que no habían participado en una sola jugada a nivel profesional.

Para los Detroit Lions que otorgaron contratos de novato, primero de 6 años y 64 millones de dólares a Calvin Johnson en 2007 y luego de 72 millones durante 6 años a Matthew Stafford en 2009, las cosas no estuvieron mal al obtener excelentes resultados de ambos, por lo menos a nivel individual. El problema estuvo en casos como el de los Raiders, que en ese mismo 2007 firmaron a JaMarcus Russell por 61 millones y 6 años cuando egresó de LSU, para obtener paupérrimos resultados tanto en el campo como fuera de él.

De ahí que a partir de 2011, el contrato colectivo dicta un sistema predeterminado y escalonado de contratos para los jugadores recién llegados a la liga, aliviando también las incomodidades de los veteranos que con años de experiencia y de arriesgar su cuerpo en el campo de juego, muchas veces ganaban menos que los novatos seleccionados temprano en el Draft.

El impacto en la construcción de roster

Burrow

El contar con salarios bajos, si los comparamos con los más altos del mercado, en jugadores jóvenes ha desbloqueado a lo largo de la última década una nueva forma de construir equipos exitosos, una en la que acertar en las selecciones de Draft se convierte en componente muy importante.

Por simple lógica de mercado, obtener un beneficio de alto nivel a un bajo costo es lo que todo el mundo quiere y es lo que equipos como los Eagles han obtenido al encontrar a Jalen Hurts en la segunda ronda del draft, los Bengals a Joe Burrow en la primera selección global, los Ravens a Lamar Jackson al final de la primera ronda, etc. Sin importar el lugar específico que ocupe cada uno de los mencionados en los rankings de quarterbacks, es prácticamente imposible sacarlos de entre los 10 mejores y durante años sus equipos se beneficiaron de pagarles muy poco.

Otro componente importante de la ecuación general es el hecho de que los equipos alrededor de la liga, unos más que otros, se han dado cuenta también de que hay ciertas posiciones en las que tener un jugador de élite en contrato de novato es mucho más valioso que en otras.

Es aquí donde esto se relaciona con la reciente conversación de la devaluación de la posición de running back, donde tener a uno de los mejores jugadores a un precio bajo, no implica una diferencia tan grande como sucede con un QB, un pass rusher o un cornerback. Para muestra podemos ver como, con una muestra pequeña hasta el momento, el contar con Bijan Robinson (pick 8 global) no ha tenido ni de cerca el impacto en los Falcons que el que C.J. Stroud (pick 2 global) ha tenido en los Texans o incluso que Devon Witherspoon (pick 5 global) en los Seahawks.

En los tres casos el jugador era considerado como el mejor prospecto de su posición y aun así el impacto de Robinson ha sido considerablemente menor que el de los otros dos.

Tal vez el ejemplo reciente más ilustrativo de cómo aprovechar este mecanismo nos lo han dado los 49ers, ya que no solo tienen un contrato muy poco exigente con Brok Purdy que demanda solo unos 934 mil dólares en 2023, sino que vienen de pagarle solo 7 millones a Jimmy Garoppolo en 2022, una cantidad todavía más baja que la demandada por otro QB en contrato de novato como Trevor Lawrence de los Jaguars.

Para San Francisco esto ha permitido ser el séptimo equipo más gastador en agencia libre en 2023, principalmente dando grandes extensiones a sus jugadores estrella. Actualmente tienen a ocho jugadores dentro del top-7 de promedio de ganancias anuales de su respectiva posición: Christian McCaffrey (1 con 16 millones al año), Nick Bosa (1 con 34 millones al año), Kyle Juszczyk (1 con 5.4 millones al año), George Kittle (3 con 15 millones al año), Trent Williams (3 con 23 millones al año), Fred Warner (3 con 19 millones al año), Javon Hargrave (6 con 21 millones al año) y Deebo Samuel (7 con 23.8 millones al año).

La relación de ser el quinto equipo que menos gasta en la posición de QB en 2023, destinando únicamente 7.7 millones entre Brok Purdy, Sam Darnold (4.5 millones) y Brandon Allen (1.2 millones), y tener un equipo plagado de estrellas con contratos en la punta del mercado es franca.

Sin embargo siempre está la excepción que confirma la regla; esos son los Kansas City Chiefs, quienes están posicionados del otro lado del espectro: pagando mucho a Patrick Mahomes, el QB 8 en ganancias promedio por año en este momento con 45 millones.

La apuesta de este equipo está en tener al mejor en la posición más importante, aunque esto suponga el poner mucha presión en el General Manager, Brett Veach, para constantemente estar acertando en el Draft, además de orillarlo a tomar decisiones como la de dejar ir a Tyreek Hill en vez de pagarle una gran extensión. El seguir este modelo los lleva a tener un equipo como el que tienen, uno con contadas estrellas y muchos jugadores jóvenes.

¿Cómo se estructuran los contratos de novato?

HURTS

Todos los contratos de novato para los seleccionados en el Draft son de cuatro años y el monto atado a cada contrato varía dependiendo del puesto en el que hayan sido reclutados. Entre más temprana la selección, más alto el monto de compensación.

El rango en dinero que reciben es bastante amplio, por ejemplo Trevor Lawrence, QB seleccionado en la posición 1 global de 2021 tiene un contrato con valor de 36.7 millones, mientras que Brock Purdy, la última selección del Draft de 2022 tiene un contrato con valor de 3.7 millones, el 10% del de Lawrence.

El decir que los contratos sean predeterminados, no quiere decir que todos los novatos desde 2011 a la fecha hayan ganado exactamente lo mismo, en realidad la compensación que reciben está determinada por un porcentaje del salary cap que se destina a específicamente a los novatos, llamado por muchos "rookie pool". Este monto es el 25% del salary cap de cada año, por lo que a mayor salary cap aprobado para la liga en general, mayores los montos de los contratos de los novatos. Esto no implica un 25% extra para gastar, es más fácil entenderlo como un tope salarial dentro del tope salarial.

Lo que es cierto es que cada jugador seleccionado en el Draft tiene un sueldo mínimo y uno máximo a lo largo de su primer acuerdo. Esta cantidad está determinada por la parte proporcional de su bono por firma y el salario mínimo para novatos del año 1. De ahí en adelante, el incremento máximo de cada año es del 25% de dicha cantidad.

Otro punto importante es que los contratos de novato no pueden ser renegociados, restructurados ni renovados sino hasta después del tercer año, que es usualmente el momento en el que vemos que los jugadores jóvenes destacados, por medio de sus agentes, comienzan a filtrar reportes a los medios que indican que están en busca de una extensión.

El as bajo la manga de los equipos está en el recurso de "la opción de quinto año". Se trata de una figura que permite al equipo extender por un año más el contrato de sus jugadores seleccionados en el primera ronda.

Si un equipo no está del todo seguro si quiere otorgar un nuevo acuerdo de largo plazo a su jugador, después de la tercera temporada tiene el derecho de ejercer la opción de quinto año, la cual a partir del acuerdo colectivo de 2020, se parece mucho en compensación a la etiqueta de jugador franquicia en sus diferentes variantes, dado que garantiza el 100% de los ingresos al jugador durante ese año y el monto está atado a los jugadores mejor pagados del su posición en la liga.

Con todo esto, volviendo a nuestro ejemplo, Trevor Lawrence podrá renegociar su contrato después de la temporada 2023 o el equipo podría ejercer su opción de quinto año, mientras que para Brok Purdy solo la primera opción es viable, ya que al ser una selección de séptima ronda, el equipo no cuenta con el recurso de la opción.

Para el QB de los 49ers, sin embargo, es posible incrementar sus ganancias para su cuarto y último año de contrato de novato, esto mediante una de dos formas: participando en un mínimo de 35% de las jugadas ofensivas de su equipo en dos de los tres años previos o teniendo un promedio de 35% de tiempo de juego a lo largo de los primeros tres años.

Este principio aplica para todos los seleccionados entre la tercera y la séptima ronda del draft. Para los de segunda ronda los porcentajes de participación son del 60%.

Capitalizar el tener jugadores en posiciones clave en contrato de novato es algo que los General Manager alrededor de la liga quieren hacer cada vez más. Otros ejemplos como Justin Jefferson en Minnesota, Ja´Marr Chase en Cincinnati, Micah Parsons en Dallas y Sauce Gardner en los Jets son otras muestras fuera de la posición de QB que pueden ser ilustrativas.

Maniobrar el salary cap para armar equipos contendientes es otra de las capas de complicación que presenta la NFL para sus equipos.