La vida deportiva de Jordan Love estĂĄ marcada por la tragedia. Su padre, la persona que descubriĂł antes que el propio quarterback de los Green Bay Packers su destreza para lanzar el balĂłn, muriĂł en 2013, cuando su hijo era apenas un adolescente de 14 años. Orbin Love, un sargento de la policĂa de Bakersfield, California, se arrancĂł la vida de un disparo en su casa. Ese dĂa Jordan Love lo tiene tatuado en el alma porque le cambiĂł la vida. Aquel 13 de julio es el dĂa mĂĄs negro que recuerda hasta hoy. Cuando de la boca de su tĂa saliĂł la terrible noticia el dolor lo desplomĂł de inmediato. LlorĂł a mares. Su padre, su amigo, su entrenador, su mentor, su modelo a seguir y su faro espiritual en un instante se habĂa esfumado de su vida.
Y es que mientras Orbin Love se regodeaba gritando a los cuatro vientos que su hijo serĂa un quarterback extraordinario y todos le daban por su lado, Jordan creciĂł alimentado por las creencias de su padre, un hombre que no conquistĂł su sueño de ser quarterback. Al comenzar la High School, Jordan fĂsicamente no pintaba para ser un jugador de futbol. Era pequeño, 1.67 de estatura y 59 kilos, pero la fe de su padre era inquebrantable. "TĂș vas a ser un gran quarterback", le decĂa. Jordan no lo creyĂł ni siquiera cuando en noveno grado se convirtiĂł en el quarterback suplente del equipo de su escuela. SentĂa mĂĄs confianza al atrapar balones que al lanzarlos.

Con la repentina muerte de su padre, Jordan Love tambaleĂł sobre su futuro. No quiso ir a terapia y decidiĂł afrontar su dolor en soledad. ÂżCĂłmo exponer ante algĂșn extraño la orfandad que sentĂa por haber perdido al ser con quien mĂĄs tiempo habĂa compartido? Aquel que sacrificaba tiempo con sus compañeros y amigos, el mismo a quien vio levantar 10 veces seguidas una barra de 140 kilos sin soltar una gota de sudor, el que le pegĂł con cinta adhesiva los tenis a los pedales cuando empezĂł a andar en bicicleta? ÂżCĂłmo abrir su corazĂłn roto para contar que el resto de su vida iba a extrañar a quien fungiĂł como entrenador asistente voluntario en casi todos los equipos en los que jugĂł porque no le era suficiente verlo desde las gradas?
Un par de semanas despuĂ©s de la muerte de Orbin, Jordan colapsĂł. Le dijo a su madre que dejarĂa el futbol. Jordan era incapaz de ver lo que su padre sĂ. Anna Love fue amorosa con su hijo. No querĂa que Jordan tomara una decisiĂłn tan enorme con el corazĂłn hecho garras. Le implorĂł que jugara un año y despuĂ©s decidiera. Entonces las palabras del profeta Orbin se materializaron: se convirtiĂł en quarterback titular, ya lanzaba mejor y eso le dio la suficiente confianza como para ya no querer irse y su percepciĂłn de sĂ mismo por fin cambiĂł.

Orbin Love ya no tuvo la dicha de ver que Jordan guio a su High School a una semifinal estatal, ni tampoco que obtuvo una beca universitaria en Utah State, ni cĂłmo las hordas de socuts de la NFL llegaban sĂłlo para verlo entrenar. Su muchacho se transformĂł en un hombre de 1.93 metros de estatura y 99 kilos de peso que fue la selecciĂłn 26 de la primera ronda del draft de 2020, uno de los mejores prospectos y que esta semana debutarĂĄ como el quarterback titular de los Packers, tras la salida de Aaron Rodgers.
Los zapatos que hereda son los del campéon y MVP del Super Bowl XLV, del 4 veces MVP de la NFL, del 7 veces Pro Bowl y futuro Salón de la Fama, quien a su vez se sentó en el trono de su majestad Brett Favre, campéon y MVP del Super Bowl XXXI, 4 veces MVP de la NFL, 10 veces Pro Bowl y miembro del Salón de la Fama.

Jordan Love tiene enfrente el reto mĂĄs grande de su vida. Por fortuna lo acompaña el aliento, el apoyo y la creencia inquebrantable de su padre, la persona que tuvo que partir este mundo para que su hijo pensara que lo imposible era posible. Orbin Love tenĂa una visiĂłn muy clara del futuro de Jordan, ahora a Ă©l le toca alcanzar ese destino. Ha pasado tres años sentado aprendiendo de Aaron Rodgers. El corredor A.J. Dillon dijo hace poco que desde la salida de Rodgers todo el equipo vio con buenos ojos la oportunidad que ahora tiene Jordan, el muchacho de 24 años les llena del ojo y se siente un poco como cuando al propio Rodgers le tocĂł recibir la estafeta de manos de Favre.
Todos estaban concentrados en lo que el quarterback tenĂa que decir, y cuando los muchachos respetan y realmente quieren jugar para alguien es como: âEstĂĄ bien, esto es lo que estamos haciendo, QB1, vamos a jugarâ. Definitivamente es una nueva era aquĂ. Creo que va a tener una carrera increĂble. Estoy emocionado de ser parte del primer equipo que lo intentarĂĄ. A.J. Dillon, RB de Green Bay
A Jordan Love le inspira saber que su papĂĄ no se quitĂł la vida porque la depresiĂłn lo empujĂł. Haber tomado un medicamento para controlar la presiĂłn alta lo trastornĂł mentalmente y no estaba en sus cabales cuando disparo el arma en su cabeza. Eso lo deja tranquilo y lo mueve a seguir adelante, porque su padre era un hombre feliz y cariñoso que era amado por los suyos y por su comunidad, y tenĂa una capacidad descomunal para controlar sus emociones. Jordan juega con pasiĂłn, pero tambiĂ©n tiene la virtud del equilibrio en situaciones de alta presiĂłn.
Creo que puedo hacer cualquier pase. Necesito mejorar en cuanto a ser mĂĄs inteligente, saber cuĂĄndo lanzar el balĂłn. Ahora tengo mucha fe en mi brazo. Definitivamente trato de llevarme su calma. Y es motivador saber que esto es lo que Ă©l querĂa para mĂ. Esto es lo que vio para mĂ. Jordan Love, en entrevista para NFL.com




