SIN EQUIPOS ESPECIALES, NO HAY PARAÍSO
Cuando tus equipos especiales se empeñan en perder un partido, es muy difícil llevarles la contraria. Lo intentan desde muchos flancos distintos y, al final, terminan consiguiendo su objetivo. Un muffed punt que dejó a los Colts en la red zone para anotar sus siete primeros puntos, un extra point fallado en el primer cuarto, un fake de field goal en el último cuarto y un field goal fallado cuando los Chiefs ganaban por 17-13. Si se lo proponen de esta manera, solo te queda darle la mano al rival y aceptar la derrota.
Más allá de esto, los Kansas City Chiefs no estuvieron a la altura que se les supone en el plano ofensivo. Aún así, su defensa fue capaz de mantenerlos con ventaja en el marcador durante gran parte del encuentro.Spagnuolo, coordinador defensivo de los Chiefs, hizo un excelente trabajo antes y después del snap. Matt Ryan se enfrentaba a defensas con dos safeties profundos las cuales, cuando le llegaba el balón a las manos al quarterback, se convertían en defensas con solo un hombre en la retaguardia. Spagnuolo cambiaba las apariencias de su defensa zonal a individual con mucho acierto y Matt Ryan sufría para encontrar receptores abiertos. Además, en la línea de scrimmage también se producían situaciones enmascaradas que, entre la línea ofensiva y el quarterback, no sabían resolver. La tarde fue una pesadilla para el nuevo quarterback de los Colts. Errático, con pérdidas de balón y con poca ayuda de su línea ofensiva, el duelo parecía abocado a una victoria de los Chiefs. Sin embargo, en la última oportunidad que le dieron los equipos especiales a Ryan, pudimos volver a ver retazos de aquel quarterback que muchas veces vimos en los Falcons. Ryan lideró un último drive de 16 jugadas, 76 yardas, con 8 de 10 en pases completados y un touchdown final que ponía por delante a los suyos. En ese último down, los Chiefs jugaron Cover 1 Robber, con Justin Reid cómo safety profundo y con Nick Bolton patrullando la zona media para defender las rutas cruzadas. Por su parte, los Colts mandaron dos rutas verticales para atacar a Reid, una de ellas con Jelani Woods, su tight end, atacando en la end zone a su defensor, un Juan Thornhill más pequeño fisicamente. La ventaja estaba muy bien buscada por Ryan, pero el error de Justin Reid fue grosero al abandonar su asignación y saltar a la ruta de Michael Pittman muy alejada de su zona. Victoria que da aire a los Colts y a Frank Reich, pero aún con muchas cosas que mejorar en ataque, porque tienen talento para jugar mucho mejor de lo que lo hacen.
EL GIGANTE DEVONTA SMITH
Es cierto que los Eagles han jugado sus tres primeros partidos contra rivales, a priori, algo menos poderosos que los otros imbatidos de la competición, pero también es verdad que ver los encuentros de este equipo es una experiencia muy divertida. Sobre todo en ataque.
Ayer, en su enfrentamiento contra Washington, hubo un nombre por encima de todos. DeVonta Smith no es el clásico wide receiver fuerte, alto y que te gana por potencia. Sin embargo, tiene cualidades idénticas a los de ese estilo de jugador teniendo un físico mucho más pequeño. Es capaz de ganar yardas después de la recepción, en rutas cruzadas, por su explosividad y aceleración, algo que usa también para atacar verticalmente cuando alinea desde el exterior. Pero es su punto más alto del catch lo que lo hace ser un jugador especial. En el partido de ayer vimos cómo atrapó balones por encima de su defensor como si midiese dos metros de alto, y también lo vimos jugar una fade en la red zone como si pesase 25 kilos más de los que realmente soporta. Él y AJ Brown son dos playmakers que cambian por completo el game plan de cualquier defensa, haciendo que el campo parezca más ancho y largo de lo que realmente es.
Al igual que sus dos receptores, Jalen Hurts está dejando unas muy buenas sensaciones en este mes de septiembre. Sigue demostrando algún error propio de juventud, pero su brazo y capacidad de improvisación en jugadas rotas hacen de él una amenaza constante para el rival. Los Philadelphia Eagles son hueso muy duro de roer y un peligro para toda la NFC.
LOS PROBLEMAS DE MATT PATRICIA
La idea de dejar la ofensiva en manos de Matt Patricia, no parece la mejor decisión en los últimos veinte años de Bill Belichick. El buen trabajo que se hizo con Mac Jones en su temporada rookie, parece que va camino del retrete en su segundo año como titular. Y no por culpa del chico. Para mí, el partido de Mac Jones en los tres primeros cuartos es muy bueno. Fue capaz de encontrar a DeVante Parker en el exterior con gran acierto en las defensas individuales de Ravens y de precisar buenos lanzamientos en el agujero central de la Cover 2 del equipo de Harbaugh cuando éstos caían en dichas coberturas. Además, pudo usar sus piernas para ganar primeros downs y así seguir moviendo cadenas.
Sin embargo, aún tiene errores que necesita pulir como las situaciones de lectura del blitz, la cual necesita mejorar para no dejar líneas de presión fáciles al adversario, como fueron las dos primeras intercepciones. Ambas son malas decisiones que llevaron a los Patriots a dejarse puntos por el camino en un duelo donde su rival sí era capaz de poner puntos en el marcador. Y es que cuando los Patriots reciben más de 25 puntos, el récord de la franquicia con Mac Jones de titular es de 0-7. El equipo de Belichick necesita que su defensa juegue a un nivel sobresaliente si quiere ganar partidos. Por si esto fuese poco, parece que Jones no podrá ser titular el domingo frente a los Green Bay Packers, lo que hará que el play call de Patricia sea todavía más conservador de lo que lo estamos viendo en este inicio de temporada. Echo mucho de menos la agresividad y fuerza en el juego terrestre que tanto ha caracterizado a los equipos de Belichick en el pasado.
TREVOR LAWRENCE TIENE UN NUEVO MEJOR AMIGO: DOUG PEDERSON
Podría empezar este partido expresando mi absoluto rechazo a lo que hizo ayer Brandon Staley con Justin Herbert. Pero no lo voy a hacer. O sí. ¡Qué diablos!
Estamos en la semana tres y tus urgencias por ganar no pueden llevarte a exponer a tu quarterback estrella de la manera que anoche lo hizo el head coach de la franquicia angelina. Ya no es ponerlo de titular cuando obviamente se veía que el chico estaba muy limitado. El problema es dejarlo en el campo cuando el pescado ya estaba vendido. Esto es una mala praxis desde la banda y pone en serio peligro la integridad del jugador. Porque, por mucho que el quarterback quisiese estar en el campo con sus compañeros, el que toma las decisiones en un campo de football debe ser el entrenador, y su obligación es la de no exponer a sus jugadores a un dolor y un riesgo desmedido. Pero mejor, vamos a hablar de los Jaguars, que merece mucho la pena escribir estas líneas para alabar el trabajo de Doug Pederson.
Cuando nos ponemos a ver el ataque de Jacksonville, enseguida reconocemos el sistema Pederson. Muchas situaciones de RPO, lanzamientos rápidos para que Lawrence pueda evitar la presión y su jugada estrella: el mesh concept. En este concepto, hay dos rutas cruzadas por detrás de la línea defensiva, a la cara de los linebackers, y una ruta stick a su espalda. Además, en el exterior hay una ruta profunda para estirar a la defensa y, en muchas ocasiones, suele haber una ruta wheel del running back para buscar la ventaja en el caso de que la defensa sea individual. De esta jugada, los Jaguars sacan bastante rendimiento, como pudimos ver ayer frente a una gran defensa como es la de los Chargers. Si a esto le sumamos el fantástico momento de James Robison, tenemos un coctel que promete muchas alegrías al aficionado de Jaguars.
Trevor Lawrence está jugando a un gran nivel en su segundo año tras haber olvidado la pesadilla que fue Urban Meyer para él. Está rodeado de un grupo de receptores donde, quizás, no haya un gran nombre, pero sí mucho talento. Zay Jones, Christian Kirk, Evan Engram o Marvin Jones Jr son jugadores que aportan experiencia, calidad y seguridad al joven quarterback. Y mucho ojo con ellos, porque la defensa merece otro espacio como este para hablar de ellos. Dos victorias en los primeros tres partidos frente a rivales, a priori, mucho más potentes que las huestes de Pederson.
LAS DEFENSAS SE COLARON EN LA FIESTA DE BRADY Y RODGERS
El, posiblemente, último Brady contra Rodgers fue todo lo pobre que esperábamos por parte de ambas ofensivas. Sin talento, ya puedes poner a quien quieras detrás del center que el ataque no va a carburar y, si además, enfrente tienes dos buenas defensas, las posibilidades de subir puntos al marcador son mínimas. Aún así, Aaron Rodgers fue capaz de liderar dos drives exquisitos en el primer cuarto para colocar el 14-3 de inicio. En esas dos secuencias, Packers utilizó bien a Aaron Jones y AJ Dillon para correr y para buscar el pase rápido de su quarterback y así ir moviendo cadenas. Rodgers jugaba con un release absolutamente imparable, donde el balón salía de sus manos a muchísima velocidad y evitaba que la defensa pudiese golpearle en el pass-rush. Soltando el balón con esa premura y con rutas muy rápidas como slants o screens, los Packers fueron poniendo en muchos problemas a una defensa que se veía incapaz de frenar a su rival. Aquí brillaron Allen Lazard y, sobre todo, Romeo Doubs. El rookie dejó dos acciones donde demostró sus excelentes manos en tráfico y su capacidad para ganar yardas después de la recepción. Todo parecía ir bien encaminado para los queseros cuando llegó el fumble de Aaron Jones en la goal line del tercer drive. Y todo se vino abajo. Desde ese momento solo existió, en ese lado del campo, la defensa de Bowles. Matt LaFleur jugó todo lo conservador que pudo, utilizando hasta la extenuación un juego horizontal que es donde más cómodo se encuentran los pupilos de Bowles. Los Packers fallaron hasta ocho terceros downs consecutivos desde que Jones perdiese la oportunidad de, al menos, añadir un field goal al electrónico. Demasiado conservadurismo desde la banda viendo que, además, el ataque de Brady estaba peor que ellos.
La línea ofensiva de los Bucs hacía aguas frente a Kenny Clark y Rashan Gary, y el veterano quarterback no encontraba soluciones para mover cadenas. Ahora mismo, el ataque de Byron Leftwich es muy previsible, ya que fueron innumerables las ocasiones en las que Leo Fournette repetía carrera en 1st&10. Pocas alternativas para un ataque que está cogido con alfileres en estos momentos. Eso sí, cuando tienes a Tom Brady en tus filas, el milagro puede aparecer en cualquier momento. Tom Brady siempre vuelve y consiguió hacer el mejor drive cuando Joe Barry, coordinador defensivo de los queseros, decidió dejar de ser agresivo y plantear una defensa zonal muy soft para hacer que el tiempo fuese pasando. Brady empezó a conectar con sus receptores sin apenas oposición, llegó hasta la red zone y consiguió el tercer touchdown de los Buccaneers en la temporada (algo que es llamativo por lo pobre que parece). La conversión de dos puntos necesaria para llevar el partido a la prórroga no fue anotada gracias en parte por una sensacional lectura de Campbell, quién evitó que el envío de Brady llegase a su receptor en la end zone, y los Packers se llevaron un duelo que podría pasar a la historia por ser el último enfrentamiento de dos futuros miembros del Hall of Fame.
