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Analizando la temporada baja pre-Draft de los Dallas Cowboys

“Me duele”, decía Dak Prescott a los medios de comunicación tras enterarse del corte del que había sido su compañero desde el primer día en los Dallas Cowboys. "Realmente aún no soy consciente de lo que va a ser jugar sin Zeke Elliott. No me puedo imaginar lo que será salir al campo sin él". El corte de una de las caras de la franquicia fue portada de muchos medios en este inicio de Agencia Libre. Sin embargo, soy de la opinión de que la franquicia de Jerry Jones se está moviendo realmente bien desde que ha dado comienzo oficialmente la nueva temporada en la NFL. Incluido este movimiento del que había sido su running back estrella desde hacía años.

Los Cowboys llevan dos temporadas jugando playoffs y dejando claro que son uno de los equipos fuertes de una NFC que parece venida a menos desde el curso pasado. Jerry Jones ha sido capaz de montar un bloque muy sólido donde su defensa brilló con luz propia en 2022. Hubo momentos, en la pasada temporada, donde jugar contra el equipo de McCarthy era un verdadero dolor de muelas. Aún así, eran evidentes algunos agujeros que tapar desde que su derrota en el mes de enero, frente a los San Francisco 49ers, terminase con el sueño de la franquicia vaquera. Y ahí es donde se han sabido mover muy bien cuando se ha abierto el mercado de jugadores.

El primer objetivo claro de Jerry Jones era mantener a su nueva estrella ofensiva. Tony Pollard fue cogiendo más y más importancia en un ataque donde llegó a ser imprescindible. La franquicia no dudó en colocar su Franchise Tag en el corredor, dejando marchar al otro gran candidato para esta etiqueta, el tight end Dalton Schultz. Su prioridad era atar al jugador que más desequilibrio provocaba en las defensas rivales desde el backfield, así que no dudaron en colocarle una etiqueta que debe llevar a una negociación para quedarse al jugador algunos años más. 

Leighton Vander Esch y Tyron Smith eran los jugadores a retener después del corte de Zeke Elliott, y ambos llegaron a un acuerdo para seguir formando parte de los Cowboys. El linebacker es una pieza vital en el engranaje de ese front-7 que ha construido Dan Quinn. Porque, aunque haya habido varios nombres muy interesantes en este mercado para la franquicia de Texas, la vuelta de Dan Quinn como coordinador defensivo, para mí, es la mejor noticia de todas.

Si seguimos con la mirada en la defensa y en la vuelta de jugadores que se podrían haber marchado, no podemos dejar de hablar de Donovan Wilson, quien junto a Jayron Kearse y Malik Hooker formaban ese monstruo de tres cabezas en el puesto de safety y que tanta versatilidad le daban a su coordinador defensivo en la secundaria. Allí, en la retaguardia defensiva, el problema estaba en quien colocar al otro lado de Trevon Diggs, y la respuesta de la gerencia vaquera fue una de las sorpresas de esta Agencia Libre. La llegada de Stephon Gilmore es una subida de nivel fascinante para una defensa que tiene muchísimo talento en cada una de sus unidades. Es posible que Gilmore ya no sea ese jugador que fue capaz de ganar el premio a mejor jugador defensivo del año, pero su experiencia y calidad siguen siendo la mejor baza para su juego. Estoy convencido que el mal año de los Colts en 2022 ha tapado lo extraordinario que es este cornerback. Gilmore, rodeado de la manera que lo va a estar en Dallas, va a ser muy peligroso para el juego aéreo rival.

Por último, la firma de Brandin Cooks viene a tapar el agujero que dejó Amari Cooper en el juego vertical. CeeDee Lamb es, sin lugar a dudas, el WR1 de los Cowboys y Michael Gallup parece recuperado al cien por cien de su terrible lesión en 2021. Con la llegada de Cooks, los espacios en zona media para que Lamb pueda ser peligroso en las yardas después de la recepción aumentan considerablemente. Ante el auge de las defensas con dos safeties profundos, Cooks es una buena solución para abrir a estos safeties desde el exterior y permitir espacios para el resto de compañeros. Tanto Cooks como Gilmore son dos movimientos muy sólidos y sin mucho daño en el paquete de elecciones para este draft ni en el espacio salarial para la plantilla. Son dos jugadores que están llamados a aportar bastante en puestos de necesidad, y que permiten a la franquicia poder atacar al mejor jugador disponible, si lo consideran factible, de cara al draft. 

La NFC Este presenta en 2023 a tres equipos con muchísimas posibilidades de volver a entrar en playoffs. Es cierto que los Eagles han tenido que dejar marchar a algunos de sus titulares más importantes, pero el núcleo duro sigue estando presente, y Howie Roseman aún conserva esas dos primeras rondas de este draft para volver a hacer su magia y seguir construyendo un equipo muy peligroso, a expensas de ver si Brian Johnson (coordinador ofensivo) y Sean Desai (coordinador defensivo) pueden repetir el éxito de sus predecesores en el cargo. Por su parte, los Giants de Brian Daboll tienen de vuelta a Daniel Jones y, si no pasa nada raro, a Saquon Barkley. Además, Darren Waller ha sido uno de los movimientos inesperados de este mes de marzo y se une a Daniel Bellinger para formar un duo de tight ends con el que Daboll y Kafka puedan crear mucho juego ofensivo a partir de formaciones con personal 12 (un running back y dos tight ends). Todas esas situaciones de play action que pueden jugar los Giants con Barkley en el backfield, multiplican su valor al contar con Waller en el equipo. 

Los Dallas Cowboys pueden tener, a día de hoy, el bloque más compensado de toda la Conferencia Nacional. Aún queda Agencia Libre por delante y, sobre todo, el esperado Draft. Tanto ellos como sus rivales divisionales seguirán reforzándose de cara a una temporada que se prevé apasionante en una división donde los malos tiempos parecen olvidados. Washington Commanders parte como el patito feo, y los Dallas Cowboys, para mí y respetando al subcampeón, son los favoritos para llevarse el título divisional. Sin embargo, las dudas respecto a Dallas siempre asaltan en dos posiciones cruciales para cualquier equipo de football: el head coach y su quarterback. McCarthy y Prescott pueden estar ante su última oportunidad de seguir formando parte del "equipo de América", así que gran parte de la responsabilidad de triunfo recae en, quizás, la parte más débil de la franquicia. La presión es para ellos. Ya veremos cómo la manejan.